-2015-
Finales de Marzo. Shangai.
-¿Cómo que ha habido un error?- Preguntó bastante molesta Tracy a la recepcionista del hotel.
-Me temo que debido al Mundial de patinaje hubo demasiadas reservas y no pudimos avisarles con tiempo. Le haremos un descuento del 50% por las molestias.-
-Pues claro que nos harán descuento, esto es ridículo. ¿Voy a tener que dormir con Brian siendo que ronca como un demonio?-
-Oye no te pases, y tampoco es para tanto. Veamos...- Brian se giró a su grupo de alumnos. Estaban riéndose todos ante aquella situación tan surrealista. -Tendréis que compartir habitaciones, haced grupos de dos del mismo sexo, no quiero tonterías.-
Javier y Yuzuru se miraron y sonrieron. Era obvio que iban a escogerse. Una vez en la habitación escogieron cada uno una cama.
-¿Estás nervioso?- Le preguntó el japonés.
-Yo siempre.- Hizo una mueca divertida y soltó una bocanada de aire. El corazón ya le latía velozmente y la competición no empezaría hasta mañana.
En los ensayos previos donde todos los patinadores entrenaban sus programas siempre había sitio para unas cuantas risas. Por alguna extraña razón aquella vez Javier estaba distraído y se quedaba pasmado mirando cómo entrenaba su compañero Yuzuru. Brian ya le había llamado varias veces la atención. Aquella figura nunca la había visto tan tentadora pero tenía razón, tenía que concentrarse.
~
-¡No me lo puedo creer!- Dijo Javier en español. Se llevó las manos a ambos lados de la cara. Se había convertido en el campeón del mundo.
Empezó a reírse súper nervioso. Estaba agotado pero feliz. Hasta que no pusieron el himno de España en la ceremonia de entrega de medallas no supo que aquello de verdad no era un sueño, que era real.
Llegaron exhaustos a la habitación. Yuzuru volvió a abrazar a su compañero, estaba verdaderamente feliz por él, sabía que se lo merecía más que nadie. Decidieron ducharse por turnos, empezando por Javier. En cuanto salió del baño se tumbó en la cama con el móvil en las manos. Literalmente su móvil estaba en llamas, demasiados mensajes de felicitaciones como para contestar todos pero sí los leyó. Miki también le había mandado un "felicidades" junto a una foto de ella con su hija. Una amplia sonrisa se le iluminó en la cara. Aunque llevaban bastantes meses que ninguno de los dos sentía lo mismo tenían una amistad y una relación demasiado cercana como para romperla. Al fin y al cabo tenían una hija en común y era la única referencia paternal que tenía aquella niña.
Cuando iba a contestarle la puerta del baño se abrió y dejó el móvil a un lado. Javier se había quedado embobado mirando a Yuzuru. No se había dando cuenta hasta ahora pero realmente el cuerpo del japonés había mejorado considerablemente estos últimos años. Delgado de brazos y espalda pero con un tórax bien definido. Yuzuru le miraba confundido, parecía que estaba ido.
-Javi ¿estás bien?-
-Sí perdona, estoy un poco cansado.-
-Normal.- Yuzuru se agachó buscando algo en su maleta. Javier seguía mirándole, y esta vez su mirada estaba sólo centrada en un sitio. Su trasero.
-Dios mío- Pensó Javier. Era totalmente redondo. Pequeño y bien formado. Era perfecto. Javier apartó la mirada antes de que se le notase su desfachatez. Se metió deprisa en la cama haciendo que su móvil cayera al suelo. Yuzuru oyó aquel ruido y se dio la vuelta.
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Mágica aura.
Fanfiction"Los finales felices no tienen historia. Los seres humanos felices tampoco." Javier y Yuzuru son amigos, compañeros y sobre todo rivales. Pero hay algo más, un secreto inconfesable e imperceptible que solo ellos dos saben.