Iván Mercier
Después de estar varios días en la casa de Aleska decidí volverme a mi casa, mi asistente me había llamado porque fui invitado a una boda la cual olvide por completo.
Me había dormido una siesta ya que estaba bastante cansado e iba a necesitar energía para la boda, llegué al gran salón y me adentré en el. Había demasiada gente en el lugar, muchas caras reconocidas.
Salude a la mayoría de las personas que pude y fui por un trago, algo para empezar la noche.
Vi a una hermosa mujer, en realidad su silueta, llevaba puesto un vestido rojo que dejaba ver un poco su pierna y con unos tacones negros. Bastante sexy, me acerque para hablar con ella.
-Hola- dije mirando como todos estaban sentándose en sus mesas.
-¿Ligando caballero? - dice una voz que reconozco.
- Me atrapaste -bromeé-, se ve muy hermosa esta noche.
-Muchas gracias -me miro de pies a cabeza- al igual que usted.
-Gracias -respondí viéndola sonreír.
Aleska era una mujer muy hermosa, poseía esos labios carnosos en forma de corazón, su tono de piel. No tan moreno pero tampoco pálido, sus ojos iguales al mismísimo océano y su melena negra como la noche. Sé que no soy el único que nota su belleza, cualquier hombre o mujer podría estar a sus pies, pero de verdad es hermosa.
Voltee para hablarle pero pude ver su figura yéndose hacia una mesa, repetí su acción y fui a cenar. La comida estaba deliciosa, lo admito aunque sea muy delicado con la comida.
La noche había empezado, todo el mundo estaba bailando, las diferentes luces de colores se movían por todo el salón, los pequeños niños que estaban aquí corrían de un lado a otro y la mayoría de los adultos bailaban o bebían.
Yo no tenía muchos ánimos para nada, el trabajo me tenía muy estrenado y bailar no creo que sea una buena forma de liberarme. Intente buscar a Aleska para ver si podía pasar un rato con ella pero no la encontré en ningún lado.
Las luces se apagaron y solo se prendió un reflector blanco apuntando hacia el medio de la pista de baile, los novios estaban bailando en ese círculo. Se miraban de una manera muy difícil de explicar, sus ojos brillaban al mirarse uno al otro. No nos quedo otra que aplaudirles.
Vi a Aleska pero no en una forma que me gustara mucho, ella se reía a carcajadas sentada en las piernas de un hombre mientras el la sujetaba de la cintura para que no se cayera. Ella y yo nunca habíamos hablados de las reglas para lo que teníamos pero me enojaba verla así. Ella no es mía ni yo soy de ella así que no debería importarme, simplemente no tenía derecho a decirle nada.
El baño donde estaba era mixto así que veía a mucha gente pasar por este, mientras salía del baño vi a la chica de pelo negro como la noche y la tomé del brazo sin lastimarla.
-Si quieres asiento, puedes sentarte en mi regazo -dije levantado su barbilla para que me mirase.
-¿De qué diablos hablas? -al parecer si decía groserías.
-Vi como estabas sentada en las piernas de otro hombre -susurre en su oreja.
-¿Esto es una especie de marcar tu territorio? -dijo con un dedo en mi pecho.
-Tómalo como quieras pero eres mía -ella no es mía pero quiero ver su reacción para ver que tipo de mujer es y como poner "reglas".
- ¿Desde cuando paso eso? Porque nunca accedí, ni acordamos nada-dijo acercándose a mi mientras que yo solo retrocedía.
-¿Ahora? -fingí ser unos de esos tipos obsesivos con las mujeres que se acuestan para ver como manejar un acuerdo con ellas.
-No se como son las otras personas con las que te acuestas pero te digo que yo no soy así -me miraba de pies a cabeza, no como lo hizo hace un par de horas si no con cierto enojo.
-Tranquila -acaricié su brazo con delicadeza para que se tranquilizase- no es verdad lo que te dije pero tendremos que hablar.
-¿Como? -dice confundida.
-Habló de las reglas de nuestro juego -besé sus carnosos labios y le mordí su labio inferior- ¿entiendes?
-Entiendo -dijo acomodando mi corbata- pero si llegas a hacer algo parecido a esto de nuevo -apretó mi corbata muy fuerte- te corto las pelotas ¿entiendes?
Ella saco las manos de mi corbata y se fue, desajuste mi corbata porque de verdad estaba apretada.
Sali de aquel lugar para tomar algo, ella estaba en la barra también. Se veía muy concentrada mirando algo, intente averiguar a que o quien miraba pero no funcionó.
-¿Que miras? -dije en su oreja, ella ni se inmutó pero siguió mirando a algo.
-Aquel hombre de la derecha -no apunto pero vi quien era-,voy a hablar con el.
Yo conocía a ese hombre y el no era un buen hombre, todos pueden llegar a tener mala fama pero el es la excepción, ese hombre estaba metido en millones de negocios sucios, fue llevado a juicio muchísimas veces pero nunca lo pudieron condenar de nada. El si era un peligro y yo no quiero que la lastimen.
Tenia a toda una ciudad a sus putos pies, podía hacer desaparecer a una persona en cuestión de segundos. Se que ella se enojará si la detengo pero es mejor prevenir que curar.
Me pare y me puse en frente de ella.
-Se que estas enojada conmigo pero -pase mi mano por su cuello- el no.
-¿Que diablos te pasa? -arrugo su cejas.
-Recuerdas el día que tu madre apareció -pareció dolerle que hablase de ella, su cara lo dice todo-,tu me dijiste que confiara en ti y que no aceptase el contacto que ella me propuso, yo no acepte porque me aconsejaste ¿no es cierto?
-Si pero....
-Es la misma situación, nada en el es bueno así que se una buena chica y hazme caso.
-¿Porque debería hacerte caso? - me miraba atentamente con esos ojos azules.
-Porque podríamos hacer otras cosas -dije con una sonrisa traviesa.
-¿Como que? -sonrió al igual que yo.
-Hacer que grites mi nombre y que me pidas más -susurre en su oreja mirando sus pendientes.
-¿Estas seguro de eso?
- Muy seguro hermosa -dije en francés mientras tocaba ligeramente sus muslos.
¡Hola! Tanto tiempo sin verlos a ustedes, el colegio quita mucho de mi tiempo pero espero poder seguir escribiendo esta historia, espero que le haya gustado.
Los quiere, Martina.
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Pasos prohibidos
RomanceEuforia, pasión, lujuria eso es lo que sienten uno por el otro, un tipo de juego que solo ellos conocen con especificaciones. Aleska Petrov, una abogada de mucho prestigio y una de las mejores en su rubro, un encuentro con viejos amigos hace que c...