CAPÍTULO 55: FEEL IT TWICE

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Tumbada sobre la amplia cama del hotel de San Francisco donde harían la última parada del tour, Camila se debatía entre los pensamientos de las últimas semanas.

Era lógico que se sintiera confusa cuando estaba cerca de Lauren, hasta el punto de ver con una claridad absoluta, como caía en sus redes sin remedio y se arrastraba a su propia resignación. Pero para su sorpresa, cuando la chica se alejaba lo suficiente como para permitir que Camila pudiera observar a su alrededor sin el influjo de la presencia de su ex amante llenándolo todo, el remordimiento tomaba posesión de sus emociones y el sentimiento de seguridad que sentía con Shawn llamaba con fuerza a su puerta para recordarle que no se había ido.

Lauren no había cesado en su empeño y cada mañana la esperaba cuando salía de su habitación con una sonrisa en la cara y la determinación inquebrantable de llevarla a su terreno. No importaba donde estuvieran, Lauren siempre encontraba la ocasión de decirle: "Solo quiero recordarte que te quiero".

Camila había empezado a tomarlo como costumbre, sin querer profundizar en la naturaleza de ese mensaje, Lauren había cumplido su promesa de reafirmar cada día lo que sentía y lo estaba haciendo con una determinación que haría flaquear al más heroico.

Sofía parecía entretenida con lo poco que lograba sonsacar a Lauren y las reacciones obvias de Camila, quien rehuía a veces como un caballo indómito a la fuga a través de acres de dudas y temores, pero que regresaba como una oveja mansa a recoger su ración diaria de demostraciones de amor.

En una ocasión, Camila había recibido en su habitación un ramo de flores sin flores, unas cuantas ramas recogidas en un atillo y envueltas con mimo y que a pesar de no tener el colorido era sumamente hermoso.

-Son los restos de una poda- Le había confesado Lauren-. No quiero acabar con la vida de una flor prematuramente, pero espero que aprecies el detalle.

Y Camila lo apreció, desde luego que sí. Eran esas singularidades de Lauren las que la convertían en alguien tan especial.

La peor parte era que no podía expresar como se sentía. Dependía del momento del día ya que su mente había decidido hacer un baile con sus sentimientos y elegía la pareja según le convenía, frustrando a la cantante que repartía sus conflictos en una onda nefasta buscando algún resquicio de redención.

El peso de la conciencia de Camila, le dotaba sobre los hombros de una carga que por momentos la debilitaba. Todo hubiera sido más sencillo si Lauren no hubiera decidido acompañar a Sofía en aquel viaje, pero era esa cercanía lo que hacía crecer las dudas de la cantante como una planta trepadora que se aferraba a cada paso conquistando todo a su paso.

Evidentemente ella había intentado no mostrar indicios de derrota, se había afianzado a su negativa y se había aferrado a su relación con Shawn que por otro lado, la enriquecía y hacía que ganara en amor propio. Demasiado tentador para perderlo.

Era inevitable, dadas las circunstancias, recordar de forma automática lo que fuera su relación con Lauren, la consumación de un deseo construido durante años y que navegó a la deriva de miedos, mentiras y desengaños hasta acabar naufragando. ¿Era posible que los simples restos de aquel naufragio aún pudieran hacer tanto daño?

No era un dolor pasajero, como los celos o la distancia, era un daño propiciado por el desengaño. Camila sabía que no sería fácil pasar página a todo un año de abandono y de silencio y sin embargo ahí estaba, recordando momentos juntas, instantes de felicidad compartida, la ansiedad por encontrarse y el estallido del amor, los besos y los sueños, las conversaciones triviales, los sueños de futuro que se truncaron. La influencia que Lauren tenía sobre ella era todopoderosa y mucho se temía Camila que así sería por siempre.

Little Havana (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora