Capítulo 18. El final

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Junkyu P.O.V

No exageraba si decía que el último mes que pasé antes junto a Mashiho de irme al extranjero fue uno de los mejores de mi vida. Pocas veces había sentido tanta felicidad durante tanto tiempo. Después de la muerte de mi madre, solo había podido experimentar esa alegría con mis amigos y, ahora que tenía a Mashiho a mi lado, me sentía una de las personas más afortunadas del mundo. Íbamos al cine, a la playa, a restaurantes... cualquier lugar que se le antojara, ya que le había prometido cumplir todos sus planes antes de marcharme. Pero prefería no pensar en ello, porque solo la idea de estar alejado de él durante tanto tiempo me oprimía el corazón.

También me había comprometido a ayudarle en todos los exámenes que tuviera, pero esto era algo más de decisión personal, porque no quería que mi novio suspendiera y tenía que aprender a estudiar sin mi apoyo.

- Tienes que hacerte un esquema de esto y de esto - le indiqué mientras me traía un zumo de piña.

- ¿En serio? Yo creo que no es tan importante, no creo que salga en el examen - dijo.

A pesar de que no era una persona que no fuera inteligente, en ese tipo de cosas era increíblemente perezoso.

- No nos vamos a arriesgar, dame el boli - le pedí para apuntar mis órdenes en un papel.

- Eres realmente implacable con los estudios, eh - murmuró Mashiho.

- No solo soy implacable con eso - bromeé, guiñando un ojo.

Mashiho hizo un gesto de desprecio y me golpeó en la cabeza con un rollo de papel hecho con sus apuntes.

- Luego soy yo el que no se concentra - dijo.

Nos mantuvimos en silencio unos minutos, atentos al ejercicio que debíamos resolver. Podía notar fácilmente lo mucho que había mejorado Mashiho en su rapidez y su razonamiento. Pero después de resolver dos problemas, parecía agobiado.

- ¿Qué pasa? ¿Quieres tomar un descanso? - le pregunté, preocupado.

Se llevó las manos a la cabeza y se removió el pelo, nervioso. Tenía miedo de que le volviera a dar uno de sus ataques de pánico.

- El viernes te vas - dijo.

"Así que es por eso", pensé. Llevaba unos días notando que estaba un tanto raro, pero no sabía si se debía a los exámenes o a cualquier otra cosa que no quería comentarme.

- El viernes me voy - confirmé, muy a mi pesar.

- ¿Has hablado con tu padre? - preguntó.

- No demasiado, prefiero comunicarme con mi profesor, y él parece estar de acuerdo con eso.

Levantó la cabeza y me miró con esos ojos de cachorro que hacían que mi corazón diera un vuelco completo desde el primer día que los vi.

- Sé que es egoísta lo que estoy a punto de decir - expresó - Pero no quiero que te vayas.

Escuchar esa frase salir de su boca me destrozaba por dentro.

- Yo tampoco quiero irme - confesé -. Pero pasará mucho más rápido de lo que imaginas, ya verás.

Mis palabras sonaban vacías, lo sabía perfectamente. Pero no se me ocurría nada qué decir para consolarle. De repente, escuchamos como la puerta principal se abría y entraba el padre de Mashiho, mucho más animado de lo acostumbrado.

- Hola, chicos, ¿Estudiando? Así se hace - dijo.

Se fue directo a su habitación silbando una cancioncilla desentonada.

La verdad I MashikyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora