Parte 8

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A las 10 AM del día siguiente se encontaron Diana y Hyun Joong en el lobby del hotel. Debían ir al ensayo del miniconcierto de la tarde. A la salida del hotel se encontraron con muchas chicas gritando el nombre del líder, así como también a la entrada de la estación televisiva. Diana tuvo un par de reuniones administrativas mientras Hyun Joong ensayaba. No se volvieron a ver hasta eso de las 17 hrs. Diana pasó por la sala de maquillaje y ahí estaba el chico, sólo alcanzó a saludarlo de lejos. A las 19 hrs. en punto comenzaba el concierto. Los bailarines estaban listos para salir a escena, así como también los músicos. Diana estaba a un lado del escenario, supervisando todo. Hyun Joong llegó corriendo a su lado, era hora de comenzar con el show. Sólo tenía que esperar que el presentador lo anunciara. “Cómo luzco?”, le preguntó él, coquetamente a Diana mientras le guiñaba un ojo y sonreía. La chica lo miró de pies a cabeza muy seria y exhaustivamente, finalmente cambió la expresión de su rostro. “Excesivamente guapo”, dijo sonriendo juguetonamente mientras se mordía el labio. El chico le devolvió una amplia sonrisa. “Espera, falta algo.”, le dijo de pronto Diana, tomándolo del brazo. Él la miró extrañado, la chica arregló el cuello de su camisa y luego con un dedo le acomodó un mechón de cabello que caía en su frente. “Así está aún mejor”, agregó. De pronto se escuchó la voz del presentador que lo anunciaba y el chico se apresuró a salir a escena. Diana lo quedó mirando, aunque poco se veía, las luces estaban apagadas. Todo se iluminó de pronto y apareció el líder en escena. Diana no podía dejar de mirarlo, lo encontró más guapo que de costumbre. Su vestuario era negro y ajustado, con algunas transparencias y brillos en el torso, lo que dejaban entrever algo de su musculatura. Estaba embobada mirando los movimientos del chico cuando alguien vino a preguntarle algo sobre el show. Tuvo que retirarse a los camarines. Cuando volvió, habían pasado ya cerca de 30 min. y ya faltaba poco para que terminara el show. Se asomó nuevamente y ahora a vio al chico vestido

íntegramente de blanco. Parecía aún más alto y esbelto. Una nueva canción comenzó a sonar. Le pareció un tanto conocida a Diana pero presumió que la había escuchado durante algún ensayo o concierto anterior. Se acercó más al escenario. Hyun Joong la divisó en la esquina y le sonrío mientras cantaba. De pronto, escuchó “… Cause you’re a cheater, a liar and a killer…”. Diana recordó aquella tarde en el aeropuerto cuando venía llegando a Corea. No lo podía creer, sonrío. “Entonces, ese chico alto y guapo que cantaba en la televisión mientras todas las chicas gritaban… eras tú”, pensó. “Es extraño el destino. Quien iba a pensar que quien me sacó de mis pesadillas aquel día, sería para quién trabajo hoy y quien ha llegado a ser una persona muy importante en mi vida.” Y terminó con un suspiro, mientras comenzó a reir sola. Hyun Joong sacó a la chica de sus pensamientos con un fuerte abrazo que le dio al salir del escenario, mientras le dijo al oído: “Qué te pareció? Cómo estuve?”. Diana no quería soltarlo, lo retuvo entre sus brazos un par de segundos, le pareció aún más atractivo, sentía su sudor y calor traspasándose a su cuerpo. Ambos se quedaron así por un momento. La chica al fin logró articular una palabra. “ Me encantó… Pero mejor vamos a tu camarín, tienes que descansar.” Se fueron caminando hasta allá. Adentro, el chico bebió de un sorbo una botella completa de agua mineral. Luego se desplomó en el sofá y cerró los ojos. “Bueno, te dejo para que te arregles. En una hora te paso a buscar para que nos vamos a la fiesta. Te parece?”, dijo Diana. “Si, claro. Me baño y me cambio de ropa.”.

