Capítulo XXVII

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Había salido desde temprano a casa de Jayden, necesitaba concretar sus ideas para poder estar tranquilo, desde las cuatro de la mañana no había parado, ya había ido con la abuela de Katherine y le informo que la movería a un lugar en donde no correría peligro, era una casa de seguridad a las afueras de la ciudad, algunos de sus ex-compañeros del ejercito la utilizaban para resguardar personas importantes, pero ahora la utilizaría él, iría por ella dentro de dos días y la llevaría, él personalmente, hasta ese lugar, dejaría a Katherine y a su familia al cuidado de Jordan y uno de sus oficiales que le debía un favor.

Esperaba que todo saliera como lo tenia planeado, cuando estacionó la camioneta frente a la puerta de Jayden le mando un mensaje, avisándole que ya estaba afuera esperándolo, unos minutos despues Jayden salía de su casa con una mochila, de grandes proporciones, colgada al hombro, en cuanto cerro la puerta del acompañante Thomas retomo su camino.

-¿trajiste todo lo necesario? – Thomas asintió y apunto a los asientos de atrás, Jayden giro y pudo ver dos grandes mochilas en los asientos traseros.

-Jack me dio las llaves que tenia de repuesto – Thomas alzo su mano, un juego de tres llaves tintineo al movimiento – por lo que él y Sara descubrieron, estarán fuera desde temprano hasta entrada la tarde, así que tenemos un par de horas para hacerlo – ninguno hablo despues de eso.

Micrófonos y revisara la antigua casa de Katherine a fondo era un buen plan para buscar información que los ayudara a encerrar a esa loca familia, llegaron y, antes de entrar, dieron una vuelta a la manzana, asegurándose de que ellos no estaban cerca, y cuando confirmaron que ninguno estaba en casa, entraron por la puerta trasera con una de las llaves que Jack les había proporcionado, la casa estaba en silencio, caminaron sin hacer ruido, cuando llegaron a la sala, dejaron las mochilas que llevaban en el piso y comenzaron a trabajar.

Sacaron micrófonos, demasiado pequeños para verlos a simple vista, y los colocaron en lugares estratégicos de la sala, Jayden siguió haciéndolo mientras Thomas hacia lo mismo en la cocina, continuaron de esa forma, trabajando en silencio y atentos a cualquier amenaza, cuando llegaron a los cuartos también los revisaron, buscando información que les sirviera, cualquier cosa… Y Jayden la encontró.

-mira esto – Thomas se giro, lo encontró con varios papeles en sus manos.

-¿Qué es eso? – se puso de píe y se acerco a su lado.

-son permisos de exportación – ambos revisaron hoja por hoja – y esto – alzo un pequeño puñado de hojas – son los papeles de un abogado, papeles de matrimonio – Thomas le presto más atención – de su hijo… con Katherine – Thomas tomo los papeles de forma rapida.

-¿queria casarlos? – revisaba los papeles con mucho cuidado.

-eso parece – Jayden apunto a una esquina de la hoja – tiene fecha para dentro de dos meses.

Fue cuando Thomas comenzó a unir todo – maldito hijo de perra – gruño - ¿no te das cuenta? – se giro a Jayden – si los casaba y hacía que ella firmara esto – agito una de las hojas en donde se podia leer que era un contrato de vienes mancomunados -  si ella moría, todo… absolutamente todo seria de su hijo.

-queria matarla, si lo hacía… Ellos se quedaban con todo – se miraron – nada podia detenerlos de hacerse con ello.

Thomas miro una de las puertas del pasillo en donde estaban y recordó que era lo que había dentro – sígueme – sin esperar una respuesta camino hacía lo que recordaba era el despacho del padrastro de Katherine.

Ambos entraron, Jayden comenzó a colocar unos cuantos micrófonos, Thomas se acerco al escritorio y abrió los cajones, revisaba los papeles que encontraba hasta que se topo con uno de un doctor con un nombre que parecía ser extranjero, y cuando leyó lo que le había proporcionado, enfureció… su sangre hirvió y solo vio rojo.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora