Mask || Joel Pimentel

Capítulo 9«Agridulce.»

Ya pasó una semana desde aquel día. Joel ya estaba listo para volver a la Universidad. Hoy mismo le daban de alta.

Christoper

Hola, Kar, habla tu amigo más guapo.

Quería preguntarte si prefieres ir conmigo a buscar a Joel en el Hospital.

¿De verdad? Me salvas la vida.

Si que te emociona, ¿eh?

Y claro. Soy yo quien lo ha estado acompañando en su recuperación.

Eso es verdad. 

Salimos en unas horas.

Hoy es Sábado. Tengo el día libre, aunque no será la gran cosa. Mucho menos sin Cat, ella está con su Maestra Particular y no volverá hasta la tarde. Estoy tan aburrida, que elegí salir a ver una película cualquiera. Salí del campus hasta la parada de Autobús, luego de llegar al Cine, revisé la cartelera. Terminé eligiendo una película de Terror. 'La Isla Siniestra.' No hay mejor que esa.

Cuando la película llegó a su fin. Pasé por un Café. Después me senté en la banca de una Plaza Pública. Estaba tranquila observando las aves como una viejita hasta que suena mi móvil. Pero mi corazón se alteró cuando vi de quien era.

-Hola, Mamá. ¿Cómo están tú y Papá? De verdad me alegra. Yo estoy muy bien...Sí, lo siento por no llamar, pero he estado súper ocupada con mis estudios. Sí, Cat está bien.

La charla con mi Mamá continuó. Mientras hablábamos, miraba a las personas que iban llegando o que se iban yendo. La sonrisa que me había provocado la llamada de mis padres se fue enseguida cuando vi a John aparecer. Y sí. Tristemente la demanda de Joel no funcionó porque éste imbécil es hijo de un Empresario. Es una total injusticia que ande libre como si nada hubiera pasado mientras que Joel apenas esté por salir del Hospital. Me fue inevitable seguirlo con la mirada cuando se levantó de la banca en la que se encontraba. No entiendo porque esa idea pasó por mi mente.

-Mamá, debo colgar. Te llamo luego. Mandale saludos a Papá.-sin esperar un respuesta del otro lado, colgué la llamada. Me levanté de mi banca. Comencé a caminar rápidamente hacia donde John se dirigía. No soy del todo idiota, si llegó a ver que va a un lugar donde no hay gente, me iré. Eso no tardó mucho, porque mis ojos fueron testigo de como alguien, cuya identidad no conozco, lo arrastró hacia un callejón. Sin duda alguna no iba a entrometerme, no me importa si algo malo le está pasando. 

Que se joda el cabrón.

Me fui hasta el campus. Cuando llegué Cat aún no había llegado, pero ya debía ir al Hospital con Chris. Cuando salí de mi habitación, estaba parado junto a su carro el chico sonrisas de oro, así quería que le dijera, pero nunca lo hice en su presencia. Eso le fastidiaba.

—¿Lista?—dije que sí asintiendo con mi cabeza. Nos subimos a su carro y comenzamos camino a el Hospital. Cuando ya estábamos ahí, seguimos el mismo proceso que habíamos hecho veces anteriores y pasamos con Joel.

—¿Listo para volver?—pregunté con una sonrisa. Todos estábamos esperando esto. Pero Joel no se encontraba en su cama.—¿Joel?

—Estoy más que listo.—habló mientras salía del baño. Ya con su propia ropa y no con esa odiosa bata de Hospital.

—Con esa pinta, mi bro, nos conseguimos las chicas más lindas.—bromeó Christoper. La verdad sí se veía muy bien. Traía puesta una remera gris cuello de tortuga, una chaqueta de cuero y unos jeans negros. Hoy sí que se quiere lucir.

—Como sea, ¿nos vamos?—habla Joel. Pero mi móvil vibra. Era una llamada de Cat.

—¿Necesitas algo, Cat? Sí. Aquí estamos todos. Cat dice que pongan las noticias.—les hablo a los chicos. Joel enseguida enciende la pequeña pantalla. Las noticias informaban la muerte de uno de los hijos del dueño una importante empresa. Dijeron que el joven fue encontrado degollado en un callejón.

—Esperen, ¿ese no es..?—fue todo lo que dijo Chris.

—Karen, ¿estás ahí?—hablaba Cat desde el otro lado del móvil.

—Sí, Aquí estoy. Te veo en la Universidad.—dije y corté la llamada. Nadie volvió a decir nada. Solo Joel llenó unos papeles que hacían falta y salimos de ahí. Cuando llegamos al campus. Me ofrecí a ayudar a Joel a instalarse.

—Oh, créeme que no hace falta. Ya hiciste mucho por mí.—me dice Joel.

—Es cierto. Con mi ayuda bastará.—habló Chris.

—Como quieras. Entonces me voy a mi cuarto. Adiós.—luego de despedirme. Comencé mi camino hasta mi habitación. Cuando llegué, Cat estaba caminando de un lado a otro en el lugar.

—Hey, ¿estás bien?

—¿Qué crees que haya pasado?—fue muy directa. Estaba a punto de contarle lo que había presenciado horas antes. Pero preferí callar.

—No lo sé. Ni siquiera sé qué pensar.

—Yo mucho menos. Creo que lo mejor es olvidarnos de esto. No nos incumbe. Mi preocupación eras tú. Apenas me enteré que hay un asesino suelto me preocupé.

—Estoy cansada. Quiero dormir.

—Apenas son las siete, pero si tú quieres.

Luego de ducharme, me tiré sobre mi cama. Qué día tan agridulce. ¿Cómo se supone que iba a dormir después de lo sucedido? No puedo dejar de pensar en lo que me hubiera pasado si lo hubiera seguido un poco más. O en quién fue la persona que le hizo eso a John.