Capítulo 8. Saliendo sin miedo

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Junkyu P.O.V

Me sentí mal conmigo mismo durante toda la semana. Estaba convencido de que el ataque había sido culpa mía, a pesar de que él lo negara todas las veces que yo le preguntaba. ¿Qué otra razón podía haber? Mashiho me decía que estaba muy estresado por los exámenes y que parecía que estaban a punto de echar a su padre del trabajo, pero yo no podía creerme que mis palabras de aquella tarde no tuvieran nada que ver. Todas las veces que me había lanzado a la piscina con las personas que me gustaban habían salido mal, ¿Por qué no aprendía la puñetera lección?

- La inglesa se acerca otra vez... - soltó Asahi rodando los ojos.

Lo cierto era que no estaba de humor para aguantarla. Llevaba sin hablar con Mashiho un total de cinco días, desde el día del observatorio. Me dijo que necesitaba tiempo y que por eso no quería que le mensajeara hasta pasado unas semanas. Pero la tentación era mucho más fuerte de lo que pensaba. ¿Y si no quería volver a verme más en la vida? No se me ocurría nada más horrible que eso.

Una figura femenina que se posó delante mio e irrumpió mis pensamientos.

- Solo he venido para recordaros la fiesta de esta noche, espero que no os hayáis olvidado. Es importante que asistáis - dijo con su tono de voz que me parecía especialmente irritante ese día.

Lo que menos me importaba en ese momento era, posiblemente, esa estúpida fiesta. No tenía ni ganas de ser amable con ella. Hyunsuk vio mi expresión de desagrado y me dio un fuerte golpe en el hombro que hizo que soltara un pequeño chasquido.

- Allí estaremos, no te preocupes - aseguró.

La chica sonrió y se fue por donde había venido.

- No creo que lo haga, no me apetece demasiado - avisé.

- Eso no es una opción, vas a ir como todos los demás. Además fuiste tú el que le dijo que iríamos, no seas fresco - dijo - Venga, que seguro que te ayuda a animarte.

Tampoco quería animarme. Necesitaba hablar con él pero quería respetar su decisión a pesar de que la espera me estaba matando.

- Creo que le diré a Haruto que venga con sus amigos si quiere. Les enviaré un coche para que les recoja. ¿Le dijiste a Mashiho la verdad, no? No hace falta que sigamos fingiendo que seamos pobres entonces.

- ¿No se ha enfadado Haruto al enterarse? - pregunté.

- Supongo que sí, pero se le habrá pasado. ¿No puede estar cabreado toda la vida, verdad que no? Sería absurdo dejar de ser amigos por una cosa como esa.

Hundí la cabeza entre mis brazos, desesperanzado.

- Soy un imbécil - dije.

- Estamos de acuerdo - añadió Asahi.

- Pero puedes dejar de serlo - siguió diciendo Jeongwoo, dándome palmadas en la cabeza.

- ¿Cómo es eso posible?

- Pues dejando de comportarte como un imbécil.

Sin demasiadas ganas, escogí entre toda la ropa de mi vestidor unos pantalones tejanos de diseño con figuras geométricas y un chaleco de punto marrón con una camisa blanca debajo. Agarré los primeros zapatos negros que encontré y salí de mi habitación para despedirme de las criadas. Para mi sorpresa, me encontré con mi padre hablando con una de ellas en la cocina. Estaban tomando una copa tranquilamente y sentí que era inoportuno molestarlos, pero mi padre se dio cuenta de mi presencia y me obligó a acercarme a ellos.

- ¿A dónde vas?

- Una compañera de clase va a celebrar una fiesta en su casa y nos ha invitado a todos - dije, soltando las palabras sin cuidado.

La verdad I MashikyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora