Mask || Joel Pimentel

Capítulo 16 «El chico de los dibujos pt.1»

—Me gusta cuando lo eres... —la pena me detiene.

Acabo de recordar lo que pasó en aquella fiesta, eso me hizo retractarme de decir que era tranquilo siempre...

Joel nunca me besó, en su momento me ofendió mucho porque sentí que jugaba conmigo. Pero ahora, es prácticamente una necesidad saber como hubiera sido si las cosas avanzaban.

—Ja ja, creo que...

Es todo, si no lo hace él, lo haré yo.

Tomo su rostro y lo pego al mío.

Joel toma mis hombros, abro ligeramente mis ojos, se ve tan tierno. Vuelvo a cerrarlos, llevo una de mis manos a su cabello y juego con sus rizos.

El chico se separa de mí.

—¿Pasa algo? —pregunto mientras me toco una mejilla.

—Me gustas, Kar, me gustas mucho.

Siento como mi rostro comienza a arder, me siento como una niña.

—¿No dirás nada? —pregunta.

—Eh... Yo, no sé bien... ¿Crees que es bueno momento? —pregunto, y llevo mis manos a mis bolsillos—Fue un error.

—Un error... Perdón, yo tampoco debí besarte —Joel se pone de pie, copio su acción.

—¿Me acompañas a mi habitación? —pregunto detrás de él.

Ambos salimos, el camino, como al inicio; fue silencioso.

Joel mirando al frente y yo a los lados, de vez en cuando veía su rostro para tratar de adivinar en que pensaba. Pero su expresión era neutral.

Cuando ya estábamos en la puerta, Joel quiso irse, pero lo detuve tomándolo del brazo.

—Gracias por acompañarme...

—No fue nada, llámame cualquier cosa —dice mirando al suelo.

Sé lo que sucede, seguro piensa que lo rechacé.

—Joel, tú también me gustas... —digo, él alza su mirada en seguida—Pero no creo que sea el mejor momento...

—Entonces, ¿por qué me besaste? —me interrumpe.

Sabía que lo preguntaría, tiene sentido.

—En la fiesta... Creí que tú... —miro al suelo.

—¿Yo...?

—Solo... No lo sé —tapo mi rostro con mis manos—Me gustas, pero temo que estamos en un mal momento, eso es todo —hablo rápido.

Cierro mis ojos esperando su reacción, pero no dijo nada, solo comenzó a reírse.

—Me asustaste, pensé que me dirías que descubriste que te gustan las chicas o algo así —habla, y abanica su rostro.

—Mmh, de hecho sí me gustan las chicas.

Joel se puso en blanco, eso me hizo estallar de la risa a mí.

—No temas, también me gustan los chicos, soy Bisexual —golpeo su hombro.

—Yo... No tengo nada que decir —dice con sus mejillas coloradas.

—Te veo mañana —sonrío.

—Bien, adiós —comienza a caminar de espaldas—Algún día será el momento, te esperaré —dice.

Oírlo decir eso, hizo que casi me orine, diablos, Joel, me derrites.

Entro a mi habitación, dentro está Cat, metida en sus libros. Eso me recordó las cosas pendientes que tengo de hoy.

—Que bueno que llegas —dice sin mirar.

—Estaba con Joel —digo, y me siento en mi cama.

—Uhh, ¿solos? —pregunta, con ese típico tono de amiga que sospecha algo.

—Ash, sí —me dejo caer en la cama.

Toc, toc.

—¿Irías? Estoy muy concentrada en esto —dice Cat.

Me levanto de mi lugar, voy hasta la puerta, y me llevo una extraña sorpresa.

—¿Tú? —pregunto.

Es el chico de los dibujos, al que nunca le pude preguntar su nombre.

—Necesito mostrarte algo —dice y luego mira a ambos lados.

—Emm —miro detrás de mí, y vuelvo a él—Sabes, no creo poder...

No termino de hablar, pues me jala de un brazo hasta fuera.

—Ven —dice, y camina sin soltarme.

—Espera —forcejeo, y me logro liberar.

—Es sobre la m-muerte de John —dice mirando al suelo.

Vuelve hacia mí, me toma de ambos brazos y vuelve a caminar.

—¿Qué? ¿John? ¡No sé de qué hablas! ¡Sueltame! —intento safarme.

—No lo entiendes... —tapa mi boca con una de sus mano—Su asesino está libre aún —susurra.

Inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas, veo como el sol baja y no hay nadie cerca. Maldito régimen.

—¡Ahh! —grita, saca su mano de mi rostro y la sostiene con fuerza, lo he mordido.

Él me empuja al suelo, y caigo.

—Tonta, ¿acaso crees que el tiempo me sobra?

—¡Cat, ayuda! —grito, mientras intento huir.

—¡Karen! —veo a Cat salir a toda velocidad, hago contacto visual y corre hacía mí—¡¿Qué pasa?!

—Me intentó llevar con él a la fuerza... Alejalo de mí —digo entre sollozos.

—¿Quién? —Cat me toma del rostro, con una expresión de susto total.

Volteo, él ya se había ido.