En las Redes de la Princesa Araña [Saga Dimensiones Mágicas #2]

Capítulo Especial: Humo y Memorias

¡Holaaaaaaaaaa! :D 

Sé que me han estado esperando... 

Y esto...

Con ansias *-*

Los que me siguen en los grupos sabrán de mis últimas odiseas... y los que no, ya se enterarán más adelante.

Me esforcé muchísimo para traerles este capítulo que terminó siendo 2 especiales en uno, el bonus por la espera. 

¡Feliz Halloween! 

Espero que disfruten mucho el capítulo, al final del mismo les tengo un aviso importante.

Y recuerden votar y comentar :D Saber sus opiniones y leerles alegra mis días y me ayuda a seguirme esforzando a pesar de todo lo que se pone en contra :'3

¡Finalmente... el cap!

—Pase lo que pase, mi Jharel, vive...

El recuerdo de sus palabras reverberaban por los recovecos de su mente. A través de la ventana de su habitación en el hospital podía ver que era un día soleado y perfecto... un día que no reflejaba en absoluto su ser.

Había escuchado más temprano como Javyne y Edel conversaban sobre la operación y, al menos, gracias a ello, el peso que llevaba sobre sus hombros remitió.

Si los chicos recibían las alas, ellos se curarían en su totalidad y podrían continuar con sus vidas. Sabía que cada uno de ellos había encontrado familia, lejana o cercana, que los había recibido y cuidaba bien de ellos y que sólo el horizonte de un futuro de dolor debido a la maldición que el hambre había traído a sus pequeños cuerpos, "S'raet" como los Sanadores le llamaban, era el último muro que tenían que derribar.

Ahora sólo tenía que comprobar si las malditas alas servirían para volar.

Si era así, no había nada que ensombreciera el mañana de los chicos... Esos por los que Jharel había dado el bienestar de su cuerpo y Remi...

Remi había dado su vida.

—Tienes que vivir, promételo...

Rechinó sus dientes y cerró sus manos en puños, tan fuerte, que se clavó las uñas en las palmas, al mismo tiempo que una agonía más allá de cualquier dolor físico desgarraba su mismísima alma.

Maldita sea.

Hasta el final, Remi fue un jodido soñador, pero mientras se moría en sus brazos, le fue imposible no prometérselo. Así pudo verlo descansar en paz con esa estúpida sonrisa en su rostro que tanto le gustaba.

Además, no era como si hubiera podido permitirse morir en ese momento... menos cuando era obvio que el ejército de la heredera legítima iba rumbo a la Tierra Nocturna y que esa había sido la razón por la que el maldito usurpador había dado la orden de acabar con todos... tenía que vivir para sacar a los niños que podía de las casas de esclavos.