Capitulo Siete Parte I.
Mierda.Fue lo primero que pensé al despertarme esta mañana, la palabra correcta para describir la situación.
¡La resaca es una mierda!
Joder, si ayer no hubiera tomado tanto tal vez sería un poco racional, me levanto de la cama con unas inmensas ganas de ducharme, camino a paso lento y dificultoso mientras agarro fuerte mi cabeza para que no explote, aún no sé porque los científicos no han inventado una cura rápida para la maldita resaca, es muy necesaria.
¡Mierda que frio!, maldigo silenciosamente a Elizabeth por tener la fabulosa idea de poner solo un baño afuera de nuestras habitaciones, ¿es que la mujer no tiene sentido común? Resoplo, claro que no lo tiene.
Cierro lo puerta del baño resignado, enciendo la ducha y me introduzco en el agua artificial relajando mis tensos músculos, pienso, pienso y pienso pero no tengo ni puta idea sobre lo que paso ayer, solo recuerdos momentáneos sobre algunas chicas y unas cuantas caídas borracho. Al salir de la ducha me seco, me pongo el bóxer y salgo. Veo mi reloj, no se burlen soy del tipo de chicos que les encanta llevar un reloj, es temprano faltan treinta para que empiece la primera hora, iré a despertar a Lia.
De pronto unos hermosos ojos grises aparecen en mi mente nublándome, ¿cuándo diablos me dejaran en paz? Sacudo rápidamente ese recuerdo y camino a paso decidido hasta su habitación. Su cuarto es que queda más alejado del cuarto de baño, por lo que titubeo por el frio mientras recorro el maldito pasillo. Al llegar toco su puerta tres veces, nadie contesta, esta chica si duerme. Algo frustrado vuelvo a tocar recibiendo el mismo silencio, me harte, voy a entrar.
¿Qué mierd...?
Nada, no hay nadie. ¿Ya se habrá ido?
Me encojo de hombros, eso no debería importarme. Me limito a caminar hasta mi habitación para cambiarme, algo que no puedo hacer si hay un gran bulto debajo de mis sabanas. ¿A quién mierda traje ayer?
Hago memoria recordando que desperté con ropa, pero eso no significa nada. De seguro me folle a alguien borracho, joder. Molesto conmigo mismo agito al bulto, lo cual es un pequeño cuerpo, para que se despierte y se largue de mi casa lo antes posible, la verdad es que ni quiero saber si tuvimos sexo, lo cual es muy seguro. El cuerpo se remueve, se queja, se da media vuelta y se pone a roncar. ¡Qué cómodo!
¿Y si esa chica tenía sida? ¿Gonorrea? ¿transmititi.sexiti.motaliti? Bueno está bien, creo que estoy exagerando. Agarro el cuerpo de la chica, es más liviana de lo que parece o tal vez mi cuerpo de atleta ayude mucho, presumido susurra una fastidiosa voz, la ignoro y vuelvo toda mi atención a la chica, la sacudo sin verla y la saco por la puerta de mi cuarto, camino con ella a rastras mientras esta se remueve soñolienta, diablos ¿no podían hacer la casa un poco más pequeña?, estos malditos corredores son una ladilla.
-¿QUE HACES MALDITO CERDO?
Al parecer despertó.
La voz de la chica esta ronca por los efectos de acabar de despertarse, su voz me parece conocida pero ni me inmuto, de seguro es porque me acosté con ella ayer.
Abro la puerta principal sin mirarla, ella patalea y me golpea, ¿esta chica practica karate?
-SUELTAME DANIEL -Empieza a gritar. Mujer pero que cuerdas vocales.
Frustrado la saco de la casa, sé que no es muy amable de mi parte pero no quisiera que Lia la viera, la imagino frustrada y decepcionada ya que siempre pasa lo mismo, gracias a eso me he acostumbrado a llevarlas a un hotel.
ESTÁS LEYENDO
Amor Ilegal
Romance-Tengo que alejarme de ti -susurre cerca de su boca, mi cuerpo burbujeando por nuestro acercamiento. -Lo sé.