UNEXPECTED. |MYG

Cuarenta y uno.

Mi padre me llevó temprano a casa por lo que me dispuse a arreglar un poco el apartamento y las cosas que llevaría, aunque fue algo difícil porque Malú no quería estar en su coche ni en la cuna, se entretenía por algunos minutos pero luego sólo quería que la tuviera cargada porque de lo contrario lloraba, tenía sueño ya que despertó antes de lo usual, pero tampoco quería dormirse. Así que traté de estar lista lo más rápido que pude antes de que Yoongi llegara. También le avisé a Tae que la bebé y yo no estaríamos en casa por dos días, ya que se suponía que él vendría a verla, pero ahora sería cuando volviéramos.

Jin me dijo que no me preocupara por faltar, que no había problema. Algo me decía que Yoongi ya había hablado con él porque no me pidió tantas explicaciones con respecto a mi falta, además que aceptó muy rápido comunicarle a mi jefe sobre mi ausencia. Después lo averiguaría.

Yoongi pasó por nosotras una hora y media antes de la hora del vuelo, llegaríamos a Daegu a eso del mediodía. Él no quería conducir tanto y en avión obviamente sería más rápido.

Cuando llegó fue un poco incómodo, en especial para él, creo que quería irse con cuidado conmigo porque quizás pensaba que yo estaba molesta y realmente a este punto sólo me interesaba arreglar las cosas y ver que sucedía después. Yo me decidí a tratarlo como si nada hubiese pasado, aunque no recordar el beso fue casi imposible, pero mi actuar hizo que el ambiente se hiciera más liviano.

Malú en cuanto escuchó su voz, ya que él subió al apartamento para ayudarme, fue como un tranquilizante y realmente seguía sorprendiéndome lo que causaba en ella, estuvo en sus brazos todo el tiempo de camino al aeropuerto. El cual la pasamos hablando de cualquier cosa menos de nosotros, de como le iba y lo ocupado que estuvo, además me hizo saber que en días pasados viajó seguido a Daegu porque su padre lo habían operado de una hernia, no fue nada grave, aún así él quiso asegurarse de que estaba bien. Esto ni lo sabían los chicos porque no quería preocuparlos, aunque me hubiese gustado que me lo dijera, a pesar de que nuestra situación no era la mejor. Imaginaba lo estresado que pudo estar por el trabajo y mantenerse al tanto de su padre al mismo tiempo. Él era el tipo de persona que podía ocuparse de sus propios asuntos sin ayuda.

Por eso íbamos a su casa, su padre ya estaba mucho mejor y él quería hacerles otra visita ahora que ya no tenía tanto trabajo.

En el avión por fortuna Malú se durmió casi todo el trayecto, me preocupaba que llorara porque sabía que eso incomodaría al resto de los pasajeros. Yoongi y yo también dormimos por un rato, fueron alrededor de dos horas y media de vuelo. Buscamos un taxi al salir del aeropuerto y el pelinegro le dió la dirección al conductor, él me había comentado que la casa donde creció quedaba lejos del centro de Daegu, pero que hace dos años sus padres se mudaron más cerca.

La verdad es que me sentía muy ansiosa por ver a su madre y nerviosa por conocer a su padre, no quería caerle mal. Sentía lo mismo que cuando iba a conocer a Yoonhee. Sé que su padre tiene un carácter fuerte, pero al mismo tiempo es tranquilo y amigable, según las cosas que siempre me contaba Yoongi de él.

La casa de los Min se veía muy linda por fuera, no era tan grande ni tan pequeña, al estilo tradicional y moderno fusionados. Lo que podía ver desde afuera era un pequeño jardín delantero bien cuidado, un porche y un auto estacionado afuera del garaje. Era un vecindario muy lindo en realidad, casi todas las casas guardaban cierto parecido.

Apenas el taxi estacionó frente a ésta, se abrió la puerta de madera y pudimos ver a Yoonhee. Ambos nos bajamos, yo con Malú en brazos que se encontraba muy despierta y jugando con mechones de mi cabello.

La mujer se acercó a nosotros con una gran sonrisa.

–Linda, te ves muy bien –me abrazó por el costado, muy feliz de vernos– El post embarazo te sentó de maravilla, no a todas les pasa. –Reí, separándome de ella.