→ Madre por una noche

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— Bien, ¿ya sabes todo lo que tienes que hacer? — preguntó Jennie y Ella asintió

— No abrir la puerta a nadie, no salir por nada del mundo, alejar a Sook de la cocina y de la piscina, no jugar con fuego, no dormir más de las diez, si llegara a ocurrir una emergencia te llamo a tí o a tía yeri y si sook no quiere dormir tengo que dormir con ella — mencionó a la vez que iba contando con sus dedos —. Creo que sí puedo recordarlo

Jennie rió ante la expresión de su hija

— No la hagas dormir tan tarde Ella — advirtió Lisa tomando las llaves de su auto

— No lo haré mamá — aseguró la pequeña

— Bien, te amo — Jennie se acercó a la mayor de sus hijas y le deposito un beso en su frente

— Yo también

— Adiós princesa

—Adiós mamá

Cuando Lisa y Jennie salieron de la casa, Ella fue directo a la habitación de su hermana para ver a Sook y Rosé, las cuales jugaban piedra papel o tijera muy animadamente.

Luego de aquella conversación que tuvo Ella junto a su amiga, la menor se prometió que el resto del día, o bueno ya noche, haría lo imposible para que su amiga ya no se sintiera mal y al contrario, sonriera y se sintiera feliz

— ¿Mamá Jennie y Mamá Lisa ya se fueron?— preguntó sook con tristeza apenas vió a su hermana mayor

Y es que Sook odiaba cuando sus madres salían porque, la mayor parte del tiempo la pasaba con Jennie, y aunque ya tuviera ocho años, se sentía triste y desganada cada vez que su madre tailandesa o su madre coreana no estaban

— Sí Soo, pero no te preocupes, la pasaremos bien, ¿verdad boo? — Preguntó hacia Rosé la cual asintió

— Claro que sí, con nosotras no te aburrirás — aseguró

— ¿Mami vendrá tarde? — volvió a preguntar sook ignorando lo anterior dicho

— Lo más probable, pero ten por seguro que mañana cuando te levantes ya estarán aquí

— ¿Entonces Mami Jennie no me dará mi besito de buenas noches? — puchereó causando un chillido en ambas niñas

— Tranquila bebé, yo te daré un beso de buenas noches, ¿si? — dijo Ella y Sook asintió con una sonrisa

La verdad era que Sook era una niña bastante consentida y mimada; pero no era de esas niñas que presumían o pedían cosas caras e innecesarias, ella no hacía eso, al contrario, siempre pedía besitos, abrazos y mimos.

Era una niña muy pura y hermosa.

Quizá hasta demasiado para este mundo.

— Ven, ¿tienes hambre? Creo que tu mamá dejó comida en el microondas — habló Rosé tomando la mano de la menor de las manoban

— Espera, debemos ponerle primero pijama — dijo Ella deteniendo a la mayor

— Pero son las siete de la noche, aún es temprano

— Sook duerme siempre a las nueve amor, mamá se enojará si no le pongo la pijama — habló Ella con un puchero y Rosé rió

— ¿Porque ustedes dos son tan adorables? — preguntó apretando las mejillas de sook la cual rió

— ¡Mira mira! ¡Fuegos artificiales! — gritó entusiasmada la menor corriendo para subirse a su cama y poder observar mejor por su ventana aquella fiesta de luces — Se parecen a los de Tailandia, aunque los de Tailandia son mejores — comentó

madres  || jenlisa [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora