La luz en mi oscuridad

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De acuerdo a los horarios establecidos, en estos momentos cada estudiantes debería estar en alguna clase o en su Sala Común. Si los profesores no hubieran estado lo suficientemente ocupados, habrían repartido un par de castigos a algunos desobedientes que caminaban por los pasillos de Hogwarts pavoneándose de que no tenían clases hasta dentro de una hora. Ejemplo de esto era Miley Hunter, que corría por los pasillos pero a diferencia de otros, no presumía de su hora libre. Invertía su tiempo en algo más importante: buscar a James Potter. Se coló en la Clase de Herbología para intentar que la Profesora Sprout le invitara a quedarse, pues ella tiene ciertas habilidades para su materia. Lo consiguió y cuando ya tenía las orejeras y su delantal puesto, notó con disgusto un James no estaba en la clase. Se intrigó mucho más al ver que también hacían falta sus dos amigos y como casualidad, la molesta pelirroja y su amiga rubia, el único cercano a ellos allí presenta era Peter Pettigrew, quien a pesar de su aspecto de ñoño siempre se sentía más por ser amigo de los otros tres y no le diría nada con respecto a su ubicación.
Logró escabullírsele a Sprout diciendo que olvidó hacer unos deberes para su siguiente clase y ahora, buscaba como loca a su chico. No le hacía gracia que estuviera fuera de clases por el simple hecho de que no estaba solo, más bien, porque estaba cerca de Lily Evans.

Podía haber perdido 20 minutos de esa sagrada hora en la que no tenía que escuchar a ningún maestro, pero no lograba encontrar a James y las ganas de encontrarlo no desaparecían. Se recostó a una pared respirando agitadamente porque los últimos 6 minutos estuvo corriendo y no tenía el mejor estado físico del mundo, entonces una voz la hizo saltar.

- ¿No deberías estar en alguna clase niña?- preguntó un chico sentado en una ventana

Ella se incorporó - ¿Y tú no sabes que las ventanas no están hechas para sentarse?- respondió molesta porque se entrometiera en sus asuntos

Él la miró algo sorprendido, aunque realmente no le importaba lo irreverente que pudiera llegar a ser. El se bajó de la ventana con un salto y caminó hacia ella. Miley no lo reconocía de ningún lado, era notorio que era mayor que ella pero no recordaba haberlo visto alguna vez.

- ¿Qué haces fuera de clase?- preguntó de nuevo

- Que te importa- le espetó

Él suspiró y sacó de su bolsillo la placa de prefecto.

- ¿Ahora si vas a decirme?-

Se rindió - Busco a James Potter ¿lo has visto?- preguntó apurada

- No sé si lo habrás notado, pero está en las cualidades de los que pertenecen a mi casa interesarse muy poco por lo que ocurre en la vida de un Gryffindor tan patético como Potter- dijo tomando su capa con firmeza y una sonrisa de orgullo

Por supuesto que había notado en el escudo en su capa y jersey, si no, no le hubiera dicho la verdad. Por alguna razón, los oscuros ojos del chico frente a ella le inspiraban una sensación extraña y su casa de Hogwarts no ayudaba a que se sintiera mejor. Sin embargo, le molestó que se burlara de James y se lo hizo saber.

- James no es patético- murmuró mientras sus mejillas tomaban un color rojo

Él sonrió y la recorrió con la mirada. Desde que la vió llegar supo que era una niña, de tercero o cuarto año quizás, por lo que se desconcertó al notar que le hablaba de tal forma solo por defender a bobo Potter. Lo pensó un momento y tuvo una idea magnífica.

- Puedo deducir, por las ganas de golpearme que tiene ahora, que te gusta Potter ¿no es así?-

- A quien no- suspiró como una tonta

Hizo una mueca de asco- A muchos aunque no lo puedas creer- aclaró y volvió a la seriedad- Si eso es cierto, tú puedes ayudarme con lo que necesito hacer- insinúo

El Recuerdo De Mi Amor Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora