Capítulo 24

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Narra Camila:
Intentaba asimilar lo que me estaba pasando.
Era Benjamín, el que me había rechazado hace unas semanas, confesándome su amor.
Será que Martina lo dejó y para no estar solo vino conmigo? O será que se dió cuenta de que quizás quiera intentarlo conmigo de verdad?
No me salían las palabras. No podía explicar qué era lo que me pasaba.
Tan sólo observaba cómo nuestras manos entrelazaban.
Sus ojos, esos ojos celestes de los que me enamoré hace casi 20 años. Y su mirada explicitando vulnerabilidad, y sobre todo solicitando una respuesta.

C: Yo... no sé qué decir. Todo lo que sentía te lo dije aquella vez en lo de Felipe y lo sigo sosteniendo. Pero, no lo esperaba así. Me dejaste en claro que Martina...
B: No quiero que Martina se interponga entre esta conversación, no tiene que ver. Quizás en el punto de que fue mi compañera estos años, pero no mi media naranja. Mi media naranja sos vos.
C: Y que insinúas con todo esto?
B: Que podemos intentarlo, no ahora, no hace falta que respondas ya. Pero creo que los dos maduramos y podríamos intentarlo de nuevo. Mis sentimientos por vos están intactos y no quiero volver a privarme de ellos, pero vos también tenes que poner tu parte.
C: Yo creo que es un poco pronto para intentarlo, pero no es un rechazo. Podríamos ver como nos vamos llevando e intentar reencontrarnos otra vez. Y desde lo mas profundo de mi corazón, no quiero temerle más a sentir. Así que prefiero hacer las cosas a su tiempo, y que ninguno se prive de nada.
B: Está bien, opino lo mismo. Yo estoy listo para lo que sea, y si lo queres así, lo hacemos así.

Nos quedamos mirándonos y me moría de ganas de besarlo. Quería sentir sus labios otra vez, con dulzura, el tiempo perdido ya es tiempo pasado, aprovechar el presente.
Pero no lo iba a hacer.

Había un poco de tensión entre nosotros. Creo que los dos sabíamos por qué. Pero se ve que ambos decidimos evitarlo.

B: Bueno, voy a recostar a Rita que está dormida así podes estar tranquila.

Tenía el corazón a mil. De verdad.
Era demasiada la adrenalina que estaba sintiendo.
No sé qué me pasaba, parecía una adolescente hormonal.

Fui a tomar aire al balcón, y otra vez, mi mente imaginaba cosas.
Imaginaba que Benja venía detrás y me abrazaba, y nos quedábamos así, mirando la ciudad.

Decidí tomarme un té antes de irme a acostar.
Algo para relajarme.
Benja se había ido a la habitación de invitados a cambiarse y dejar a Rita durmiendo.
Mientras esperaba que hirviera el agua, reposé mi cabeza sobre mis manos y solté un suspiro de frustración.

B: Cami, estás bien? Si es molestia me voy, no quiero incomodarte.

Su presencia me sorprendió.

C: E-h, no no, estoy bien. Estoy esperando a que hierva el agua, queres un té?

Qué más le podía decir si me había sorprendido mientras pensaba como una adolescente imaginando las cosas que podíamos hacer en este momento?

B: Dale, como quieras. Igual venía a traerte una foto que encontré el otro día.

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