1; rutina

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Yeonjun entró a la habitación de hotel con el celular en la mano, arreglándose el cabello con la otra. Era de mañana y tenía que ir por los chicos para ir todos juntos a desayunar rápidamente.

—Hey, a levantarse todos, hora de... ¿enserio?

Detuvo sus palabras para observar a Soobin sentado en la cama con las piernas extendidas arriba de esta, Hueningkai estaba sobre él, con sus piernas a cada lado, recostado en el pecho del otro, Soobin lo tomaba de los muslos mientras veía la televisión.

—¿Qué pasa? —preguntó Beomgyu quien también se encontraba en la misma habitación, recostado en la otra cama que se encontraba allí.

Se supone que Soobin y Beomgyu habían sido compañeros de cuarto por esa noche pero Hueningkai llegó a las 4 a.m. con sus peluches en mano y arrastrando su sábana, se había metido entre las cobijas de Soobin y se había acurrucado con él, y por supuesto el mayor sin perder tiempo abrazó el cuerpo de su bebé, pegándolo a su pecho hasta que no había un solo milímetro de separación entre ellos.

—Nada... —Yeonjun sólo rodó los ojos y suspiró, estaba acostumbrado a este punto. — no tengo que decirles nada, ya conocen el horario de hoy, así que vamos muchachos.

—NingNing, arriba... —Soobin pasó las manos por el abdomen del mencionado, tratando de hacerle cosquillas, cosa que no le funcionó muy bien ya que Hueningkai respondió de vuelta con los mismos movimientos que lograron sacarle algunas carcajadas al mayor.

Ambos rieron por unos momentos para después levantarse, el menor se colgó del brazo del más alto, mientras este lo trataba y miraba como si fuera alguna divinidad.

En un parpadear de ojos ya estaban desayunando, no siempre lo hacían todos juntos por más que les gustara, a veces simplemente los horarios no coincidían, claro, a excepción de Soobin y Hueningkai, quienes estaban juntos siempre. De todos modos los cinco terminaban en el mismo lugar al final del día.

—Soobin hyung. —habló Hueningkai, extendiendo su cuchara hacia Soobin, quien abrió la boca gustoso, ellos compartían su comida como si fuera tradición.

Yeonjun miró a Beomgyu con humor reflejado en sus ojos, extendiéndole su tenedor para alimentarlo, a lo que el más pequeño sólo rodó sus ojos con disgusto.

Taehyun sólo reía de la situación ¿qué más podía hacer?
Claro, hasta que recibió un mensaje indicándole que la camioneta blindada de BigHit los estaba esperando afuera para trasladarlos al estudio en el que ensayarían para la presentación que tendrían en unos días.

Taehyun levantó su cabeza del celular para ver como los demás habían recibido el mismo mensaje, todos se levantaron y tomaron sus pertenencias, en ellas sólo llevaban las cosas que necesitarían para otro día más de largos ensayos.

Todo un equipo se movió con ellos; guardaespaldas y simplemente gente de la empresa. No es como que pudieran ir solos a cualquier parte, más bien, a casi ninguna parte.

Soobin cargaba su propio bolso junto con el de Hueningkai, mientras que con su mano derecha entrelazaba sus dedos con los del menor.
Él siempre era todo un caballero cuando se trataba de Hueningkai, aunque siempre lo negaba ante los demás con una sonrisa que lo delataba.

Los cinco subieron al auto cuando llegaron a este, la parejita terminó en la parte de atrás, donde Hueningkai hizo reír a Soobin con una plática tan amena y despreocupada como sólo ellos podían tenerla.

Pasaron unos minutos cuando por fin habían llegado al lugar, tenían tantas cosas que hacer y tantas cosas que mejorar, lo mejor era empezar cuanto antes.

—Iré a cambiarme. —avisó Hueningkai cuando ya todos se estaban organizando para empezar con su práctica.

—¿Puedo ir contigo?— preguntó Soobin de la manera más pícara posible, tomando al menor de las caderas quien no tardó en sonrojarse hasta las orejas.

—No, no. —río Hueningkai mientras levemente empujaba al otro.

Soobin Hyung podía llegar a ser tan atractivamente sofocante.

Taehyun compartió miradas cómplices con Hueningkai para después soltarse a reír, él a cierto punto podía sentir lo que el otro estaba pensando.

—Consíganse una habitación. —habló Beomgyu, haciendo que Soobin riera tiernamente avergonzado al lado de su NingNing, él era un osito de peluche al fin y al cabo, tal vez por eso a NingNing le gustaba tanto.

Claro, gustar como amigos... ¿cierto?

Cuando Hueningkai había regresado de cambiarse corrió al lado de Soobin, quien le rodeó los hombros con su brazo, aunque su pequeña bienvenida no les duro mucho, ya que la música sonó y el baile comenzó. Y si alguien aún lo pregunta, sí, ellos se daban una bienvenida así sea si alguno de ellos tan sólo iba al baño.

Canción tras canción, coreografía tras coreografía, su maestro de danza junto con otros bailarines estaban ahí con ellos, todos haciendo un arduo trabajo. Tomaron varios descansos para hidratarse y tomar aire, en los que de vez en cuando tomaban la cámara que siempre estaba con ellos para filmar algo de su típica rutina para sus fans.

Grababan bastante a lo largo de su semana, aunque no todo el material siempre fuera utilizado, les habían recomendado utilizar la cámara de todos modos.

Yeonjun fue el que la traía en mano en esta ocasión, comentaba algunas cosas junto con Taehyun, mantenían el carisma y los ánimos arriba. Aunque el menor de los dos tuvo que retirarse a tomar un poco de agua, Yeonjun se quedó sólo y no desaprovechó cuando vio por el lente de la cámara a ciertos acaramelados detrás de él.

Soobin y Hueningkai compartían audífonos, estaban escuchando una canción que el último había recomendado y al otro le había encantado en los primeros segundos, después de todo tenían los mismos gustos.
Estaban sentados en puffs, pegados a más no poder, mientras ambos estaban inclinados el uno sobre el otro.

—Y aquí están los chicles de TXT. —comentó Yeonjun grabándolos, y en el mismo segundo en el que lo dijo ya sabía en la que se había metido.

—Bueno, yo no soy el chicle, yo sólo estoy aquí y mi chicle Hueningkai, como siempre, está pegado a mí.

—¡No es cierto! Si hay alguien que me sigue todo el tiempo es Soobin Hyung, el da todo por estar a mi lado. —respondió Hueningkai sobando el abdomen del más alto.

—Claro que no... —río Soobin copiando la misma acción hasta que ambos rieran juntos.

"Realmente ambos son los chicles" pensó Yeonjun, y no se equivocaba.






Espero sea de su agrado, gracias por leer, nos vemos en el próximo capítulo

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Chicles | sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora