Iván Mercier
Les juro que el tema de la fiesta me tiene harto, ya tengo suficiente con el trabajo y vienen con estas estupideces. Mi prometida fue elegida por mis padres ya que un "hombre de mi edad" tendría que estar casado pero en realidad eso no es mi estilo, soy un hombre apuesto a quien disfruta de su juventud y me importa muy poco lo que los demás me digan.
Según mi madre me había dicho hoy habría una fiesta donde anunciarán mi "matrimonio", no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que yo no estoy feliz con esto aunque no se trata de mi, la mujer de los eventos mejor dicho mi madre ya tenía todo organizado y yo no tenía que preocuparme de nada por esa razón yo hoy me voy de fiesta.
-¡AMOR!-alguien me llamaba, volteo y ahí estaba mi prometida Anna.
Mientras Anna se acercaba yo la observaba, era una mujer baja, flaca no mucho porque tenia de donde agarrar y de cabello castaño claro. Hay que admitirlo ella era hermosa pero yo no era su hombre, ella fantaseaba con el hombre perfecto que hable de sus sentimientos que le haga el amor y todo con delicadeza. Y yo soy lo opuesto a todo, te puedo escuchar pero hasta cierto punto porque después me entretengo en mi cabeza, soy rudo en la cama y yo no hago el amor, yo tengo sexo.
-Pensé que te quedabas -se puso al lado mío y agarro mi antebrazo.
-Tengo que hacer negocios-mire mi reloj-se me hace tarde nos vemos.
Ella era muy empalagosa conmigo, celosa y controladora, la última es la que más me molesta, siempre que estaba en una reunión importante ella me llamaba para ver si estaba donde "debía" estar sin embargo a veces mentía.
Me subí a mi Ferrari negro y me fui a casa, casi siempre voy con guardaespaldas pero cuando voy en el Ferrari viajó solo, el semáforo estaba en rojo y por eso aproveche a llamar a Víctor.
-Hola Víctor, necesito que busquen cuatro de mis trajes y los quiero listo para la media tarde-mientras veía las calles de Nueva York pude ver a un auto hermoso con una hermosa mujer adentro.
-Listo jefe, mandé a sus secretarias en busca de sus trajes, ¿Algo más?
-No, así estoy bien-aquella mujer miro hacia el auto y esperaba que me mirara pero los vidrios eran polarizados.
Al salir del trance que me dejó esa persona seguí mi camino, hoy sería mi despedida de soltero y por eso mismo tenía que estar presentable, me prepare lo mismo de siempre un esmoquin negro que le hacía juego a mi cabello y mi característica colonia.
-¿Señor?-entró una de mis ayudantes.
-¿Si? Que le dije de golpear la puerta-mi voz es gruesa por lo cual es intimidante.
-Si lo se, yo toque pero nunca me respondieron y el señor Scorolli está aquí por usted.
-Dile que ya bajo-ella asintió con su cabeza y baje donde se encontraba mi amigo.
Mi casa era muy grande incluso mas grande ya que vivía solo, algunos lo ven como un problema pero yo lo amo.
-Miren quien viene aquí el señor comprometido.
-Tu intento de insultarme te sale muy mal Luca-nos dimos un pequeño abrazo y fuimos a los autos.
-¡HORA DE STRIPPERS!-grito antes de irse a su BMW.
-Debes cambiar esa mierda ya parece viejo-no es que mienta porque es verdad tiene un color beige que lo hace ver viejo o sucio.
-Vaffanculo-grito y se metió en el auto para hacerme una carrera.
El lugar donde vinimos es el mismo de siempre, tiene lo mejor de lo mejor y no me refiero solo al lugar, muchas chicas vinieron a ofrecer un rato con ellas acepte algunas.
Ahí estábamos una rubia de buenos pechos y trasero besándonos en una de las habitaciones, su vestido relativamente fácil de sacar ya que era un vestido pequeño. Me recostó en el sofá del lugar para luego sacarme la camisa y dejar un pequeño rastro de besos desde mi cuello hasta mi abdomen, acarició mi erección sobre el pantalón mientras que yo tocaba su sexo y uno de sus senos. La mayoría del tiempo evitaba los besos porque tenía un aliento a alcohol muy fuerte, lleve mi boca a su cuello dejando marcas de saliva desde su mandíbula hasta su clavícula.
-¿Tienes condón?-dijo con su voz agitada.
No respondí y agarre mi billetera donde ahí había un pequeño sobre plateado, ella en un movimiento rápido me saco el pantalón dejándome en bóxer y yo desabroche su brasier dejando ver sus senos de una mejor manera, la di vuelta dejándome encima de ella y bese su abdomen, sus caderas y baje a su muslos.
Ella echó su cabeza hacia atrás mientras que yo agarraba sus muslos con fuerza y besaba su feminidad, lleve mi lengua desde su entrada hasta su clítoris, una vez ahí empecé a lamerlo de diferentes maneras, de un lado a otro, en círculos y al escuchar su reacción seguí así.
Su respiración era cada vez agitada así que lamí mis dedos índice y el de en medio, los introduje en su entrada haciendo que ella suelte un pequeño gemido y metí los demás cada vez más rápido mientras mi boca se hallaba en su clítoris.
Sus paredes se contraen, ella se iba a correr pare y me separe de su sexo para ponerme el condón.
-¿Porque diablos paraste?-se molesto pero mi erección me dolía.
-Deja yo que haga eso tu solo relájate-me deshice del envoltorio del condón y abrí sus piernas.
Me puse encima de ella y sin ninguna delicadeza puse mi pene en su entrada.
-¡Ah!-gimió.
Puse mi rostro en su cuello y luego ella agarró mis hombros por debajo de mis brazos, embestía cada vez más rápido y fuerte. En la habitación solo se escuchaba el ruido de nuestras pieles chocarse, ella seguía gimiendo mientras que yo todavía no había llegado de mi clímax.
-Me toca mandar-dijo entrecortada.
Me senté para ver que quería hacer, se sentó en mis piernas para luego introducir mi erección en su entrada y hacer movimientos en círculos encima mío. Los movimientos se hicieron cada vez más intensos y aquello me hacía soltar pequeños gemidos.
Había llegado a mi orgasmo y iba a ir por más hasta que mi teléfono empezó a sonar.
-Es importante espera-la baje de encima mío y quite el condón para tirarlo a la basura.
Tomé mi teléfono y conteste.
-¿Hola?¿Quien es?
-Hijo ven al hospital.
-¿Mamá?
Hola! Me fui de largo con el capitulo pero quedo justo como quería la verdad es que disfrute escribiéndolo, esta es la primera historia +18 que escribo así que ténganme paciencia, ojalá les guste.
Que tengan un lindo día.
Martina
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Pasos prohibidos
RomanceEuforia, pasión, lujuria eso es lo que sienten uno por el otro, un tipo de juego que solo ellos conocen con especificaciones. Aleska Petrov, una abogada de mucho prestigio y una de las mejores en su rubro, un encuentro con viejos amigos hace que c...