→ Sorpresa para Mami

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Al día siguiente se despertaron y no se dijeron nada, solo se dieron una leve sonrisa antes de que Ella entrara a su habitación con su peluche en mano

¿Por qué se les era incómodo?

— ¡Mami! ¡Es hora, es hora! — Comenzó a decir la menor tomando a su mamá Jennie de una mano

— Hey amor, tranquila, ¿qué pasa?

La coreana sonrió por el entusiasmo de su hija, viendo como Lisa le hacía algunas señas a su hija.

Aquello le parecía sospechoso.

Ella soltó una pequeña risa, pero cuando su mirada se encontró con la de su madre Jennie, trató de volverse seria

—. Ella...— llamó Jennie tratando de que su hija le dijera algo

— Espera mami — le dijo y soltó su mano
antes de salir corriendo a su habitación

En ese momento Jennie dirigió su mirada hacia Lisa, pidiendo una explicación de lo que tramaban, pero la tailandesa no le dijo nada

— Mami — Habló Ella hacia Lisa quien la levantó y se colocó detrás de Jennie

— Jennie, vamos a colocarte una venda, ¿de acuerdo? — avisó Lisa aún cargando a Ella la cual tenía en sus manos un pedazo de tela

— ¿Qué traman ustedes dos? — Preguntó la coreana riendo mientras sentía como su primera hija colocaba la venda en sus ojos con ayuda de su esposa

— Es una sorpresa — respondió Ella sin contener su alegría

Lisa bajó a Ella y la menor tomó una de las manos de su madre Jennie, mientras su mamá Lisa tomaba la otra

La guiaron durante algunos minutos, y luego Jennie escuchó como Lisa abría una puerta

— Lisa...

— Confía en mí, te encantará — le susurró cerca de su oído haciendo estremecer a la contraria

— ¡Espera! — Gritó Ella haciendo que ambas mayores se detuvieran

La menor corrió a recoger algo y luego levantó su dedo pulgar hacia su madre tailandesa quien rodó los ojos con una sonrisa

— Listo

— Amor, desde hace algunas semanas Ella y yo nos pusimos a hacer algo que...significa mucho para nosotras al igual que para tí — anticipó Lisa rodeando a su esposa

— Sí, Mami — Agregó la menor para luego ser cargada por su otra madre

— Suena interesante, ¿ya puedo verlo? — Preguntó Jennie inquieta por saber que sería lo que sus dos amores le tenían planeado

Lisa asintió cuando su hija le pidió permiso y quitó la venda de los ojos de su madre

Jennie llevó sus manos a su boca debido a la impresión, una sonrisa apareció luego de la sorpresa y rápidamente se volteó para abrazar a Lisa y Ella

— Amor, es hermoso — le dijo a Lisa quien sonrió sonrojada

— ¿Te gusta, mami? — Preguntó ahora Ella

Jennie asintió llevando una de sus manos a la mejilla de su hija para acariciarla; Ella y Lisa habían estado durante semanas preparando el que vendría a ser el cuarto de Haneul.

Hace cuatro años, Jennie fue quien se encargó de decorar el cuarto de Ella, colocándole varios peluches de tigres y cosas así; más que todo fue una sorpresa para Lisa. Estaban pasando por un mal momento y Jennie quería ver a su esposa feliz.

Sin embargo ahora fueron Lisa y Ella quienes quisieron darle la sorpresa a Jennie; el cuarto no era amarillo como el de Ella, sino, era de un celeste bajito, con varios peluches en un estante, peluches de perritos, y distintos juguetes de bebés, una cuna con un perrito en medio y una mesita de noche.

— Aún no sabemos cuál será el color o animal favorito de mi hermanita, pero por ahora será celeste y perritos mami — explicó Ella luego de haber escuchado atentamente cuando su madre le dijo que repitiera aquello

— ¿Planeaste todo esto tú sola? — Preguntó Jennie hacia Lisa cuando Ella corrió a tomar una de los juguetes

— Sorprendente, ¿no? — Respondió Lisa con una sonrisa y Jennie asintió

— Gracias, Lisa — le dijo

— Amor, no estamos mal, ¿no? — Preguntó

Desde anoche sintió que algo no estaba del todo bien, pero no quería pensar en cosas que tal vez no eran ni armar ningún escándalo

Jennie suspiró y miró hacia abajo.

— No Lisa, no estamos mal — contestó luego de algunos momentos — Pero, ¿puedo pedirte algo?

Lisa la miró confundida pero accedió acunando el rostro de su esposa con sus manos

— Lo que quieras, princesa — añadió sacándole una breve sonrisa a Jennie

— ¿Puedes quedarte en casa los últimos meses? — Pidió sintiéndose un poco avergonzada de aquello — Sé que tienes mucho trabajo, pero el dinero sabes que no nos falta, ni a Ella ni a mí. No te estoy pidiendo que ya no lo hagas, pero quiero pasar más tiempo contigo...en estos momentos te necesito amor. Últimamente me he sentido muy...no lo sé, ¿sola? Como si solo yo estuviera preocupada de lo que pueda pasar

Lisa lo pensó, pero pudo notar que Jennie realmente estaba asustada y ansiosa, así que dijo

— Me quedaré contigo si así lo quieres, cariño

Jennie levantó su mirada encontrándose con la cálida sonrisa de su esposa y sin dudarlo juntó su labios en un nuevo y suave beso

— Lo siento si pensaste que estaba molesta...No lo estoy, solo...tengo miedo, ¿sabes? — habló Jennie

— Lo sé cariño, también tengo un poco de miedo, pero podemos vencerlo juntas, ¿verdad? No sería la primera vez — se sonrieron nuevamente y estaban por darse un nuevo beso cuando Ella llegó

— ¡No, mami! ¡No la beses! — ordenó la pequeña con un puchero y sus ojitos levemente cristalizados

— Amor, ya te expliqué que mamá Lisa es mi esposa — Habló suavemente Jennie hacia su hija quien negó

— No, tú eres mía — dijo

— Iré a preparar el desayuno — avisó Lisa antes de dejar un corto beso en el cuello de Jennie haciendo por segunda vez estremecer a la coreana

— ¿Te sonrojaste? — preguntó Ella

Sí, ahora ya sabía lo que esa palabra significaba. Y todo gracias a las burlas de Momo.

— Solo tu mamá me puede hacer sonrojar — le dijo a la pequeña quien se quedó pensativa

— ¿Todos tenemos a alguien que nos hace sonrojar? — preguntó repentinamente

Jennie lo pensó pero asintió, quizá era cierto

— ¿Y a mí quien me hace sonrojar?

Ahora Jennie rió por aquella ocurrencia y acarició el cabello de su primera hija

— Estas muy pequeña para descubrirlo, Ella

Sin decir más ambas bajaron a la sala encontrándose a Lisa terminando de preparar el desayuno favorito de Jennie.

— Estas de buen humor hoy — Bromeó Jennie haciendo que Lisa riera

— ¡Mami mami! ¡Están en la tele!

Aquella simple oración dicha por Ella hizo que Jennie y Lisa se alarmaran y fueran directo a donde estaba el televisor

— Oh mierda...

madres  || jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora