Mágica aura.

CAPITULO XIV.

                                                                      -2017-

-¿Quieres salir conmigo?-

Yuzuru le miró extrañado. ¿Es que acaso no estaban saliendo juntos ya?

-Nunca hemos tenido una cita. Quiero pasar un día contigo en condiciones.-

Aquella idea le entusiasmó enormemente. A pesar de estar andando por la calle con bastante gente alrededor Yuzuru le cogió de la mano sin vergüenza ninguna y se la apretó con fuerza.

-Me encantaría.-

-El problema es que tendríamos que quedar el domingo y no sé si habrá muchas actividades que podamos hacer...-

-No pasa nada, con estar contigo es suficiente para pasármelo bien.- Sonrió Yuzuru. Javier le respondió con una sonrisa mucho más amplia. -No tienes que planear algo muy complicado, me conformo con poco.-

-Podemos ir al parque, ir al cine o podemos comer algo en algún restaurante o...-

-Javi, cualquier cosa estará bien, de verdad.-

-Está bien.-

Aquella mañana de Domingo Javier llegó tarde a la cita, como era de esperar en un español. Yuzuru todavía no se acostumbrada a esa manía de la impuntualidad pero como él se decía a sí mismo "nadie es perfecto".

Los dos llevaban una ropa normal y de tonalidades oscuras y gafas de sol para no preocuparse demasiado por las miradas ajenas y así poder disfrutar sin absoluta presión de ser descubiertos. Caminaron hasta un pequeño pero frondoso parque y estuvieron observando durante varios minutos a la fauna de allí: ardillas, patos, incluso llegaron a avistar mapaches. Por primera vez podían pasear con los brazos entrelazados o simplemente dándose de la mano con absoluta tranquilidad. Javier se veía especialmente emocionado mirando a aquellos animales, se podía apreciar como su niño interior afloraba y Yuzuru apenas podía quitarle la vista de encima. Le encantaba verle así, era tan adorable cuando se relajaba... No pudo evitar darle un dulce y tierno beso en la mejilla.

-Oye, ya tengo hambre, ¿dónde has pensado comer?-

-Te voy a llevar al mejor restaurante de la ciudad y además te voy a invitar, ¿qué te parece?.-

Yuzuru aplaudió suavemente como hacía muchas otras veces en las competiciones. Se dirigieron hasta un elegante y exclusivo restaurante en una de las calles más céntricas de la ciudad. Aun habiendo entrado en el local no se quitaron las gafas de sol.

-Reserva para dos personas a nombre de Fernández.-

-Acompáñenme.-

Siguieron a la camarera hasta una de las mesas, se quitaron las gafas y se sentaron. Estuvieron mirando durante un buen rato la carta que parecía estar escrita en otro idioma irreconocible, losplatos tenían unos nombres rarísimos. Javier pudo oír como Yuzuru intentaba pronunciarlos en voz baja con aquel adorable acento japonés.

-Tron...tronçons de lu..lotte po-poêlées ¿sur? un lit de pu, pu, poireaux...-

Javier no pudo aguantarse la risa. Yuzuru levantó la vista del menú y le miró con fiereza.

-¿Te estás riendo de mí?.-

-Un poco, pero es que eres tan adorable...-

-Es este idioma extraño, es ilegible.-

-Es francés.-

-Lo que sea, parece que lo inventó un borracho.-

Javier volvió a reírse aunque intentó aguantárselo mordiéndose un dedo. En cuanto llegó la camarera Javier pidió por los dos la sugerencia del chef. Hasta que la comida no llegó a la mesa no volvieron a hablar, estaban demasiado ocupados mirándose embobados el uno al otro.