mr. canadian and the heartbreak princess

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08:35 a.m.

Los Angeles, California

N/O

Millie y Finn, ambos de dieciséis años, coincidieron en la misma escuela con un año de diferencia, ella llegando primero desde Londres. Su padre es diplomático, por lo tanto siempre van de una ciudad a otra, solo que esta vez es permanentemente. Luego esta Finn, sus padres trabajan en muchas partes del mundo y decidieron quedarse de manera permanente en los Estados Unidos.

Millie en la escuela se la caracterizaba por no hablar con nadie y sin embargo estar en el club de baile, tampoco tenía amigos y su mirada era la más intimidante. Siempre vestida en colores neutros y raras veces se la veía usando otros colores. Usando cualquier tipo de audífonos. Y dentro de lo académico, tiene buenas calificaciones.

Finn, el chico nuevo, amable y algo introvertido. Jeans claros, camisas a cuadros de todo tipo de color y remeras con estampados de sus bandas favoritas. Está en el programa de música (como era de esperarse), también tiene buenas calificaciones por más que los estudios no sean lo que más le importa, lo hace porque terminar la escuela es lo único que lo dejaría ingresar a algún conservatorio de música.

Ambos fueron puestos juntos para un trabajo en parejas, ella tuvo que poner mucho de su parte ya que no esta acostumbrada a esas cosas y porque tampoco hablaba con nadie. Pero digamos que él de alguna manera cambió su vida para siempre. Entre salidas y citas, Millie se dió cuenta de que se estaba enamorando, Finn también.

Nadie la había visto de tal manera, ella tan solitaria y sin motivo para sonreír. Tenía razones para anteriormente ser así, en Londres tuvo varias decepciones, tanto sea en relaciones o en amistades y lo peor para ella sería entablar una amistad con un o una estadounidense.

Finn tampoco se salvó de algunas cosas, un par de sus amigos más cercanos lo llevaban por el conocido "mal camino", de por sí el tenía reportes de otras escuelas y en esta lo conocían como el chico malo. No era así y nunca lo fue.

- ¿Haces algo hoy? - Él preguntó.

- Solo un trabajo de algunos puntos. ¿Por?

- ¿No quieres que vaya, lleve algo para comer y si entiendo algo te ayudo?

- ¿Y de paso pasas el resto del día conmigo y pedimos pizza para cenar?

- Eso suena bien. Voy horas después de las escuela para bañarme y eso. ¿Está bien?

- Sí, obvio. Por ahora te veo en el almuerzo. - Dijo ella queriendo darle un beso en la mejilla a Finn, pero él se corrió haciendo que sus labios se junten. - La audacia. Te veo luego.

- Nos vemos.

03:35 p.m.

Millie's P.O.V

¿Que si me aterra esto que tengo con Finn? Sí, pero después de encontrar a alguien que me entienda y que me haga sentir que no necesito nada más en mi vida hace que me olvide de ese miedo.

- Hola, extraño. - Le dije apoyada en el marco de mi puerta. - Pasa.

- Saluda bien, ¿quieres?

- Ya veo. - Apoyé mi mano en su hombro y lo besé. - ¿Así está mejor?

- Ahora sí.

- Me imaginé.

- ¿Llegué en un mal momento?

- Ehm, no. Sólo me estaba por arrancar los pelos por un punto del trabajo pero nada grave.

- Entonces déjame ayudarte.

Después de que me ayudó con el trabajo lo dí por terminado. Así que nos pusimos a comer lo que él había traído.

- ¿Vas a venir conmigo a la semana de fin de año? - Me preguntó.

- Me encantaría. Ya es hora de salir de mi agujero, creo yo. - Dije terminando de comer.

- ¿Nunca has ido a una?

- Fui pero en Londres y no quiero hablar mucho de eso. Y desde que nos mudamos no he ido a ninguna. - Siempre y por alguna razón le encuentro difícil mencionar mis viejos días en mi ciudad natal.

- Ya veo. Yo recuerdo que en Vancouver con quienes eran mis amigos íbamos a esas semanas de fin de año, muchas veces para arruinar las experiencias de las chicas que morían por los jugadores de hockey.

- Ojalá hubiera tenido alguien con quien hacer lo mismo aquí. Me da cierta diversión verlo. O solamente quedarme viendo el partido con resting bitch face. Y rodando mis ojos cada vez que las chicas gritaban, lo pienso y me da risa.

- Si quieres podemos verlos así el miércoles en el partido.

- Me encantaría.

Esas ultimas horas del día las pasamos viendo películas de Adam Sandler, acostados en el sofa. Finn como todo little spoon estaba encima mío, luchando con no dormirse mientras yo acariciaba sus rulos.

***

Esa semana los dos la pasaron como nunca, se rieron de todo y de todos. Millie saludo a los reyes del baile como si fueran la misma Reina Isabel y el Principe Carlos, haciendo honor a su país, básicamente. Muchos chicos quisieron sacar a bailar a Millie, pero era imposible, por más que todos la veían hermosa esa noche, ella se sentía algo incomoda, hace tiempo no usaba un vestido ni iba a un baile, pero Finn hizo todo lo posible para que ambos la pasen bien, hasta los llegaron a llamar señor canadiense y la princesa del corazón roto, de alguna manera entre ellos se complementaban bien, dos opuestos siendo algo correcto.

También esos días se prometieron a que el año entrante, al ser el último en la secundaria, la pasarían aún mejor.

- Puede que en dos años tomemos caminos diferentes por lo que sea que queramos estudiar en la universidad, pero ten por seguro que no te voy a soltar en ningún momento.

- Yo ni siquiera pienso en soltarte, eres lo mejor que me paso en este año. Te amo. - Dijo sin duda alguna, eran él y ella, todo su mundo.

- Te amo más. - Él le respondió y le dió un beso en la frente.

Nada más.

***

argentina: and now the storm is coming but...

kiddos - mileven/fillie one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora