"Los finales felices no tienen historia. Los seres humanos felices tampoco."
Javier y Yuzuru son amigos, compañeros y sobre todo rivales. Pero hay algo más, un secreto inconfesable e imperceptible que solo ellos dos saben.
-¿Qué miras?- preguntó Yuzuru al percatarse de que le estaba observando desde hacía ya un rato.
Javier descansaba su cabeza sobre la almohada. Desde que se había despertado no había parado de observar al japonés, que dormía plácidamente hasta ese momento. Los dos llevaban varios días sin haber podido dormir un par de horas seguidas siquiera pero esa noche, después de aquella deliciosa reconciliación y teniéndose entre los brazos, lograron dormir como lirones.
-A ti.- sonrió Javier.
Yuzuru le dio la espalda buscando su teléfono móvil entre el revoltijo de ropas que había en el suelo. Miró la hora. En menos de dos horas ambos tenían que ir a entrenar aunque ninguno tenía la suficiente fuerza de voluntad para despegarse de la cama. Estando así como estaban, desnudos y parcialmente cansados todavía, Javier prefería mentir a Brian y decir que estaba enfermo para no ir pero Yuzuru, aun siendo más joven, era mucho más responsable que él y aquello no era una opción.
La madre de Yuzuru le había enviado varios mensajes preocupada al cerciorarse de que no estaba en casa.
"Estoy bien mamá. Salí temprano de casa para ir antes a entrenar. No hace falta que hoy me vengas a buscar, nos vemos a la tarde."
Enviar.
No le gustaba mentir a su madre pero en ese momento creyó que era lo correcto. Últimamente estaba demasiado pendiente de él, se le podía notar intranquila ante los últimos acontecimientos y malos entrenamientos que estaba teniendo.
-Deberíamos prepararnos ya para ir al Cricket Club.-
-Noooooo, no quiero.- Dijo Javier antes de agarrar la estrecha cintura y tirar de ella hacia él, pegando sus cuerpos. -Si te secuestro no podrás ir.-
Los dos rieron y Yuzuru se abrazó a él con ilusión. Aquella idea no le disgustaba en absoluto. El politono de One Ok Rock resonó por la habitación. Era Brian.
-Buenos días Brian.- Contestó Yuzuru.
-¿Ayudó en algo la charla que tuvimos ayer?-
No pudo evitar sonreír tontamente. Su entrenador le había salvado literalmente la vida.
-Sí-
-No hace falta que vengáis ninguno de los dos a entrenar hoy, me imagino que tendréis muchas cosas de que hablar...-
-¿En serio?.-
-Como mañana es Domingo considéralo unas pequeñas vacaciones.-
-Muchas gracias Brian-san. Por todo.-
-No hay de qué. Saluda a Javier de mi parte, sé que está por ahí-
Antes de que pudiera responder Brian colgó la llamada.
-¿Qué ha dicho? ¿Nos vamos a comer otra bronca?.- Preguntó Javier
-Al contrario, dice que nos quedemos descansando en casa.-
-¿Sí? Genial. Venga Effie, a desayunar.- Cogió a su gata en brazos y oyó un "click" a sus espaldas. Yuzuru le acababa de hacer una foto.
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