Capítulo VII

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Una vez que Thomas había logrado separar al hermanastro de Katherine de ella, y además de haberles advertido a ambos que si la volvían a tocar sufrirían las consecuencias, la ayudo a levantarse y ambos salieron de la cocina, como no sabía a donde más llevarla había optado por llevarla a la habitación de ella, cerrando la puerta una vez que ambos entraron la hizo que se sentará en el borde de la cama, y con cuidado reviso si ella estaba bien.

Katherine en medio del llanto logró explicarle por medio de señas y con manos temblorosas lo que había pasado y las dos personas que habían estado en la cocina con ella, Thomas al entender lo que ella quería decirle sintió aún más enojo y frustración de lo que había pensado que podía sentir, una vz que logró que ella se calmará salió a la cocina por hielo para ella, ya que su cuero cabelludo estaba totalmente rojo además del chico que estaba comenzando a formarse en la zona donde su hermanastro la había jalado del cabello.

Cuando volvió la encontró de piernas cruzadas sobre la cama y mirando sus manos, noto que también seguían saliendo pequeños hipidos de sus labios, se acerco a ella y se sentó a su lado, coloco el hielo - que antes había envuelto en una tela - en donde se estaba comenzando a formar un bulto, ella levanto la mirada al sentir el frío en su cabeza y lo vio sentado a su lado.

  - ¿éstas mejor?
 
Thomas la observo esperando una respuesta, y noto sus ojos rojos y acuosos.

'' un poco, gracias''

  - ¿necesitas algo?

Katherine negó con la cabeza y dejó que Thomas acomodará mejor el hielo en su cabeza, no era lo único de ella que se había lastimado, su cuello y sus rodillas dolían, sabía que había sido por la forma tan dura en que la habían tratado, pero aún así la incomodidad de su cuello la hizo llevar una mano a este en un intento por calmar el dolor que sentía.

Thomas noto como sobava su cuello y supo que se había lastimado, de forma inconsciente acerco la mano que tenía libre a su cuello y lo rozas con la punta de sus dedos, sintió la calidez de su piel y la suavidad del cabello de su nuca, algo que hacía demasiado tiempo no sentía lo golpeó de repente, sintió la presión en su pecho y deseo tocar más allá que solo la piel expuesta de su cuello.

Katherine sintió sus dedos rozando su cuello, su calor y el perfume de él le legaron de golpe, lo miro a los ojos y pudo notar unas cuantas pecas esparcidas por sus mejillas y en su nariz, sintió un escalofrío recorrerla completa cuando sintió como sus dedos se movían en torno a su cuello, el calor la embargo y sintió un deseo desconocido, pero que la hizo sentir demasiado bien.

  - ¿Te duele? - la voz de él fue apenas un leve susurro, pero fue suficiente para que ella lo escuchara con atención

Ella afirmó con su cabeza y ambos se observaron, temían hablar y rompe la bella atmósfera que se había formado en torno a ellos, el miro atento a los ojos de ello y juro perderse en ellos, Katherine miro sus ojos, cubiertos por sus tupidas pestañas, ambos miraron a los labios del otro y sintieron el deseo irrefrenable de a acercarse y probar los labios del otro, se miraron por lo que parecieron largos minutos, hubieran permanecido de esa forma por horas, pero el sonido de un teléfono en la habitación de Thomas hizo que ambos se separaran de golpe.

Thomas se puso de pie de forma rápida y corrió hacia su habitación llevando la bolsa con hielos en su mano, Katherine se puso de pie y camino de forma rápida hacia el baño de su habitación, ambos se encerraron hay con las respiraciones agitadas y con la misma pregunta rondando en sus cabezas.

¿Qué era lo que había pasado?

                          ~~~~~~

Thomas recibió la llamada que estaba entrando en su teléfono, no se molesto en ver el identificador, ya vería quien era.

  - ¿qué?

Su forma de responder fue dura y enojada, algo le había molestado al tener que separarse de Katherine y lo estaba desquitando con la persona al otro lado del teléfono.

  - ¿así es como le hablas a tu madre, jovencito?

Se sorprendió tanto al escuchar la voz de su madre del otro lado del teléfono que tuvo que quitarse el teléfono del oído para ver si estaba en lo correcto, y si en definitiva el identificador le dijo que era su madre con la que estaba hablando.

  - perdón, no vi quien estába marcando - se sentó en el borde de su cama, mirando al piso, intentando procesar lo que había pasado - ¿que ocurre mamá?

  - ¿ya no puedo llamarte para saber como estas? - sabia que su madre estaba riendo tras esa pregunta

  - claro que puedes llamarme cuando quieras mamá - se puso de pie y comenzó a revisar una de las cajas que quedaban - ¿que necesitas?

  - me gustaría que vinieras a verme - una sonrisa se deslizó por los labios de Thomas, por supuesto que eso era lo que ella quería, ya tenía varias semanas que no hiba a visitarlas - tus hermanas y yo te extrañamos, además Jordan te extraña

  - mamá, Jordan tiene un año, ¿cómo sabes que me extraña?

  - simplemente lo sé, de todos modos te veré aquí en dos semanas, te quiero hijo

  - y yo a ti mamá - un instante después la línea al otro lado se había quedado en silencio

Soltando un suspiro derrotado de sus labios, termino de desempacar y, cuando hubo terminado se sentó en el borde de su cama, mirando hacia la puerta y preguntándose, ¿que es lo que estaría dispuesto a hacer povñr la mujer que estaba al otro lado del pasillo?

De algo si estaba seguro, no llevaba con ella ni un día completo y ya sabia que le provocaría demasiadas cosas, y no estaba seguro si eso era algo malo.

No importaba lo que fuera, sabia que haría todo por ella, no importaba el costo que tuviera en él la mantendría a salvo de todo peligro.

Una sonrisa se deslizo en sus labios con este último pensamiento, comenzaba a sentir como cambiaría por ella, pero no le importaba, si era por ella haría  lo que fuera.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora