Checkmate [SeHo]

11. Despedida

Veo santos

Veo ángeles

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Tocar mi mano

Pero no seré abandonado

Para vivir y morir

En Sugarland

•Sugarland, Papa Mali

El escenario era de lejos, sangriento.

Desde la ventana se podían ver todos los muebles en el piso, platos, espejos, retratos rotos. Lo que más perturbaba a Junmyeon era la imagen de una YoungMi en el piso llorando mientras le tomaba de la mano a su madre quien yacía a su lado con varios golpes por todo el rostro y su camiseta blanca empapada de sangre, en el suelo estaba el arma con la cual Yang le había quitado la vida.

Junmyeon no podía oír ni ver nada más que a su pobre niña destrozada, con los ojos que irradiaban tristeza y dolor, ya ni siquiera podía gritar, parecía como si su voz se hubiera ido junto con su madre.

En ese momento, Junmyeon tuvo un déjà vu, el mismo marco pasó por su mente, solo que no era YoungMi quién parecía haberlo perdido todo, era Baekhyun, su mejor amigo sollozando y llamando a su madre quien había caído sin vida en medio de su escape. Esos nuevos recuerdos le hicieron poner aún más nervioso, ya no solo veía a Baekhyun, unos ojos avellanas claros que se encontraban abiertos en completo shock no pudieron alejarse de su mente, un nombre que parecía tan familiar pero distante a la vez que sabía de forma dulce y nostálgica en sus labios: "Sehun".

Junmyeon quiso entender pero su mente era un caos. El llanto de YoungMi, los golpes que Sehun daba a la puerta, los gritos del Padre Yang, todo le nublaba sus sentidos.

Cuando al fin Sehun pudo tumbar la puerta, ambos entraron, Junmyeon dirigiéndose rápidamente a YoungMi y Sehun agarrando al Padre Yang con fuerza, su mano en el cuello de la camisa del hombre apretaba firmemente su garganta.

Pudo sentir el cuerpo tembloroso de la pequeña niña que ahora se aferraba a él escondiendo su cabeza en su pecho mientras le pedía que ayudara a su madre. Junmyeon la alejó delicadamente para revisarla, pequeños cardenales se esparcían por todo su rostro y, en su cuello, se podían notar claramente las marcas que evidenciaban un intento de asfixia.

Entonces la mente de Junmyeon se nubló.

No pudo pensar en nada más que en venganza.

Le dolía ver a YoungMi en ese estado, le atormentaba ver en ella a Baekhyun. Junmyeon no había podido hacer nada para ayudar a sus amigos en ese entonces, ahora era el momento de actuar, no se iba a quedar paralizado de nuevo.