— Vamos, Dejun, no puedes seguir con esto. — Sicheng lo sigue moviendo constantemente.
Tres días después de la fiesta de Kun, regresó a China junto a LuHan para darle una corta visita a sus padres, aunque claramente, no ha dejado su habitación desde que llegó. A penas es el cuarto día del año, y Xiao Dejun no puede estar más jodido de lo que se encuentra.
No sabe qué pasa con él, no sabe por qué siente que el cuerpo le pesa cada vez que da un paso pequeño o intenta hacer un mínimo esfuerzo por mover sus articulaciones. Todo le duele. Se ha encontrado con insomnio en las noches, apretando su camisa por encima del pecho, queriéndose arrancar la angustia que no sabe de dónde viene. Sus ojos se empañaban de lágrimas que derramaba en silencio, sin el abrazo cálido de alguien, era él, mojando su almohada con el cuerpo rígido.
Solo él, Xiao Dejun.
Sicheng suspira abatido, terminando por sentarse en una silla al lado de su cama. Se cruza de piernas mientras abre un libro que trae consigo. El chino lo ha estado cuidando desde la mañana, queriendo hacerle compañía, pues es lo más que puede hacer hasta ahora, porque quizás él se encuentre mucho peor, pero quiere guardárselo para sí mismo, sufrir en soledad, es lo que siempre hace.
Sus dedos llegan a tocar con cuidado sus labios resecos y quebradizos. Su primer beso. Había dado su primer beso con nadie más que Wong KunHang, un gran personaje dentro de la elite. Además, gracias a Chittaphon, se dio cuenta que el chico está a unas pocas horas de distancia en la ciudad de Macao, sin embargo, Chittaphon también le hizo saber que Hendery —como él lo había llamado por teléfono— está desaparecido desde la fiesta de Kun.
"Mi primer beso..."
Sí, es estúpido y bastante difícil de creer, pero un chico de elite como él, a sus veintiún años, no había dado su primer beso hasta que Wong KunHang apareció. También suena cliché, pero pasó de esa forma, como si estuviese destinado a ocurrir.
El destino... vaya, el destino es una verdadera perra.
— Sicheng, ¿Crees en el destino? — pregunta, acercándose a él.
El mencionado cierra el libro y sus ojos con fuerza, soltando un suspiro justo después. Dejun piensa que ha hecho la pregunta equivocada cuando ve el semblante serio de Sicheng volverse uno completamente distinto, como indefenso, muy contrario a lo que es su amigo.
— El destino — repite perdido, sin verlo —. Creo en las casualidades, Dejun, pero últimamente... creo que el destino es una perra.
— ¿Lo dices... lo dices por Nayu?
— ¿Nayu?
— Nakamoto Yuta — dice, incorporándose —. Te vi irte con él en la fiesta de Kun, pero luego no supe más...
— ¿Pasó algo? Es cierto que te fuiste bastante temprano.
— No me fui... me quedé afuera, en el jardín.
— ¡¿Con aquel clima?! — exclama sorprendido — No me sorprende que estés enfermo, en ese caso.
— Ojalá pudiera decir que estoy enfermo, Sich, pero no sé qué me pasa — sus manos hacen puños las sábanas —. KunHang y yo nos besamos afuera, fue sólo un momento, ni siquiera diez segundos... pero aún así.
— ¿Estás así por Wong KunHang? — pregunta serio.
Dejun baja la mirada, apenado.
— Te lo advertí, Dejun, te advertí que ese hombre te tiraría a un agujero del que no podremos sacarte nunca. Él es así. Te volverás adicto a él, y él se volverá adicto a ti, terminará mal, Dejun, terminará muy mal.
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How to get a prince
FanficSAGA HEIRS: EXO & NCT Gracias a su larga estadía en París y la bonita historia de amor de sus padres, Xiao Dejun desea profundamente poder tener su propio cuento de hadas, donde consigue al príncipe más amable y guapo de todo el mundo. ¿El problem...