No es tan malo...

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Soobin se había enojado un poco con Yeonjun, sabía que no había sido él quien le dijo a Beomgyu que era Little pero ¿ofrecerle una demostración? Lo sentía como una agresión a su privacidad.
Sin embargo, quería ayudar a Hyuka. Odiaba verlo tan triste y tal vez Beom cambiara de opinión al ver a qué se refería su amigo.
Beomgyu se sentó en la sala cuando llegó.
— Creo que eres un idiota por lo que hiciste a Kai... Debiste encontrar mejores palabras o pedirle que te lo demostrara – fue lo primero que le  dijo Soobin.
— De acuerdo... Me lo merezco – dijo él un poco apenado — No encontré buenas palabras y me dejé llevar por la sorpresa... –
Soobin continuó viéndolo feo en lo que Yeonjun traía los peluches de Soobin que lo hacía sentir más pequeño y ayudarlo a entrar en su Little Space.
— El punto de ser un cuidador... Es eso, cuidar siempre a tu pequeño – comenzó a decir el pelirosa haciendo una seña a Soobin de que se sentara frente a él.
Su pequeño lo vió emocionado, la verdad le gustaba mucho como Yeonjun lograba meterlo en su Little Space.
— Hacerlos sentir así, pequeños. Cómo este conejito bebé. – comenzó a decirle acariciando su mejilla — El cual tiene uno, dos, tres, cuatro, cinco añitos – siguió mientras contaba los dedos de Soobin, quien comenzó a reír — ¿Me puedes decir cuántos años tienes? – le preguntó.
Soobin asintió.
— Uno, do, tes, cuato, ¡¡cinco!! – gritó emocionado.
— ¡Perfecto, bebé! – lo felicitó, sentó a Soobin en su regazo y lo abrazó fuertemente.
— Te amo, Yeonnie – dijo Soobin sonriendo.
— Yo a ti, bebé ¡También las cosquillas te quieren! – dijo comenzado a hacerle muchas cosquillas, Soobin rió y gritó divertido.
Beomgyu estaba sorprendido, realmente era como si tuvieran la edad que decían... Y Yeonjun lo veía así, como un niño de 5 años.
— ¿Por qué no vas con Beom, bebé? – lo alentó.
Soobin hizo un puchero.
— Vamos, conejito. No seas grosero, Beom también quiere amor – le insistió.
Soobin asintió esta vez.
— ¡Bom! – gritó el pequeño abrazándolo pero se quedó completamente inmóvil — ¿No te gutan abracitos? – preguntó el pequeño Soobin un poco triste.
— Sí, si me gustan... Solo que casi no me abrazan – explicó Beomgyu.
— ¿Nuuuuu? Yo te daré muchos – declaró Soobin volviéndolo a abrazar, esta vez Beom también lo abrazó.
Después de eso el pequeño se sentó viéndolo.
— ¿Tenes juegos en tu celular? – preguntó Soobin con esperanza.
— Oh sí, tengo a Pou... ¿quieres jugar? – preguntó Beom sonriendo.
— ¡Shiiiiii, Pou! – gritó emocionado.
Yeonjun se rió un poco, era raro que Soobin quisiera jugar videojuegos.
Beomgyu le dio su celular después de abrir el juego.
— Agarralo bien, no se te vaya a caer – le pidió.
— Ohhhh, quiere comer – dijo Soobin dándole un exceso de comida — Jejeje ta goldito ahora – rió.
— Ay no... Pobrecito, Pou. Le va a doler su pancita después – dijo Beom.
— Oh, como cuando como muchos dulcesitos... El oto día Yeonnie me regañó por eso – explicó el pequeño haciendo pucheros.
— Bueno, es que no es bueno que te duela la pancita. Sino después tienes que tomar medicina como el Pou – dijo mientras compraba aquella poción que hacía que Pou volviera a su estado normal.
Jugaron un rato más hasta que después Soobin se aburrió, le pidió a Beom que siguiera jugando con él.
Fue entonces que comenzó a correr, lo hizo correr como nunca antes y Yeonjun solo escuchaba los múltiples " Con cuidado, pequeño", "No te vayas a caer, bebé", "Te vas a caer" que le decía Beomgyu.
Era divertido ver aquello cuando no era él quien lo cuidaba.
Al final del día también dejó que arropara a Soobin.
— Binnie... ¿Hay algún peluche en específico que le guste a Kai? – le preguntó mientras lo tapaba.
— ¡Molang! Aunque... en general le gustan las cosas lindas – dijo él.
— De acuerdo, gracias – contestó.
— ¿Me cuentas un cuento? – le pidió el pequeño.
— Claro, déjame ver... – dijo Beom pensando cuál contarle — Oh, ya sé. El príncipe y el caballero – dijo determinado.
Soobin se acomodó y lo escuchó con atención.
— Había una vez un Príncipe que pronto tendría que convertirse en Rey, sin embargo el reino era muy grande para hacerlo solito. Sus papás intentaron conseguirle una hermosa princesa pero ninguna convenció al Príncipe... Entonces un día un gran dragón llegó al reino – contaba Beomgyu.
— Rawwwwwr – dijo Soobin imitando al dragón.
— Si, bebé. Raaawwwr. Así que el Príncipe debía combatirlo, fue entonces que un caballero lo ayudó. Cegó al dragón con ayuda de su escudo y el sol, para que el Príncipe pudiera atar al dragón con una soga.
Cuando el Príncipe terminó tropezó y comenzó a caer, por suerte el caballero lo salvó – seguía contando Beom.
Soobin se emocionó.
— ¿Se enamoró de él? – preguntó emocionado.
— Así es, pequeño. El Príncipe se enamoró del caballero, con quién después cuidó su reino. – terminó Beom.
Soobin aplaudió.
— ¡Me gutó! – gritó y luego vio a Yeonjun, quién estaba en la entrada del cuarto — ¡Yeonnie es mi caballero! – gritó  haciendo que el pelirosa se sonrojara bastante.
— Ya duerme, conejito. Despídete de Beom, bebé – le dijo Yeonjun sonriendo.
Soobin le dio un beso en la mejilla a Beomgyu a manera de despedida y se acomodó.
— Ahorita vengo a dormir contigo, mi conejito – dijo Yeonjun dándole un beso en la frente y después fue a despedir a Beomgyu.
Al día siguiente aquel chico apareció con un gran peluche de Molang junto con un gran cartel de disculpas en la puerta de Huening Kai.
No dudó ni un segundo en perdonar a Beomgyu.

Mi pequeño conejito 🐰 | Yeonbin | FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora