Capítulo XXIX

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Bangkok, Tailandia.
Hace 14 años.

Reporteros. Cámaras. Micrófonos. Gritos. Llantos.

El mar de gente que persigue a la familia Wong es inmenso. Caminan por el cementerio siendo rodeados por una docena de guardaespaldas, protegiéndolos de los agresivos reporteros que buscan obtener una declaración por parte de un Wong con respecto al trágico suicidio de Wong Xian, la concubina de Wong Yunxi.

KunHang siente sus ojos arder debido a haber llorado por tantos días, se siente seco, no tiene más lágrimas para derramar, pero es como si su cuerpo se negara a dejarlo "tranquilo", en el fondo sabe que necesita seguir llorando. Alza la mirada para encontrarse con las espaldas rectas de sus hermanas, que van tres pasos al frente. Ellas no solían pasar mucho tiempo con su madre, preferían no vivir con ella, así que es de esperarse que su muerte no les afecte tanto.

Escucha a gente llorar, probablemente conocidos de su madre, pero entre todos ellos, escucha el llanto incontrolable de su tío Huang Xiaoming, que es el hermano mayor de su madre. Lo ve abrazarse a su esposa con fuerza, llorando desconsolado, y es gracias a esa imagen que KunHang logra derramar su último llanto, comenzando a correr en dirección a sus tíos, haciendo caso omiso al llamado de su padre y los guardaespaldas.

Xiaoming lo alza entre sus brazos, abrazándolo con fuerza. Siente su cuerpo temblar de tristeza. Seguramente su tío siente que le arrancaron una parte de su alma, KunHang lo entiende, después de todo, si YukHei muriera...

Despierta agitado, tocando su pecho por reflejo

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Despierta agitado, tocando su pecho por reflejo. Hace mucho tiempo que no sueña con cosas del pasado, incluso había olvidado ese recuerdo del funeral de su madre en Tailandia. Respira profundo para poder calmarse, pero no hay mejor tranquilizante que el ángel que duerme a su lado de manera pacífica.

Sonríe cuando recuerda que Xiao Dejun es finalmente su novio. Se inclina un poco y besa su mejilla con cariño, levantándose primero de la cama. Se estira un poco, contemplando el cielo teñido de tonos azules claros, aún falta para que amanezca por completo. Da un último vistazo a su novio antes de dirigirse hacia la cocina, donde se encuentra con su hermano sirviéndose un tazón con cereal.

Si YukHei muriera...

— ¿Cómo te sientes? — pregunta atento.

— Bien, no duele nada — sonríe —. Lo único que me incomoda un poco es la venda en mi cabeza.

— ¿Nada de mareos?

— Poco — se encoge de hombros —. No recuerdo mucho, pero imagino que Jungwoo no se movió de aquí.

— Traté de hacerlo dormir, pero es terco — rueda los ojos —. A la próxima, asegúrate de llamarme de inmediato y no ocultarme las cosas, porque asumo que le pediste a Jungwoo que no me dijera nada.

La suave risa de su hermano se lo confirma. Ambos se sientan en el comedor.

— ¿De qué me perdí?

How to get a princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora