Little Havana (Camren)

CAPÍTULO 31: DON'T STOP ME NOW

Flashback (2 años antes)

La semana había transcurrido lentamente, como si las manecillas del reloj se negaran a hacer su labor y se resistieran a seguir adelante, tomándose un descanso entre minuto y minuto.

Nicole había pasado cuatro días en su casa y Sofía estaba encantada de pasar tiempo con ella. Tanto así, que incluso declinó la oferta de una tarde de películas Disney y palomitas junto a Tommy por quedarse con la modelo que no se cansaba de hablarle de su trabajo, de los diseñadores que conocía y de los patrones, cortes y confecciones de cada prenda. Le había animado también diciéndole a la niña que su buen hacer en la pintura iba a ser un punto a favor si quería dedicarse al diseño y la pequeña se estaba esforzando al máximo para mejorar su técnica.

Sofía estaba encantada, pero Camila se encontraba extraña, había cosas que no podía evitar pensar y caer en las comparaciones era un pecado que debía mantener en secreto. Pero mientras con Nicole, a pesar de sentirse cómoda y halagada, evitaba los momentos de soledad y casi agradecía la presencia de Sofía junto a ellas, era inevitable pensar que con Lauren jamás le había pasado algo así, de hecho anhelaba tanto los momentos íntimos que le sobraba el mundo entero alrededor.

Se dijo que era cuestión de tiempo y que la modelo le atraía lo suficiente físicamente como para que lo demás fuera surgiendo con el tiempo. Con Lauren llevaba toda una vida alimentando una atracción y dando forma a los sentimientos, no iba a suceder lo mismo con Nicole a unos meses de conocerse ¿verdad?

Lauren había brillado por su ausencia durante aquellos días, al menos había limitado al máximo las visitas aunque se mantenía en la casa de Michael pendiente de que las chicas estuvieran bien. Cada día por la mañana dejaba a Sofía en el colegio, las tardes que correspondía la llevaba a sus clases de pintura y la traía después de vuelta a casa.

Ese mismo día se había encargado de ir a recogerla y tardaron un poco más de la cuenta en llegar, pero cuando lo hicieron traían en sus manos una buena excusa que justificaba plenamente su retraso: Unos cuban spring rolls y unas piezas de queso frito del Ball & Chain, uno de los restaurantes más conocidos de Little Havana y el que tenía la comida más deliciosa.

Camila las recibió con un poco de impaciencia por el retraso pero encantada de aceptar el menú de esa noche que sería toda una delicia para el paladar, aunque para ser sinceros, su estómago estaba bastante cerrado últimamente.

Lauren llevaba aún su ropa de trabajo, un impoluto traje blanco con pantalón recto y chaqueta cruzada complementado con una trenza de espiga que ya estaba algo desecha. ¿Tenía que decir que estaba guapísima? No, ya era demasiado evidente y tenía que reprimirse todo lo posible ante la presencia de Nicole y por su propia salud mental.

—¡Lolo ven!—pidió Sofía tirando de la chaqueta de la morena para meterla en la casa—. Tienes que ver los dibujos que hice ayer.

Las miradas de Camila y Lauren se cruzaron unos segundos, se habían saludado superficialmente en la puerta pero en aquella escena estaban frente a frente en la cocina, Camila depositando en la encimera la bolsa con comida que su hermana le había cedido y Lauren allí plantada mientras esperaba a que Sofía regresara de su habitación con los dibujos que quería mostrarle. El camino más fácil sería rendirse y aceptar lo que sentían, pero en vista de que aquello entre ellas era imposible, no quedaba más remedio que alejar las sombras y no caer en insinuaciones, aunque desde su garganta hasta su estómago sentía como se descarnaba.

—¿Sabes si le han puesto salsa de yogur?—preguntó Camila cordialmente pero con familiaridad.

—Para ti he pedido que le pongan doble de salsa—expresó la mayor y la castaña, frente a todas las fuerzas que trató de reunir, se quedó unos segundos enganchada en su boca, como si en lugar de esa respuesta le hubiera desvelado el secreto de los últimos templarios.