madres || jenlisa [G!P]

→ Un año y más

Luego de varios meses, Jennie y lisa ya se fueron acostumbrando a que la pequeña Ella las levantara muy temprano por la madrugada o a que se acostara muy tarde por la noche.

Jennieya sabía qué hacer de acuerdo a los gestos que su pequeña ejercía; Cuando lloraba y movía sus manitas era porque quería que la cargaran y mimaran, cuando arrugaba la nariz mientras lloraba era porque le fastidiaba algo; hasta incluso sabía que cuando la pequeña tiene hambre, lo único que hace es lamer su manita mientras la mira a ella o a lisa, pero mayormente a ella.

Durante los primeros cinco meses en los que estuvo Ella junto a ellas, ambas podían afirmar que fueron los más arriesgados y en los que más se esforzaron. Ya que no sabían nada sobre cuidar a una bebé antes de que ella naciera. ¿Pero que padre nacía sabiendo? Exactamente, ninguno.

Sin embargo, los más entretenidos fueron los siete meses restantes. Ella manoban ya era una bebé mucho más hiperactiva.

A los siete meses ya estaba queriendo dar sus primeros pasos sujetándose con sus manitas por todos los muebles que encontraba.

Además, si nos ponemos a hablar de sus rasgos físicos, o los que Jennie había estado notando, fueron que a los siete meses ya le habían salido dos dientecitos en la parte inferior, además de que sus ojos eran castaños y, según lisa, iguales a los de su esposa. Pero, algo que Jennie pudo notar recién a los ocho meses, fue que la pequeña poseía hoyuelos como su mamá lisa.

Cuando Jennie lo descubrió fue lo más tierno que había visto.

Ella estaba con Momo cuando la mayor comenzó a hacerle cosquillas en su cuerpo a Ella, logrando que la pequeña achinara los ojitos de tal forma que su nariz se arrugara y sus levemente marcados hoyuelos se lucieran en su blanquecina piel.

Jennie sonrió y junto a Momo esbozaron un "aww" ante tal gesto. Su cabello era pelinegro y además era una bebé muy risueña, incluso luego de que sus primeros meses fuera una magdalena total.

La primera navidad que pasaron junto a la pequeña fue sin duda la más memorable. La familia manoban kim se había reunido en la casa de los suegros de lisa para compartir tal acontecimiento.

Lisa y Jennie ya habían acordado donde pasarían las fiestas, llegando a la conclusión de que para Navidad la pasarían con la familia de Jennie y para Año Nuevo la pasarían con la familia de Lisa en Tailandia. No se quejaron ya que era justo y así podrían disfrutar ambas familias; tanto manoban como kim.

Comieron, hablaron, rieron, mimaron a la pequeña Ella, y celebraron durante todo el día y noche. Se sentía el espíritu navideño en aquel hogar.

Para Año Nuevo, con la familia de Lisa, no fue tan distinto. Si bien era la primera vez que Jennie y Ella iban Tailandia juntas, ambas podían asegurar que se la pasaron súper bien con la compañía de Jennie, la cual se dedicaba a cuidar tanto a Ella como a Lisa, ya que sabía lo descuidada que podía ser su esposa.

Cuando llegaron, la mamá y el papá de Lisa las recibieron con un cálido abrazo, junto con los demás familiares de la tailandesa. Se la pasaron súper bien y, aunque Jennie aún no dominaba muy bien el tailandés, sabía lo necesario como para opinar, agradecer, disculparse y defenderse. Todo estaba muy bien entre ambas familias.

Cuando regresaron a Corea, Lisa volvió al trabajo y Jennie, como ya lo suponen, renunció a su antiguo empleo; ahora se quedaba en casa saciando las necesidades de su pequeña hija.

Jennie dijo que cuando la pequeña ya fuera al jardín de niños, ella posiblemente regresara a trabajar. Sin embargo nada estaba dicho.

— ¿No quieres comer tu almuerzo, Ella? — Preguntó Jennie viendo como la pequeña de un año se negaba a recibir la cuchara que su madre le ofrecía.