6; perspectiva

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Yeonjun había repetido esa misma coreografía más de mil veces en las últimas horas, por más que intentara nunca estaba completamente complacido con el resultado y a este punto estaba exhausto.

Miró hacia su reflejo en el gran espejo que estaba en la sala de práctica, sus intensos ojos le regresaron la mirada en cuanto lo hizo, en ese mismo momento un movimiento detrás de él captó su atención; eran Soobin y Hueningkai.

Ya llevaban en la habitación un largo rato, aunque Yeonjun no sabría decir exactamente que estaban haciendo debido a que él estaba en sus propias cosas, podía decir que estaban sentados en el piso en una esquina, charlando como siempre lo hacían.

Al principio los cinco estaban ensayando, hasta que oficialmente terminaron y cada quien se fue a hacer sus cosas, excepto ellos tres quienes aún seguían en la sala, pero sólo uno seguía trabajando.

A través del espejo observó como Soobin le indicó al menor que cubriera sus ojos, sosteniendo las manos del otro sobre estos por unos segundos antes de irse. Vió a Hueningkai quien tenía sus manos cubriendo sus ojos, estaba sentado sobre sus rodillas, tenía una sonrisa en sus labios, se veía tierno pero él era Hueningkai; siempre se vería tierno.
Después de menos de un par de minutos, Soobin regresó, tenía un adorable peluche de un pingüino rosado en manos, él más alto tomó asiento en frente de Hueningkai y le dijo que abriera los ojos, una calidez se expandió por su pecho al ver como al menor se le iluminaba el rostro por completo, llevó sus manos hasta que tocó al peluche y lo aferró a su pecho como si fuera un niño pequeño.

Aunque más que enfocarse en Hueningkai, él estaba viendo la sonrisa de Soobin, pareciera como si en vez de dar, él hubiera recibido. Inclinaba la cabeza mientras miraba al menor con adoración... ¿cómo se sentiría eso?

A Yeonjun no le molestaba verlos juntos, al contrario, le maravillaba y aunque a veces le extrañara, el sentimiento bueno seguía siendo el mismo.
Tal vez a veces no los entendía por completo y eso le frustraba, tal vez a veces eran demasiado para él, demasiado amorosos y complicados.

A veces le daban un dolor de cabeza pero ya había aprendido a vivir con los que ahora se han convertido en sus mejores amigos junto con los demás chicos, había aprendido que era mejor no especificar, aunque por supuesto estaría ahí para decir "te lo dije" cuando el día llegue.

Hueningkai se abalanzó sobre el más alto, abrazándolo del cuello, el mayor suponía que en agradecimiento.

Yeonjun sonrió cuando pudo sentir lo desesperadas que estaban las manos de Hueningkai, vió como se aferraban a Soobin como si fuera su salvavidas.

Quisiera entenderlo.

•••

Beomgyu estaba recostado sobre su cama, chequeaba su celular tranquilamente, era de noche y en un par de horas más se iría a dormir para levantarse temprano mañana, mientras tanto sólo estaría en Weverse un rato.

Soobin, quien era su compañero de cuarto, estaba en el baño dándose una ducha, tal vez cuando salga le propondría jugar videojuegos, quién sabe.

Estaba a punto de comentar algo en una publicación cuando tocaron la puerta de la habitación, Beomgyu se sentó en la cama con la intención de levantarse y ver quien era cuando de repente Soobin salió del baño con sus pijama puesta y el cabello húmedo.

—Yo abro. —dijo el mayor y rápidamente lo hizo.

Beomgyu no se sorprendió cuando vió a Hueningkai del otro lado, el menor tenía su típico peluche rosa de pingüino en mano, como siempre desde hace unos meses, y una sonrisa en su rostro.
Ni siquiera tuvo tiempo de saludarlo cuando Soobin ya estaba sobre él, el mayor lo abrazó de la cintura y lo impulsó hacia la cama de éste, Hueningkai no paró de reír hasta que Soobin estaba sobre él y los cubrió a ambos con una sábana.

Chicles | sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora