Final.

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Estaba cambiando a Malú, ya que se había despertado llorando de nuevo porque tenía el pañal sucio. Nos encontrábamos en uno de los cuartos de la casa de los Min, ya era algo tarde y hace unas horas que Yoonhee me acompañó para que me acomodara. La verdad es que me dió sueño justo después de la cena, ya que aún tenía el cansancio acumulado.

La casa constaba de tres habitaciones y yo estaba en la de invitados, Yoongi en la suya que quedaba frente a esta y la de sus padres quedaba al final del pasillo.

Le eché un poco de talco y crema a Malú para que su piel no se irritara al rozar con el pañal, la piel de los bebés era muy delicada. Le coloqué un pañal limpio de los que no tenían alas sino que se ajustaba de una vez como si fuera ropa interior normal, me parecían más prácticos. Metí el pañal que le había quitado en una bolsa.

–Ahora si dormirás bien, mi amor. –La atraje a mi pecho, después de acomodarle la pijama y comencé a acariciar su espalda, volviendo a acostarme en la cama. No pasaría mucho para que se volviera a quedar dormida ahora que ya estaba limpia. Ya se había calmado.

La puerta del cuarto se abrió con cuidado y gracias a la luz de la pequeña lámpara a mi lado, distinguí a un Yoongi despeinado y con los ojos más pequeños de lo usual. 

–¿Por qué lloraba? –Su voz salió muy ronca. Era obvio que se despertó al escuchar a Malú.

–Tenía el pañal sucio. –Respondí en voz baja.

Entró y agarró la bolsa donde había dejado el pañal y salió, supuse que para botarlo, luego regresó cerrando la puerta detrás de sí y yo me acomodé sobre la cama al ver que su intención era acostarse junto a nosotras. La cama era lo suficientemente grande para que cupiesemos sin problemas.

Yoongi cayó boca abajo, como un saco de papas sobre el colchón, con uno de sus pies fuera de la cama y su otra pierna doblada. Se notaba que estaba más dormido que despierto, su cabeza quedó a la altura idónea para yo poder acariciarle el cabello, entonces ahora tenía ambas manos ocupadas.

Pasaron un par de minutos en los que creí que se había vuelto a dormir, pero escuché su voz:

–Mañana tendremos una cita.

Mi corazón se aceleró y una sonrisa inconsciente se dibujó en mi rostro.

–Que exigente.

–¿Quieres... tener... una cita conmigo, Kang Tami? –Quise reírme porque en su voz se notaba que estaba luchando contra el sueño para poder formular la pregunta, pero me contuve porque Malú se había dormido de nuevo.

–Me encantaría, Min Yoongi.

Haber venido había sido una buena idea.

Los padres de Yoongi me hicieron sentir bien y bienvenida en su casa, además que Malú se dió muy bien con ambos. Jongho había preparado mucha comida deliciosa y Yoonhee seguía encantándome con sus postres. El señor Min se interesó mucho por conocerme pero no de manera entrometida y por supuesto yo no tuve problema en contarle un poco sobre mi y mi familia. Obviamente como padre quería conocer a la persona con la que estuvo viviendo su hijo. Le conté de como fue mi vida en la isla y como fue el cambio al mudarme acá, también le hablé sobre mis abuelos y de lo mucho que los extrañaba. Él me comentó que hace unos años había visitado Hawái y que esperaba volver algún día porque le había encantado. En ese momento me di cuenta que Yoongi había sacado mucho de su forma de ser, eran personas serias y de pocas palabras pero muy agradables cuando entablaban una conversación. Eran firmes en su manera de actuar y no dudaban en dar su opinión acerca de cualquier tema.

Yoongi se comportó muy atento con la bebé y conmigo, como siempre. Aunque no habíamos tenido el tiempo de hablar y suponía que por eso había propuesto la cita.

UNEXPECTED. |MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora