Capítulo 7

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¡Holaaaaaaaaaa! :D 

¿Cómo están?

Aquí Elle, que luego de matarme como 5 veces con Wattpad finalmente logré publicar el capítulo que sé que estaban esperando ansiosamente xD

La aplicación se ha portado del asco y hubieran tenido cap mucho antes si no fuera por su pendejada ¬¬ 

Pero bueno, dejando los tragos amargos de lado, finalmente les traigo más de Javyne y Arethusa, que sé que se estaban muriendo por leerlos xD 

Yo me divertí una barbaridad escribiendo este capítulo así que espero que lo disfruten.

No se olviden de ahogarme en comentarios que saben que me suben la moral y me animan cuando me dan mis bajadas de depresión. No tienen idea de las veces en las que he releído todos sus comentarios en mis capítulos para animarme cuando estoy en un mal momento y quiero mandarlo todo a la mierda. Así que muchas gracias por su apoyo.

Sin más... 

¡El Cap!

¡El Cap!

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—...Necesito que te quedes detrás de mí y no hables a menos de que yo te lo indique...

De no haber estado viendo su expresión totalmente seria y que rezumaba tensión, Javyne no hubiera sospechado la gravedad detrás de sus palabras.

Todavía estaba tratando de recobrar la compostura tras haberse dado cuenta de la serie de tonterías que había cometido y, sobre todo, de la forma tan... sensible... en la que Arethusa se lo había dicho.

Él sabía bien que ella podía ser bastante cruel con sus palabras y, sin embargo, en esta ocasión donde con total seguridad se lo habría merecido, no lo había hecho.

Incluso pudieron mantener una conversación civilizada durante todo el trayecto, dejando de lado el secuestro del carruaje y el cochero, por muy sorprendente que fuera, no se sentía especialmente culpable.

No obstante sí consiguió preocuparse al ver la tensión en ella al bajarse en ese pantano.

Había árboles a la distancia, pero el granero de aspecto abandonado estaba en la mitad de tierra húmeda y al lado de una ciénaga cubierta por diverso follaje. También observó cientos de ojos, de un amarillo intenso, mirando desde el agua.

Cocodrilos.

Él jamás había visto a esa clase de animales y, aunque por un lado estaba fascinado por ello, al mismo tiempo la cautela le hizo repetir las palabras de la Araña en su mente y no distraerse.

Pero no estaba preparado para lo que vendría a continuación.

A lo largo de su vida había sido humillado, fue receptor de miradas de desprecio, de burla y de lástima. Esa era la razón por la que había evitado relacionarse con seres de su raza, debido a que, al ser el príncipe plebeyo de Eriméa, era una mancha en el blasón de la familia real y cualquier cosa podía llevarlo a pintarse una diana en la cabeza.

En las Redes de la Princesa Araña [Saga Dimensiones Mágicas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora