Capitulo Uno: El Comienzo.
Pateo la puerta principal de la casa y salgo refunfuñando, estúpida vida.Si preguntan porque mi enfado, culpen a mi terco hermano. Hoy se presento con una ''amiga'' y terminaron revolcándose justo frente de mis narices, incluyendo la de mi madre, eso significa grandes problemas para mi hermano y mucho dolor emocional para mí.
Me dirijo al vehículo último modelo que mi padre me obliga usar. Pues si, adivinaron, mis padres son dueños de muchas empresas, lo que significa que tenemos que mantenernos al margen, corrección, ellos deben mantenernos al margen. ¡Qué divertido!. Abrí la puerta y me introduje en el vehículo.
-Mierda -chillo cuando me piso un dedo- estúpido auto, estúpida puerta, estúpido hermano.
Golpeo la puerta cerrándola finalmente sin daños.
-Por fin haces algo bien -me felicite furiosa.
Conduzco por la calle lejos de las casas extravagantes y todo el estúpido lujo que me hace vomitar, llego al parque central de la plaza y estaciono el lujoso auto detrás de un árbol para que no me vean bajando de él.
¿Irónico no? Otra persona que fuera racional les restregaría el dinero que tiene a los más pobres, cerdos. Detesto a esos ególatras que solo piensan que son superiores a los demás, inútiles irracionales. Normalmente me escondo de la alta sociedad por eso mismo, ¿Qué si soy extraña? Pues sí, es mucho mejor que ser una cerda plástica.
Saco de la maletera mi bicicleta. ¿Cómo la monte ahí? Pues es fácil si no tenemos en cuenta que recibí unos cuantos golpes, unas uñas rotas, y unos cuantos rayones en el auto. Al dejarla en el suelo me enorgullezco al ver su hermoso color negro brillante sin daños, por lo menos algo salió ileso de esto. Ya lista para empezar andarla, cruzo la carretera y la manejo sin mucho cuidado.
El viento sopla mi cabello y relaja mis tensos músculos. Por fin libertad. Dejo a un lado los problemas del hogar y me dejo llevar por el transporte de dos ruedas. Manejo por calles, pasando todo sin ningún rencor, memorizando todo lo que me da paz. Al fin sola.
Un ensordecedor ruido me saca de la tranquilidad y freno la bicicleta tan rápidamente que casi salgo volando, perfecto. Volteo hacia todos los lados encontrándome con un Erick apenado.
-Idiota, casi me matas -dramatizo cuando llega a mi lado.
El ríe sin ningún pudor, estúpido.
-Perdona oh princesa Alice, pero pensé que tenías que ver a este hermoso príncipe, necesitabas de urgencia tu dosis diaria -se burla el muy descarado.
-Yo también pienso lo mismo, ahora, ¿Dónde está el príncipe? no lo veo -volteo y miro a todas partes, sabía que eso iba a...
-Me ofendes Alice -pone una cara de horror.
Rio de su inmadurez.
Ja, como si tú fueras muy madura.
Cállate subconsciente, nadie te llamo.
Pues a ti si, inútil.
Gruño inconscientemente, vuelvo a la realidad encontrándome con un preocupado Erick. Al parecer si me estaban llamando. Le sonrió tranquilizándolo, no es la primera vez que pasa.
-Bueno Erpis ¿Qué haces por aquí? -le pregunto burlándome de su sobrenombre, digamos que él tuvo un pequeño accidente en mera clase, desde ahí le llamo Er-pis.
El hace una mueca. Me rio. Es fácil molestarlo.
-Pues vine a comprar algunas cosas para mama, Lila -le miro furiosa.
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Amor Ilegal
Romance-Tengo que alejarme de ti -susurre cerca de su boca, mi cuerpo burbujeando por nuestro acercamiento. -Lo sé.