→ Extraño

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Hoy era el día en el que Lisa podía ir a recoger a jennie y a su hija, Ella, al hospital para traerlas de vuelta a casa.

El doctor le había indicado que luego de algunos días del nacimiento de la pequeña, jennie ya podría irse. Además de esto les dió a ambas algunas recomendaciones que podían seguir.

Así que aquel día Lisa se levantó muy temprano por la mañana para poder llegar a tiempo y así observar lo más pronto posible a las dos mujeres más hermosas que la vida le había podido conceder.

Para su fortuna, la pequeña Ella había nacido muy saludable. "Se nota que será una niña muy fuerte", fueron los palabras que aún provocaban en lisa, una gran sonrisa al recordarlo

— ¿Amor? — llamó Lisa a la par que entraba a la habitación en donde estaba jennie y Ella, esta última se encontraba dormida sobre el pecho de su madre

— Buenos días — Fue lo que dijo jennie en un casi susurro.

Lisa entendió que debía hacer silencio para no despertar a Ella , así que comenzó a acercarse a ella con cuidado de no hacer ruido. Jennie no pudo evitar sonreír al observarla.

— ¿Ya podemos ir a casa? — Preguntó la Coreana y Lisa asintió sonriendo

— Si, ya podemos ir a casa

La más alta de ambas tomó el bolso que jennie había estado utilizando durante su estadía en el hospital y se lo puso al hombro junto con la mochila que contenía algunas prendas y cosas de la pequeña; como baberos, pantalones y politos.

Ambas se miraron y luego salieron con una sonrisa inigualable, ¿y es que quién no? si ahora ya tenían a una pequeña hija la cual amarían y cuidarían toda su vida.

Cuando salieron del hospital, Lisa corrió hacia el auto y guardó rápidamente las cosas en la parte trasera de este para luego ayudar a jennie quien sostenía aún a Ella en sus brazos.

— Sujétala mientras subo y luego me la das, ¿si? — Indicó la mayor intentando entregarle la pequeña a lisa, la cual negó rápidamente — ¿Que ocurre? — preguntó confundida

—¿ Y-Y s-si la de-dejo c-caer? — jennie sonrió por lo tierna que sonó Lisa.

— Amor, no lo harás — trató de persuadirla, pero lisa siguió negando — Bien, solo abre la puerta —la tailandesa esta vez asintió y abrió la puerta para que jennie y su hija subiesen al auto.

Cuando hicieron esto, la menor se aseguró de que jennie estuviera cómoda y luego cerró la puerta para poder rodear el auto y subir al asiento del conductor.

Durante el transcurso de regreso a casa, jennie podía jurar que lisa, cada vez que se le daba la oportunidad, volteaba a observar por breves segundos a ella o a su pequeña hija.

Sin embargo no dijo nada porque ella también hacía eso.

Cuando cuando llegaron a casa, lisa no pudo evitar el sentirse algo extraña, sensación que jennie logró percibir cuando la vió

— ¿Lili? — la llamó y la menor la miró esperando a que continuara — ¿Todo bien?

Los repentinos cambios de actitud que la tailandesa había estado teniendo, lograron despertar una cierta inseguridad y miedo en jennie

Temía mucho el que a esas alturas, tal vez, lisa ya estuviera arrepintiéndose de todo, era demasiado tarde pero, el sentimiento era inevitable

— Es extraño jennie — la voz de lisa hizo que posara su total atención en ella.

La tailandesa siguió mirando hacia adelante, si bien era cierto que el auto ya se había detenido, ninguna de las dos había abandonado el vehículo

— ¿Que es extraño? — Preguntó temerosa

— Todo esto es extraño. ¿Te das cuenta que ahora somos una familia?— jennie la miró confusa — Tenemos una hija, jennie. ¡Y aún me resulta increíble!

La forma en que lo dijo, sus pendía tan sincera, su alegría y entusiasmo notorio en su voz, sus expresiones; todo indicaba lo increíble y fascinada que se sentía Lalisa manoban.

— Ahora somos, y siempre seremos una familia, Lili — Dijo la mayor — Tú, Yo y por supuesto este angelito — miró a Ella la cual estaba dormida y acurrucada entre la manta amarilla

Luego de juntar sus labios en un cálido pero corto beso, y sin borrar sus sonrisas, ambas bajaron del auto para luego entrar a su casa.

Lisa dejó las cosas utilizadas a un lado, y siguió a jennie la cual se dirigía a la habitación, caminando con mucho cuidado de no tropezar

— Vaya, es increíble que esté todo en su sitio — jennie no pudo evitar soltar aquella frase al ver que la persona más desordenada que conocida, Lalisa manoban, tenía todo perfectamente ordenado y acomodado

— Que te puedo decir amor — sonrió y elevó sus hombros presumiendo

Jennie iba a seguirla molestando de no ser por el llanto de la pequeña Ella, la cual las sacó de aquel grato momento.

Lisa se acercó a ellas dos mientras jennie mecía a la menor en un fallido intento por intentar que dejara de llorar

— ¿Que hacemos jennie?

La voz tan angustiada y su ceño fruncido, le indicaban a Jennie que lisa estaba realmente preocupada.

— Cárgala, amor — fue la respuesta de Jennie — Vamos pequeño tigre, es tu hija y no podrás evitarla para siempre — La Coreana rodó los ojos de una manera divertida al ver cómo lisa y abría los ojos ante la sorpresa.

La tailandesa, sin más alternativa, asintió, y se acercó a su hija con pasos muy lentos, para luego, con mucho cuidado y con ayuda de jennie, poder cargar por fin a su pequeña y hermosa princesa

Lisa aún no estaba muy segura de cómo sostenerla, así que se movía de vez en cuando para poder encontrar la posición más cómoda para su hija, sin embargo, lo que no sabía era que jennie acertó; la bebé había parado de llorar

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Avísenme si ven algún error con los nombres para poder corregirlo

madres  || jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora