—Te echo otra partida —dijo Naruto metiendo otra moneda en la máquina—. Y esta vez te gano teme. Deberás.
Una sonrisa egocéntrica se instalo en el rostro de Sasuke. Aquella era la décima partida y Naruto había gastado una fortuna en la máquina recreativa.
—Eso ya lo veremos—lo retó.
—Vas a perder otra vez Naruto—advirtió Shikamaru, que estaba apoyado en la máquina. Naruto negó.
—¡Qué no! —exclamó— Tengo que ganarle, esto está siendo muy frustrante, hasta que no gane no me muevo de aquí.
—Que problemático —negó Shikamaru dándose con la palma de su mano en la frente.
—Venga empezamos —dijo Naruto y pulsó el botón verde que contenía la palabra.
«Start» en su centro.
La partida empezó y, con ella, también la emoción exagerada de Naruto. El juego era simple: había que matar bichos. Sí, solo eso. Era simple puntería, pero la puntería de Naruto era pésima, y ni hablar de evitar que lo mataran.
—¿Esa no es Hinata con un chico?—exclamó Kiba, haciendo que Naruto apartara los ojos de la pantalla.
—¿Qué? —preguntó Naruto unos segundos antes de que la máquina emitiera un pitido: Naruto había muerto.
—Lo siento, pensé que era ella —Kiba se encogío de hombros para luego reírse del rubio—. Eres fácil de distraer.
—Esta me la pagas —Chouji se rie ante el tono enfadado de Naruto.
—Te he vuelto a ganar —anunció divertido el Uchiha.
—Bueno, vámonos—exclamó Shikamaru.
Ignorando los gritos de Naruto, pidiendo la revancha. El Uchiha junto con el Nara salieron del lugar, seguido por los demás. Era un sábado por la mañana, y los chicos habían quedado en salir a comer algo antes de irse a la casa de Rock Lee.
—Oye Sasuke, ¿Cómo van las cosas con el chico que vive en tu casa?—preguntó curioso el Nara. Era raro no escuchar las quejas del Uchiha sobre su inquilino.
Sasuke frunció el ceño al escuchar la pregunta.
—Aun sigue viviendo en mi casa.
—¿Pero ya se llevan mejor?—preguntó ahora Naruto.
—No.
Pocas eran las veces que Sasuke mantenía conversaciones con Shin, solía ignorar su presencia cuando se encontraba en la sala, o pasaba de largo cuando encontraba al Senju junto con su hermano.
Una mueca de disgusto se poso en su rostro. Era molesto.
Estaba molesto de la cercanía que tenía con su hermano.
—¿Itachi sabe que saldrías con nosotros?—preguntó Kiba mirando al azabache.
—No, no le dije nada. Por lo que se, salió temprano. Había quedado con sus amigos.
O eso fue lo que le dijo Shintarō antes de abandonar la residencia también.
«Me pregunto a dónde fue con tanto apuro.»—pensó Sasuke.
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