Diana se fue a otro camarín donde la asistente alta y delgada de gafas le tenía preparado el vestido que debía usar esa noche. Este era de satín, de un color azul eléctrico, ajustado y largo, corte sirena. La parte superior tenía pequeñas mangas englobadas, con un pronunciado escote en v, bajo este llevaba unos pequeños bordados en tonos plata y a la altura de las rodillas tenía un corte que hacía que el vestido se ensanchara. Lo combinó con unas sandalias plateadas y un pequeño bolso de manos en el mismo color. La peluquera se encargó de recogerle el pelo en bucles hacia atrás, mientras la maquilladora hacía lo suyo. La chica ya estaba lista. Tomó su bolso y le dio indicaciones a la asistente para llevarlos en 5 min. al lugar de la fiesta.

Diana golpeó la puerta del camarín de Hyun Joong. El abrió la abrió. Al verla frente a sus ojos no pudo evitar el mirarla de pie a cabeza. No logró disimularlo. No supo que decir y agregó: “Wow!! Te ves realmente… alta!! Si alta, casi eres de mi porte.” “No, no es para tanto. Estás listo?”. La chica también lo observó pero fue más cautelosa. Aprovechó el momento en el que él se devolvió a buscar su celular para hacerlo. Vestía un terno ajustado de color gris oscuro, llevaba debajo una camisa negra, sin corbata y unos zapatos negros, brillantes con punta. “Ahora sí, vamos”, le dijo.

La gala era cerca de la estación televisa, a unos 10 minutos de ahí. En una mansión donde se reuniría toda la gente famosa, músicos, presentadores de TV, actores, etc. Y Hyun Joong había sido especialmente invitado, era un honor para él. Al entrar al lugar fueron muy bien recibidos y seguidamente presentados a las grandes celebridades, brindaron y escucharon música aburrida. Llevaban 1 hora en el lugar y lo único que deseaba Hyun Joong era huir de ahí, si bien lo mejor eran los tragos, no había mucha gente conocida y la comida no le pareció de lo mejor. El chico se fijó en que algunos ya se retiraban y le propuso hacer lo mismo a Diana. Ella le dijo: “Si te quieres ir, no hay problema. Vamos. Prefiero comer en el hotel. No se tú pero no me agrada mucho la comida aquí. Moriría por comer papas fritas.”. “Excelente idea!!, Cuando veníamos ví un local de

comida rápida, que tal si vamos y compramos ahí.”, agregó el chico muy entusiasmado. “Es en serio? No será una locura? Y si alguien te ve?”, dijo Diana. “Vamos ahora mismo”, le contestó Hyun Joong. Habló con uno de los guardaespaldas para que trajeran el auto para retirarse. En menos de 5 minutos ya estaban arriba. Hyun Joong le dio las instrucciones al chofer quien los llevó a un local de comida rápida a un par de cuadras de la mansión. Cuando ya estaban afuera, Diana hizo intento de bajarse, pero el chico la sostuvo de una mano, diciéndole: “Para donde vas?”. Diana le contestó: “Voy a comprar”. “Pero… tú?... Le puedo pedir al chofer que vaya o a alguno de los muchachos…”. Diana lo interrumpió decidida: “No es necesario. Puedo ir yo.”. Hyun Joong sonrió y movió la cabeza. En el fondo esos eran unos de los rasgos que le gustaban de la chica, que era testaruda y autosuficiente. Muy parecida a él.

A los pocos minutos subió corriendo Diana al automóvil, venía un poco mojada, acababa de comenzar a llover. “Te mojaste?”, le dijo él preocupado. “No, no es nada”, contestó la chica mientras abría una de las bolsas de comida que traía. Diana le pasó una al chofer y al guardaespaldas que estaban sentados en la parte de adelante del auto. Ellos agradecieron cordialmente. La otra era para ellos dos. Disfrutaron comiendo como dos niños chicos mientras conversaban y reían de lo aburrida que había estado la fiesta y la comida. Mientras disfrutaban de la comida, el chico le preguntó a Diana: “ Te ví que te estabas riendo cuando terminaba el show. Salió algo mal? Me pregunté eso al verte.”. “No, por el contrario. Sólo me acordé de cuando llegué a Corea.” Respondió ella. “De cuando llegaste a Corea? Y qué tiene que ver?”, le preguntó él. “Cuando llegué a Corea, lo primero que escuché en el aeropuerto fue a ti y no tenía idea. Esa canción que cantaste al final… Me pareció una gran coincidencia, nada más, por eso reía.”, contestó Diana. El chico sonrió y luego dijo: “Quizás… fue una señal.”

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