Algunas veces, los finales son los mejores comienzos.
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Los dias y las noches habían echo su trabajo y así de sencillo habían pasado seis meses, se podia respirar el amor y la paz en sus vidas, era sorprendente como tu vida podia cambiar tanto en menos de un año, Katherine estaba cocinando la comida, sabía que Thomas estaba en su despacho, aquel al que ella ya entraba sin ningún problema, estaba arreglando algunos papeles de su empresa, él era su novio, se lo había pedido hacia dos meses y desde entonces la felicidad no cabía en ninguno de ellos, ahora tenían aquello que tanto habían anhelado, tenían a esa persona que los amaría sin condiciones.
-huele bien – ella sonrió al sentir las manos de él en su cintura y sus labios en su mejilla.
Se giro y lo beso, ambos estaban totalmente recuperados de sus heridas, Thomas sonrió y tomo su rostro entre sus manos, Katherine sujetando en su cuello sintiendo satisfacción cuando noto como él se estremecía ante su tacto, la comida quedo olvidada al sentir como todo escalaba de forma rapida, eso era algo a lo que ninguno se acostumbraba, el como sus cuerpos reaccionaban al otro.
Katherine se separo de él y tomo su mano con timidez y con el rostro totalmente sonrojado, Thomas sonrió al darse cuenta de que los llevaba a su habitación, aquella que ambos compartían, la beso de nuevo cuando estuvieron frente a su cama, él sintio sus pequeñas manos quitarle su camiseta, y así entre caricias y besos se recostaron en la cama, se amaron uno al otro, sin medidas ni contemplaciones, Thomas le susurro palabras llenas de amor y de promesas a sus oídos y ella las tomo todas y cada una de ellas y las resguardo en su corazon, ambos besaron todos los lunares y cicatrices que el otro portaba.
Y para cuando la noche llego a ellos ya se habían susurrado las promesas que otros nunca recibirán en sus vidas, ella recostó su cabeza sobre su pecho, ambos con la respiración agitada pero plenamente felices, habían echo el amor de la forma mas pura y desgarradora posible.
Mientras los brazos de Thomas la rodeaban por la cintura ella pasaba sus manos por su pecho, ambos sujetándose con fuerza y delicadeza a la vez, ella estiro sus labios hacia los de él, lo beso de nuevo y confirmo, una vez mas, que esto no era un sueño, que él hombre que estaba junto a ella, que le demostraba todos los dias cuanto la amaba y lo valiosa que era para él, era real, de carne y hueso, tan real como el amor que ella profesaba por él.
Thomas sonrió a la mitad del beso al sentir como las pequeñas manos que el sujetaba todos los dias lo acercaban mas por su cuello, se separaron y observo su rostro, no dispuesto a perder ningún momento sin admirarla, suspiro, fascinado y estremecido por la sensación de tenerla junto a él, aun no entendía como había sido tan afortunado de tenerla con él y de como ella lo amaba, sin embargo, se alegraba de tenerla y de amarla.
-eres lo mejor que me pudo haber pasado, ¿lo sabias? – le pregunto y ella le sonrió, sonrojándose.
Ella escondió su rostro en la curvatura de su cuello, rebosante de alegría y sintiéndose afortunada, ambos habían encontrado la libertad y el perdón en el otro, y eso era lo ultimo que habían pedido, aquellos momentos juntos los apreciaban y guardaban como el mas valioso de los tesoros, ambos habían logrado avanzar y olvidar, y aceptar, que sus corazones se pertenecían uno al otro desde hacia mucho tiempo.
-eres tan perfecta y mía para amar – beso su frente – para cuidar – beso su nariz y ella sonrió – para atesorar – beso sus dos mejillas – y para admirar de ahora en adelante – finalmente beso sus labios y ella lo recibió gustosa, los dedos de ambos deslizándose por la piel desnuda.
Y cuando se separaron ella movió sus labios, de forma lenta y firme, para que él pudiera entenderla.
“soy tuya, al igual que tu eres mío” – ambos sonrieron y se besaron una vez más.
Así era su vida ahora, sin problemas ni preocupaciones, sin nada que los separara, sin dolor, sin ninguna caída más, y con una familia que los apoyaría sin importar que, esto es lo que eran ahora, ambos se amaban y se adoraban, y ninguno dejaría caer al otro.
Este era su final feliz.
Fin.
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Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, nos vemos el año que viene con nuevas historias, algunas ya las tengo comenzadas, me alegra tanto hasta donde avanzamos este año, nos vemos en aquel que comienza.
Feliz año nuevo.
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Amor En Señas. Duoligia Amores. Libro 1
Ficção Adolescente-No pienso trabajar como niñera - su voz se escucho áspera y dura -Guardaespaldas, no niñera, existe una diferencia - el hombre frente a él le corrigió -para mí es igual - casi gruño hacia aquel hombre al que llamaba amigo - la paga es muy buena a...