Capítulo 7. No todo es bueno

124 15 2
                                    


Mashiho P.O.V

Sentía que el tacto de sus labios aún no había desaparecido por completo de los míos. La noche anterior, había cerrado los ojos dejándome llevar por la situación, sin pensar realmente en mis actos. Aunque si lo hubiera hecho, como Jihoon siempre me recomendaba, dejaría de ser la persona quién soy, y eso era incluso peor. Había hecho lo que me pareció adecuado en el momento y, a pesar de que no me arrepentía, me sentía inquieto y ansioso.

- Mashiho, ¡Mashiho! ¿Me escuchas? - me preguntó mi padre.

Llevaba distraído toda la mañana, sin pensar en otra cosa que no fuera en lo ocurrido en el precipicio. ¿Por qué ese beso había sido tan diferente a los que me había dado con otras chicas? Pero más importante que eso, ¿Por qué Junkyu me había besado? Tenía tantas preguntas que podía crear un examen en ese mismo momento.

- ¿Qué pasa?

- No has comido nada de lo que he preparado, estoy preocupado - contestó.

Me obligué a mi mismo a comer una cucharada de arroz. De nuevo, estaba tan duro que costaba masticar. No sé como se lo hacía para cocinarlo mal día tras día, por eso, cuando los vecinos de al lado nos daban las sobras la comida se convertía en un manjar. Pero hacía poco que se habían mudado, así que tenía que aprender a cocinar lo antes posible si quería que mi estómago dejara de sufrir.

- ¿Hoy viene ese chico a ayudarte con los exámenes, no? ¿Junkyu era su nombre? - me preguntó.

Al escuchar como lo mencionaba mi corazón se sobresaltó un poco.

- Sí, todavía tenemos que terminar algunos temas - dije -. Es raro que te aprendas el nombre de uno de mis amigos tan rápido.

Papá levantó las cejas ante la insinuación que le hice. Era obvio que le gustaba más que mis amigos habituales porque proyectaba un aura de bondad que no era usual en nuestro barrio. Además, me ayudaba a estudiar, cosa que le aliviaba extremadamente sabiendo que mis notas no paraban de bajar.

- Bueno, no lo conoces desde hace mucho, pero parecéis muy cercanos. Es normal que me lo aprenda si viene a casa tan a menudo - comentó.

Era verdad que los padres tenían un sexto sentido o algo parecido. El estómago se me encogió y me puse tenso de repente. Si hubiera sido un espía me hubiera pillado al segundo. Empecé a recoger los platos apresuradamente

- ¿Y dónde te dijo que vivía?

- No especificó, solo me dijo que se había mudado por el barrio. Tampoco sé el nombre de su escuela. Jihoon no parece fiarse mucho de él, así que siempre me dice que vaya con cuidado - expliqué.

- ¿Y tú? - me preguntó mi padre -. ¿Tú que piensas de él?

Esa era una muy buena pregunta que me hubiera gustado responder con sinceridad, pero ni de lejos tenía los pensamientos tan claros.

- Es buena persona, me está ayudando mucho. Aunque... - empecé a decir, no muy seguro si debía continuar la frase.

- ¿Aunque...? ¿Qué es lo que pasa?

Dudé en decírselo ya que no se lo había comentado a nadie, ni siquiera a mis mejores amigos, porque no sabía explicarlo con exactitud.

- Es que tengo la sensación de que me oculta algo. No sé el qué - expliqué vagamente.

Tampoco quería que mi padre lo empezara a ver con malos ojos, igual que Jihoon.

- ¿Por qué piensas de esa manera? - preguntó sorprendido.

La verdad I MashikyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora