Aquella habitación

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— ¡Soobin-ah! ¿Ya vienes? Ya llegué – dijo Yeonjun un poco fastidiado.
— Perdona... Me voy a tardar una hora más, pero puedes entrar al departamento – contestó Soobin a modo de disculpa.
— ¿Dónde está la llave? – preguntó.
— Atrás de la maceta – contestó y pudo asegurar que lo había dicho con una sonrisa.
— De acuerdo, nos vemos entonces... Pero... ¿Puedo...? – comenzó a preguntar Yeonjun haciendo que su amigo lo interrumpiera.
— Sí, sí... Puedes comer lo que gustes. Solo no agarres de mi helado, si falta algo o te lo acabas tendrás que comprarme otro – lo amenazó.
— Está bien, bye – se despidió el pelirosa.
Encontró la llave del departamento con mucha facilidad, tenía que recordarle a su amigo que encontrará una mejor forma de esconder la llave.
Le encantaba ir a aquel departamento, Soobin siempre tenía atiborrado su refrigerador de bolis, helado, muffins, pasteles, flan y mucho más. También su alacena estaba llena de dulces, galletas, papitas... A veces se preguntaba cómo era que aquel chico conservaba su figura.
Al entrar agarró un paquete de galletas y se acomodó en el sillón buscando qué ver en la televisión.
No encontró algo que le gustara y el Netflix de su amigo aún no estaba pagado así que comenzó a indagar por el departamento.
De un momento a otro se encontró frente aquella habitación.
Siempre había tenido la duda de qué había ahí dentro y porqué Soobin nunca había querido que entrara...
Desde que eran niños esa habitación había existido en casa de sus padres, al principio la excusa era que era de sus padres y no podían entrar.
Con forme crecieron Soobin le había confesado que ahora era suya y que nadie más que él podía entrar ahí.
Ahora que tenían 17, Soobin se había mudado sólo y aquella habitación lo había seguido.
Yeonjun había intentado entrar varias veces, pero siempre era atrapado por su amigo junto con un regaño.
De todas formas nunca había llegado más allá porque tenía llave...
Pero un intento más no estaba mal, ¿cierto?
Giró la perilla y escuchó como se abría la puerta.
Lo había logrado.
Por fin vería que había adentro.
Al entrar se sorprendió bastante, era el cuarto más... ¿Lindo? que había visto.
Estaba lleno de peluches, juguetes, una especie de cama/cuna, decorado con estrellas, unicornios, el piso era de aquellos tapes armables con estrellas y corazones y el nombre de Soobin estaba en la pared como el cuarto de un niño.
Husmeo más el cuarto, había libros para colorear y los hojeo.
Definitivamente era Soobin el que los coloreaba, sólo él tenía aquel problema para diferenciar los colores cálidos.
Había coloreado con rojo lo que se decía iba naranja y naranja dónde iba el amarillo...
Siguió viendo y encontró un cuaderno, también decidió abrirlo y con la letra más infantil en la primera hoja estaba escrito lo siguiente:

Nombre: Park Soobin
Edad real: 17
Pequeña edad: 5
Aún no tengo cuidador...
Me gustan los peluches, mi chupón, mi cobijita, usar mamelucos, dulces y helado.
No me gustan las verduras... ni dormir temprano...
Mi helado favorito es el de unicornio.
Mi peluche favorito es Rainbow porque mi papá me lo regaló.

Yeonjun no comprendía nada de lo que estaba pasando pero debía leer un poco más...
Escuchó a Soobin decir su nombre seguido de un grito.
— ¡¿Qué haces aquí?! – gritó Soobin entrenado al cuarto.
— Yo... – comenzó a decir pero su amigo ya lo estaba sacando a jalones de aquel lugar.
Al principio Soobin no quiso decir nada, se negó a hablarle por horas hasta que finalmente accedió.
Por como lo entendió Yeonjun había momentos en los que aquel chico de poco más de 1.80 hacía como niño de 5 años cuando estaba dentro de ese cuarto, jugaba con peluches, tomaba la siesta e incluso usaba chupón...
A diferencia de lo que Soobin pensó Yeonjun estaba muy curioso de cómo funcionaba eso y se le hacía demasiado tierno...
No se imaginaba como era aquel chico actuando como niño, aunque según Soobin no era actuar: en ese momento su mente y comportamiento era el de un niño de 5 años.
"No importa como me vea físicamente, en ese momento tengo 5 años" habían sido sus palabras exactas.
— Quiero verte así... – suplicó Yeonjun
— Eh... No lo sé... Nadie aparte de Hyuka me ha visto de esa manera – dijo Soobin dudando.
— ¡¿Hyuka te ha visto así?! – gritó sorprendido.
— Claro, también es Little. A veces jugamos juntos –explicó su amigo.
— Por favor, Soobin-ah... Seguramente eres lo más tierno del mundo – le volvió a pedir.
— Bueno... Puedo intentarlo pero no hoy – declaró Soobin.
Y así Yeonjun comenzó a esperar para ver a su mejor amigo dentro de su Little Space, porque aunque no lo sabía Soobin o al menos había decidido ignorarlo...
Yeonjun estaba perdidamente enamorado de él y pensar en él de esa forma lo hacía morir de amor y ternura.

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Feliz año nuevo 💕

Mi pequeño conejito 🐰 | Yeonbin | FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora