madres || jenlisa [G!P]

→ Discusiones

Ella era pequeña, tenía ya cinco años y apenas podía expresar bien lo que veía, observaba y sentía, pero la pequeña era muy astuta como para saber que algo en su familia no andaba bien.

Ni Lisa, ni Jennie le prestaban atención como antes; ya no la mimaban, ya no la arropaban cuando se iba a dormir, cuando tenía que ir al colegio Lisa la llevaba pero en ningún momento hablaban de nada, sus madres ya no se daban cariños seguidamente y ahora se habían dado cuenta de que se les veía la mayor parte del tiempo tristes.

¿Qué era lo que pasaba?

No lo entendía, realmente se empeñaba en hacerlo pero no encontraba respuestas a sus preguntas.

Su última salida era preguntarle a alguna de las dos el por qué de sus acciones, pero no quería escuchar lo mismo de siempre "Claro que no princesa, está todo bien"

Ella ya se había cansado de esa oración, así que por ahora no preguntó nada y solo lo ignoró por completo

— ¿Tienes todo listo? — le preguntó Jennie a su hija mayor quien asintió — ¿Tu tarea sí la hiciste?

— Solo era dibujar, mami, fue fácil — respondió la menor con unas sonrisa, feliz de que su madre le haya preguntado aquello, por su parte Jennie asintió

— ¿No le revisaste ayer si la había hecho? ¿Enserio, Jennie?— preguntó Lisa con cierta molestia haciendo que Jennie suspirara sabiendo lo que se venía

— ¿Disculpa? Te recuerdo que también es tu hija y tú también puedes ayudarla a hacer sus tareas, no solo yo, Lisa.

— Sabes que llego muy tarde de trabajar, Jennie

— Créeme, estoy muy consciente de eso

Ella ya estaba cansada de oír a sus madres discutir todo el tiempo; ¿en qué momento las muestras de amor, cariños y besos, pasaron a ser discusiones, gritos y molestias?

Sin su permiso, lágrimas comenzaron a humedecer sus mejillas mientras las miraba a ambas.

Lisa fue la primera en darse cuenta de aquello y rápidamente se agachó hasta quedar a la altura de su hija

— Ella...— trató de tomar su brazo pero la menor se rehusó y se desprendió de su mochila para dejarla así tirada en el suelo y correr tan rápido como sus piernas le permitían con dirección a su habitación.

Llegó y se paró de puntitas para poder tomar la perilla y cerrar su puerta con seguro.

Una vez dentro se dejó acostar en su cama y siguió llorando mientras por su mente volvían los recuerdos, aquellos horribles recuerdos de las dos personas que más amaba, peleando.

— ¿Ves? ¡Es tu culpa! — Acusó Lisa hacia Jennie quien negó frunciendo el ceño

— ¿Mi culpa? ¡Por dios, Lalisa, madura!

— Esto es una mierda, siempre es lo mismo

— Vaya, hasta que por fin te das cuenta

— ¿Sabes? Pierdo el tiempo hablando contigo. Iré a verla

Lisa estaba por irse a la habitación de Ella, pero Jennie la detuvo y le impidió aquello

— Será mejor que vayas a trabajar de una vez, yo hablaré con ella

— No, mi hija es más importante

— ¿Ahora Ella es más importante? — Preguntó Jennie con un claro sarcasmo