my dear devoted delicate

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Escribo esto con mucho amor en el pecho y ganas de llorar.

Olvídense de la linea de tiempo de la serie durante un rato.

Disfruten o lloren.

***

7 a.m.

Hawkins, Indiana

Mike's P.O.V.

Despierto acostado al lado de El, sus rizos marrones haciéndose rubios ante la luz del sol. Intento admirar cada milímetro de su rostro, sus pecas hacen que se lleven toda mi atención, el frío invierno hace que su nariz agarre un tono muy rosado. Por el amor de Dios, ya estoy perdido.

Llevé mi mano hacia su rostro, haciéndole caricias, pude ver como la empezó a relajar, haciendo que se aferre mucho más a mí.

En un momento ella llevó su rostro hacia a mí, tratando de abrir de a poco sus ojos, esos enormes y hermosos ojos marrones que me vuelven loco.

Fui dándole pequeños besos en la cara, vi como cada una de sus facciones se relajaba, me hacía relajar a mí.

- Buen día. - Fue lo que leí en sus labios.

- Buen día. - Me quedé apreciándola.

Su mano en mi pecho llegó a mi rostro, pasó sus uñas levemente largas por mis mejillas, haciéndome relajar a mí esta vez, pero, aún así, no logra a hacerme  volver a dormir.

- ¿El?

- ¿Mhm? - Dijo con sus ojos entreabiertos.

- Odio hacer esto y lo sabes. Es hora de levantarse.

- No...

- Sí, lo siento.

- ¿Justo ahora que estoy perfectamente cómoda?

- Lo has estado durante unas varias horas, no justo ahora. - Dije entre risas.

- Eso es mentira.

- Porque recién eres consciente de eso amor.

- No, por favor.

- ¿Necesitas 15 minutos más?

- En realidad serían 8 horas más, pero también sirve.

- Okay, 15 minutos y vamos a desayunar. - Vi que ella asintió.

Con cuidado tomé el reloj y lo configuré para que suene dentro de, en realidad, 30 minutos. Aún era temprano y ninguno de los dos tiene cosas que hacer hoy.

- Gracias, te amo. - Me dijo susurrando.

- De nada, yo te amo más. - La tomé de la cintura y la acerqué más hacia mí, así es, no soporto que esté ni un milímetro lejos de mí y es peor cuando estamos juntos en una misma habitación o en un mismo lugar.

Luego de 30 malditos minutos empieza a sonar la maldita alarma del maldito reloj.

- Ugh, shhhhh. - Dije tratando de apagarlo y seguido de eso El se despierta de la manera más tosca y automática.

- Ahora sí, a empezar el día.

- ¡NO! ¡Por favor! - Sí, ahora el terco que no se quiere levantar soy yo.

- ¡Vamos Mike! ¡Hay que estar listos para ver que tiene el universo para darnos el día de hoy!  

- No quiero. - Dije cubriéndome hasta la cabeza con las mantas.

- Mike... - Me abrazo así como estaba.

- Dios santo. Ya va, El. Pero quédate un ratito mas.

- Me encantaría, pero no.

kiddos - mileven/fillie one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora