Hogwarts, querido Hogwarts

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El expreso finalmente se detuvo y no tan a lo lejos, ya se podía apreciar la imponente estructura de Hogwarts; aquella que año tras año, abre sus puertas a miles de estudiantes, incluyendome junto a mi fachada personal.

Solo debo de continuar con ello dos años más, para ese entonces la generación de Daphne habrá dejado el colegio y por fin tendría un poco más de libertad; o eso es lo que espero.

Escucho como el tumulto de estudiantes lucha por salir de los apretados corredores. Miro a mi hermana con desesperación, a lo que ella extrañada me responde frunciendo el ceño para posteriormente disponerse a salir del compartimiento sosteniendo su baúl en la mano izquierda y haciéndome señas con la derecha en afán de seguirla.

Sin dudarlo, tomé mi equipaje y salí disparada hacia su dirección. En el momento en que ambas pusimos un pie fuera, varios estudiantes pertenecientes a nuestra casa y a otras como Hufflepuff y Ravenclaw, se apartaron del tumulto para hacernos espacio; a veces olvidaba el impacto que tenía en estudiantes de casas inferiores ser miembro de una de las familias de los sagrados veintiocho y a la vez pertenecer a Slytherin. Claro está, que aquí también influyó parte de la popularidad de mi hermana.

Hechos como estos nunca me dejarían de sorprender y aunque en mi interior quisiera festejar o expresar mi sorpresa ante la situación que tenía en frente, opté por mantenerme impasible; esa siempre era la mejor opción.

Las miradas que los demás estudiantes nos dirigían mientras pasábamos eran un poema. Desde exclamaciones de sorpresa ante nuestro paso, hasta miradas que destilaban rabia seguidas de unas cuantas maldiciones; sin embargo cuando gran parte de tu vida estudiantil has permanecido rodeada de personas mucho más experimentadas en desahogar su furia hacia ti, dichas expresiones eran ridículas.

—¿Te puedes apresurar Astoria? —inquirió Daphne algo enojaba volviéndose hacia mí. No me había percatado en qué momento había disminuido la velocidad de mis pasos, pues cuando mi hermana llamó mi atención me percaté que había una considerable distancia entre ambas—Quiero ser de las primeras en arribar los carruajes ¡este será un gran año! —exclamó radiante.

Continuamos abriéndonos paso entre los estrechos pasillos, por fortuna no mucho tiempo después encontramos la puerta que conducía a la salida. Un chillido de alegría salió de los labios de mi hermana al cruzarla.

Alcé la mirada y pude visualizar la razón por la cual estaba tan eufórica. Pansy se encontraba mirando hacia nuestra dirección, acompañada de una deslumbrante sonrisa de oreja a oreja. Daphne bajó las pequeñas escaleras con rapidez y prácticamente se lanzó encima de ella.

Después de atestiguar mil momentos como este cada verano, te llegas a acostumbrar a dichas exageradas muestras de afecto entre ambas. Reí al caminar hacia ellas.

—¡Por Merlín Pansy! —exclamó mi hermana, sosteniendola de ambos hombros al apartarse de ella— Debes de informarme absolutamente todo en el trayecto, sin olvidar ningún detalle —prosiguió exaltada.

—Lo prometo, lo prometo —contestó una angustiada Pansy. Noté como se mostraba algo inquieta, como si buscara con la mirada algo en específico— Pero no será ahora, estoy esperando a Draco —dijo en un tono casi inaudible, mientras tomaba las manos de mi hermana y las apartaba de su anterior sitio.

¡Oh! Ahora todo tiene sentido.

Aunque, presiento que esta noticia en particular Daphne no se la tomará de la mejor manera. Una vez más, mi intuición es certera al escuchar a mi hermana responderle a su mejor amiga.

—¿Esperándolo? ¿vas a ir con él en los carruajes? —preguntó en un tono algo irritante.

Al parecer Pansy restó importancia a su comentario, pues su respuesta fue apacible.

The cursed girl from Slytherin +18 (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora