bye for now

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happy new year, babe pt. II

11:00 a.m.

4 de Enero de 1986

Hawkins, Indiana.

Luego de una maravillosa semana en Hawkins, los Byers y El debían de volver a Alburquerque.

Nadie quería que se fueran otra vez, pero así debía ser. Dentro de todo pasaron la mayor parte del tiempo juntos.

El se preparó mentalmente para este momento desde la cena de Día de Acción de Gracias. Se encontraba guardando sus cosas en su valija, Max la observaba desde el marco de la puerta con los ojos llorosos, ella la sintió dar pequeños sollozos.

- ¿No te gusta verme así, cierto? - Dijo frenando lo que estaba haciendo.

- Me tengo que acostumbrar. - La pelirroja quebró en llanto.

- No, no y no. - El se levantó y llevó a que Max se siente con ella en la cama.

- Lo siento.

- Max, no tienes que disculparte.

- Es que eres mi única mejor amiga en Hawkins.

- Y tú la mía. Pero entiende que lamentablemente esta es nuestra realidad.

- Maldito laboratorio, malditos rusos.

- Ven aquí. - La abrazó muy fuertemente, fue muy rápido el lazo que habían creado entre ellas.

- Promete que llamarás seguido.

- Lo haré aunque estés durmiendo. Lo prometo.

- Ok, te ayudo a terminar con eso.

- Por favor, no termino más. Pásame las camisas.

- Toma. - Dijo dándoselas. - Yo no puedo creer que yo no soy tu novia, pero te lloro como si lo fueras. Mike convive con eso mucho mejor que yo.

- A él también se le hace difícil. Solo que nosotros siempre tuvimos esa cierta conexión, desde la primera vez que me fui de Hawkins y hablo de cuando estuve algunas horas en el Upside Down.

- Como almas gemelas.

- Algo así.

Luego de unos minutos terminaron de armar la valija y fueron a la casa de los Wheeler. Ese siempre fue el punto de encuentro. Ahí se encontraron con los demás.

- Hola, Mikey. - Dijo El besando la mejilla de su novio.

- Hola, El. ¿Cómo estás?

- Pues, preparada mentalmente para irme, otra vez.

- Podría decir que cada vez se me hace más fácil, pero sería como mentirte otra vez.

- Y después de lo que pasó no te gusta mentirme. - Lo abrazó por la cintura.

- Así es.

- Niños, hora de irnos. - Dijo Joyce.

El dirigió su vista a Max, podrá parecer algo fría y ruda, pero cuando la conoces tan bien, sabes de su punto débil. La abrazó lo más que pudo, con la esperanza de que así no la extrañe tanto si es que se vuelven a ver en el verano.

- Te voy a extrañar. - Le dijo Max, su voz estaba quebrada.

- Yo a tí.

- ¿Tienes la bandita elástica que te preste?

- Sí, aquí la tengo. La otra vez olvidé devolvértela. - Dijo sacándola de su muñeca.

- No, no. Quiero que te la quedes.

kiddos - mileven/fillie one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora