Treinta y uno.

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Había pasado un par de días desde la mudanza, todavía se me hacía raro estar en otro lugar pero con el tiempo me acostumbraria. Había hablado con Yoongi por mensaje, lo fastidiaba un poco preguntándole si ya le hacía falta.

Mis padres estaban aquí, yo había llegado hace un rato del trabajo y Leila se fue a casa.

Papá estaba satisfecho con lo que había escogido, él quería un lugar dónde Malú y yo estuviésemos cómodas, sin importar el precio. El apartamento estaba todo amueblado por lo que no era necesario comprar nada. Él había adelantado varios meses de renta, aunque yo planeaba ir reuniendo para luego pagarla yo misma.

–Se me hace raro verte así –mi mamá habló, viendo como yo tenía a Malú cargada al mismo tiempo que le preparaba un biberón, había quedado con hambre y estaba llorando– Lo haces bien, cariño.

–Si, eso trato. –Le di vueltas a la tapa de la fórmula, cerrándola. Metí el chupón en el estilirizador porque se le había caído por no tener la tira y lo encendí, tomé el biberón, lo cerré y batí un poco.
Cuando tenías un bebé te dabas cuenta que podías hacer varias cosas con una sola mano.

Papá entró a la cocina con unas bolsas, había pedido comida a domicilio.

–Tami, me gustaría ayudarte con la bebé cuando estés trabajando. –Dejé de mirar como Malú tomaba de su biberón para dirigir la vista a ella.

–Mamá, ya tengo a Leila –vi como su expresión cambió– puedes venir a verla pero ella es la que la cuida.

–No la presiones, Lía. –Comentó, papá.

Yo no estaba en contra de que ellos vinieran de visita pero aún así nuestra relación tenía que volver a hacer como era antes y eso debía ser de a poco.

–Está bien –le acarició el cabello a Malú–, es tan hermosa.

–Lo es. –Se la pasé para que terminara de darle el biberón.

Ayudé a papá a servir la comida.

–¿Cómo te va en el trabajo? –Preguntó.

–Bien –sonreí– es entretenido.

–¿No has vuelto a confeccionar?

–Me gustaría hacerlo pero no tengo tiempo, espero poder organizarme más adelante y continuar estudiando Diseño.

–Por ahora no te preocupes, ya tendrás el tiempo. Estoy orgulloso, Tami, es muy bueno ver lo dedicada que eres como mamá.

Que ambos me dijeran que lo estaba haciendo bien, me llenaba mucho y agradecía que reconocieran mi intento por salir adelante y ser una buena madre.










Ya había terminado mi hora de trabajo, estaba recogiendo mis cosas y dejando todo mi lugar limpio y ordenado. Algunas chicas se despidieron de mi porque terminaron más rápido.

–Tami –volteé hacia la puerta y era Joohyun, entró sonriente al salón– ¿cómo estás?

Se me hacía raro verla por aquí, si bien había vuelto a la música, ella no pertenecía a esta empresa como tal sólo trabajaba con Yoongi y Namjoon.

–Bien –le sonreí de vuelta– ¿y tú? ¿Puedo ayudarte en algo?

Ella se sentó en la silla junto a mi, jugaba con sus manos de forma nerviosa.

–Estoy bien –dijo, y su expresión se volvió sería– yo quiero hablar de algo contigo.

Presentía que tenía que ver con Yoongi.

–Claro, dime. –Volví a lo mío, seguir guardando las brochas.

–Lo que pasa es que... Yoongi me gusta –la miré– y no sé si sea correcto, porque ustedes...

UNEXPECTED. |MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora