capitulo 11 visitas inesperadas.

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Viernes 10:50 am. Nicolás se encontraba en la sala de la casa, haciendo su rutina a solas como siempre. Esta vez estaba entrenando movimientos de lucha y defensa personal, mientras imitaba los movimientos de un vídeo de entrenamiento, que había puesto en la televisión de la casa. Cada patada, golpe, cabezazo y hasta vuelta en el aire, lo hacía bastante bien y con una buena agilidad.

El perro estaba en boxer frente al televisor, en pose de pelea mirando fijamente a la televisión, como si en realidad lo fuese a atacar.

Entrenador del televisor: vamos, no dejes de moverte. Aún ni hemos empezado. Aquel entrenador da un codazo para atrás, cosa que también lo hace Nicolás.

Nicolás: nada mal para ser un oso, pensaba que los osos pardos no podían bajar tanto de peso.

Entrenador del televisor: recuerden, si siguen mi programa de entrenamientos, podrán tener un buen estado físico como el que ven ahora. Aquel oso pone una pose para lucir su cuerpo, dejando notar sus músculos. Vistiendo solo con uno de esos trajes de luchadores.

Nicolás mira a aquel oso através de la pantalla, sin reaccionar de ninguna forma. Entre el estado físico de aquel oso y el de Nicolás, lo único diferente era que por ser mayor que el perro el estado del oso era más atractivo. Aún así Nicolás no se quedaba atrás, cada movimiento también dejaba lucir los músculos de Nicolás, de una forma bastante notoria.

Entrenador del televisor: bien, ahora tomemos un desca- El vídeo había sido puesto en pausa.

Nicolás: nada de eso. No estoy cansado. Suena el teléfono de la casa, cosa que capta la atención de Nicolás. Bueno, ya que...

Se alejó del televisor, contestando el teléfono que estaba sobre un pequeño mueble.

Nicolás: diga.

Rita: hola hijo. ¿Está todo bien haya en casa?

Nicolás: oh, hola. Si, está todo bien aquí.

Rita: está bien. ¿Que haces?

Nicolás: estoy entrenando, mi rutina que hacía en el campamento.

Rita: por favor, cuídate y no te lastimes.

Nicolás: si, lo se. (Más bien intentaré no salir lastimado...). Por cierto en un rato iré a buscar a Lily. Me daré un baño y saldré ensegui-

Rita: sobre eso, no hace falta que la vayas a recoger.

Nicolás: que? Porque no?

Rita: yo iré a buscar la, tu quédate en casa que en una hora estaremos hay.

Nicolás: oh bueno. Pues bien, estaré aquí.

Ambos colgaron la llamada. Nicolas siguió con el entrenamiento en la sala. Para después ponerse un pantalón, y seguir entrenando en el patio delantero de la casa. Esta vez había agarrado su navaja para entrar, como si estuviera contra atacando, atacando, esquivando y cortando cosas en el aire. Todo eso estando sin ninguna camisa, dejando el pecho y abdomen al descubierto, ante las personas que pasaban al otro lado de las rejas fuera de la casa.

Aquellas personas miraban de reojo el  entrenamiento de Nicolás, algunas miraban fijo hasta perderlo de vista, y otras simplemente no le prestaban atención. Aún así se ganaba algunas silbidos, miradas curiosas, frases de adolescentes y adultos pidiendo el número de Nicolás en forma de broma. Incluso hasta miradas seductoras de algunas mujeres que pasaban. pero Nicolás las ignoraba por el simple hecho de estar concentrado, y por ser menor. Aparte de que aún seguía con las vendas que no se pudo quitar. Ocultando parte del pecho y abdomen.

EL NUEVO CADETE EN LA CASADonde viven las historias. Descúbrelo ahora