Despampanante.
Esa era la palabra con la que Soobin describiría a Hueningkai, especialmente en estos momentos.
El menor que de por sí poseía una belleza natural inmaculada ahora estaba adornada con delicados accesorios que lo hacían ver angelical, mágico. Resaltando lo que él ya llevaba dentro.
Soobin agradecía a Dios por los estilistas que habían decidido que Hueningkai llevara una falda formal en vez de un traje con pantalón como todos ellos, porque ciertamente nadie la podría haber llevado como él a ojos del líder. Agradecía al poder divino por esas tiernas y tan rosadas mejillas que hacían ver al castaño como salido de un cuento de hadas, al igual que por esa preciosa boquita, rojos y bonitos labios que parecían llevar pequeños brillos pero no sabría decir a ciencia cierta, para notarlo tendrías que acercarte demasiado y joder como quisiera Soobin acercarse demasiado.
Pero si había algo que lo tenía embobado, incluso más que las otras cosas, eran los ojos de Hueningkai, llevaba sombras y brillos por todas partes, de una forma delicada y perfectamente colocada por supuesto, un delineado negro del que Soobin no sabía mucho pero sabía que le daba el toque, unos lentes de contacto color azul cielo que le quedaban así de bien a Hueningkai y a Hueningkai nada más, y seguía sin superar esos destellos que traía que se veían a distancia, esa brillantina que parecía diamantes en sus ojos.Soobin estaba estupefacto.
Y tal vez también tenía la droga del amor bien arriba.—Bonito. —habló el más alto cuando visualizó a Hueningkai, éste se encontraba arreglándose sus cabellos ondulados tan sólo un poco, sin espejo y al mero tanteo.
El menor tan sólo respondió con una leve caricia en el estómago de Soobin, acompañado con una adorable sonrisa que el mayor correspondió cuando sintió el tacto del otro en su abdomen, tan sólo eso necesitaba para alegrarlo.
Estaban en el auto, apunto de salir para la alfombra roja de unas Premiaciones a las que estaban muy emocionados de asistir, estaban nominados en dos categorías y tendrían una presentación por la que habían ensayado semanas.
Esperaban en una larga fila de camionetas negras, lujosas y blindadas a que llegara su turno de bajar del auto para caminar por el pasillo donde decenas de camarógrafos esperaban a todas las celebridades que se presentarían esa noche.
Desde ahí iniciaba la alfombra roja y seguía hasta el interior del gran lugar.Soobin de un momento a otro se perdió pensando en cómo tenía que actuar y todo lo que tenía que decir, en todas las responsabilidades que especialmente él tenía como líder, cuando de repente sintió como Hueningkai le daba un pequeño empujón desde el asiento de al lado.
El mayor lo miró y ahí estaba Hueningkai extendiéndole el mismo teléfono de Soobin con una partida de algún juego multi jugador en la pantalla esperando para iniciar. El menor lo había tomado cuando recién salieron de la empresa y es que ya ni siquiera tenía que pedírselo prestado, sabía la contraseña y lo podía usar para lo que él quisiera, (palabras dichas por el mismo Soobin) así que por supuesto que iba a descargar varios juegos.
Y tal vez sería un poco inmaduro de su parte ponerse a jugar cuando estaban a unos minutos de entrar a una de las Premiaciones de música más importantes de Corea pero bueno, no es como que eso les importara a ninguno de los dos cuando durante los últimos 15 minutos Hueningkai llevaba la ventaja con 3 de 5 partidas ganadas.
—Creo que es hora...
La voz de Beomgyu hizo a todos los presentes llevar la mirada hacia afuera por las ventanas del auto, y ciertamente, era su momento de salir justo después de la camioneta del frente.
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Chicles | sookai
FanfictionSoobin abrazando aferrado a Hueningkai, Hueningkai sentado en el regazo de Soobin, Soobin hablando de lo adorable que es Hueningkai sin parar, Hueningkai mirando a Soobin con ojos de amor, Soobin y Hueningkai durmiendo juntos, siguiéndose por todas...