Capítulo IV

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Rudo, brusco, para nada amable.

Dejun traga grueso cuando los dedos de KunHang se afianzan con total fuerza a su mandíbula. No está seguro de lo que el otro está a punto de hacer, tampoco es que pueda pensar claramente en eso, porque el olor de su perfume lo tiene delirando.

Tiene que admitirlo, cuando lo vio, fue deslumbrante, sigue siéndolo. KunHang entró al salón de Kun como si fuese un verdadero príncipe, y de inmediato, el primer pensamiento de Dejun fue: "Es él, es perfecto." Había soñado muchas veces con el chico perfecto, y KunHang es ese chico, al menos, en apariencia lo es, porque malditamente, su rostro es justo como lo recuerda en sus sueños.

El problema es que, Dejun se moldeó a una idea concreta de cómo debe de ser la personalidad y actitud de su chico ideal; a penas había conocido a KunHang unos pocos minutos atrás y sabe perfectamente que no es lo que estaba esperando, es más bien lo contrario.

Fue fácil descubrirlo, cuando entró al salón, observó a todos los amigos de Kun de forma seria, analizando sus movimientos, casi calculador; no estaba interesado en hablar, únicamente lo hacía por cortesía. Sus gestos estaban endurecidos, sólo se suavizaban cada vez que encontraba miradas con Song Yuqi y ella le decía algo cerca de su oído. Luego, cuando su hermano, Wong YukHei, se presentó ante Kim Jungwoo, sus gestos estaban cargados de fastidio, como si el tono amable de su hermano fuese repugnante.

Dejun concluyó que KunHang es un tipo serio, frío, desinteresado y malhumorado. No tiene ningún tipo de intención de ser amable o de mostrar interés en el amor, al menos Dejun lo ve de esa forma.

Y aún así no sabe por qué demonios lo siguió hasta la terraza, donde sus huesos se están congelando por el frío.

— Realmente eres lindo. — susurra en su oído, soltando el agarre en su mandíbula.

— ¿Por qué estás aquí solo? — pregunta cuando KunHang se aleja de su cuerpo, volviéndose a sentar, esta vez sin fumar.

— Chittaphon estaba siendo insoportable — cierra sus ojos —. No me gusta que me molesten.

— ¿Te estoy molestando justo ahora? — arquea una ceja y se cruza de brazos.

— No, Dejun — sus ojos vuelven a abrirse —, de hecho, creo que eres una agradable compañía.

— Gracias, supongo.

— ¿Te pongo nervioso, Xiao Dejun?

"Hijo de puta."

Dejun ya no sabe que es más insoportable, si el frío o la actitud narcisista de KunHang. Pone los ojos en blanco antes de girar sobre sus talones, dispuesto a regresar al cálido salón donde se encontraba antes de tomar la estúpida decisión de seguir a Wong KunHang a este lugar.

No espera ser detenido, pero sin embargo, gira su rostro, y la mirada del pelinegro está puesta sobre él de forma intensa. Regresa su vista al frente cuando KunHang se levanta de la silla, dirigiéndose hacia él.

Tiembla cuando las manos heladas de KunHang se cuelan por debajo de su camiseta negra, enfriando de forma despiadada su piel caliente. Siente el aliento del contrario chocar contra su oreja y cierra sus ojos ahogando un suspiro. KunHang lo jala con cuidado hacia atrás, haciendo que su pecho choque contra la espalda de Dejun. Sonríe cuando huele de cerca la piel de la curvatura de su cuello.

"Caramelo."

Un beso pequeño en la zona. Sólo eso basta para que Dejun estire un poco más el cuello, dejando que KunHang haga lo que quiera.

Para él, son sensaciones nuevas, para KunHang no tanto.

Pasan en esa misma posición por aproximadamente cinco minutos, donde el de cabello negro besó y mordisqueó cuanto quiso la piel de Dejun. Con un beso en su mejilla, KunHang le hace saber a Dejun que ha terminado, por eso ahora, saca las manos que anteriormente había metido por debajo de su camisa, y se coloca frente a él con una sonrisa satisfecha después de notar el sonrojo en las mejillas de Dejun.

How to get a princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora