Capítulo 13 (Primera Parte)

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Y aquí continuamos el tercer capítulo de esta semana de mini maratón ;)

Recuerden dejar muchos comentarios!

Espero que lo disfruten mucho y los amo! :D

Espero que lo disfruten mucho y los amo! :D

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Nueve días.

Había conseguido no llevar las cosas más lejos con su consorte durante nueve, jodidos, largos y malditos días.

El estro estaba ahora en pleno apogeo y debido a la cercanía constante de su sherlen, este no iba a dimitir en un futuro cercano.

Al menos durante las horas de sol podía poner su fachada de femme fatale y distraerlo causándole rubores por tonterías o haciendo que sus perfectos orbes azules brillaran como gemas ante el más pequeño dato que podía sacar de ella, bien fuera sobre las razas y biomas que existían en el Inframundo, o incluso las enormes diferencias culturales entre las variopintas razas que habitaban el lugar y que diferían muchísimo unas de otras mientras más profundo alguien bajara por los diferentes planos.

Pero las noches eran otro tema.

En el gélido aire nocturno del desierto que todavía podía sentirse a través de la tienda que Ciria había empacado para ambos y que ella había reforzado con sus hilos por ambos lados, no tenía otra opción que seguir recurriendo a su calor, mucho más desde que se había convertido en algo tan natural entre ambos que ya ni siquiera se sentía incómodo para él...

En cuanto a Arethusa... por mucho que lo disfrutara era peligroso.

Su olor, su respiración, su pulso, su toque, su calor...

Todo eso lentamente estaba volviendo loca a su parte bestia que se había negado el contacto con su consorte durante demasiadas décadas y que moría por afianzar su reclamación sobre él.

Lo único que podía hacer para saciar sus ansias era continuar el absurdo juego de tira y afloja que ambos tenían desde ese día en el oasis.

Sus colmillos dolían recordando el exquisito momento en que penetraban su delicada piel, bien sea para seguir administrando las dosis del veneno que él necesitaba para mantener a las voces a raya... o simplemente por el placer de morder.

Esto último sólo había ocurrido una vez más... pero había sido suficiente para casi enloquecerla.

Lo deseo. —Gimió su bestia y Arethusa suspiró mirando al horizonte.

El atardecer estaba cayendo y a pesar de que debería estar aliviada de que finalmente estuvieran alcanzando la fisura dimensional para llegar al segundo plano, físicamente se sentía fatal.

Ciria se lo había advertido, así que honestamente no le caía como una sorpresa.

El calor no ayudaba a su cuerpo, que hervía de fiebre, y el dolor que recorría sus músculos y articulaciones con cada paso se hacía cada vez más punzante.

En las Redes de la Princesa Araña [Saga Dimensiones Mágicas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora