Sus ojos siguen mirándose en el espejo retrovisor de su auto, tan vivaces e iluminados por una chispa de curiosidad. El bullicio de afuera lo pone inquieto, quiere abrir la puerta y salir, divertirse, pero de pronto se pregunta si esto está correcto, si realmente... vale la pena arriesgarse.
Las carreras ilegales traen problemas, pero LuHan insistió. Lo poco que sabe es que estas carreras se organizan cada fin de semana en las afueras de la ciudad, donde cientos de niños ricos vienen a apostar. Es difícil encontrar el lugar y no puedes entrar a menos de que tengas el sello exclusivo del dueño, y lo bueno es que Liu YangYang se encargó personalmente de adueñarse de este negocio y cambiar las cosas radicalmente. Dos millones bien invertidos diría Dejun.
A pesar de haber prometido no meterse en problemas, YangYang sigue siendo un chico rebelde que disfruta de hacer su propio dinero, fue fácil convencer al anterior dueño de venderlo mediante jugosos tratos y una cantidad elevada por el terreno.
— Toc, toc.
— ¡Jeno! — dice algo aliviado de verlo. Finalmente, abre la puerta y sale aturdido — No esperaba verte por aquí... realmente, no lo esperaba.
— Estoy compitiendo, ese de allá es mi auto. — señala un deportivo blanco, donde un chico de cabello negro con mechones blancos está recostado.
— ¿Renjun? — murmura sorprendido.
— Mmmh, sí — asiente —. Estamos aquí porque él quiere verme competir, estamos en algo, podría decirse. Normalmente no viene, siempre está con Donghyuck.
— Ya veo por dónde va esto — sonríe —. Bien, no quiero interrumpirte, ¿Has visto a Donghyuck o alguien que conozca?
— Sungchan está allá atrás con Donghyuck, es mejor que no te separes de ellos, más si es tu primera vez aquí, Dejun. — dice como preocupado.
— ¿Tan peligroso es? — ríe.
— Mira, no sé cómo irá a estar la cosa ahora que Liu YangYang se apoderó del negocio, pero esto es bien complicado, lo mejor es que acerques tu auto a donde están ellos y te prepares para huir de ser necesario. A veces, la policía suele venir a merodear por aquí, y no queremos que nuestros papis se enteren de los lugares que frecuentamos.
Dejun lo medita, y asiente dándole la razón. Intercambian un par de palabras más hasta que Jeno tiene que irse en dirección a su auto, es entonces cuando Huang Renjun nota su presencia, así que lo saluda con la mano y su brillante sonrisa, así que corresponde de igual manera. Esos dos siempre han sido complicados, algo así como amigos de la infancia, pero unos muy raros. Con Renjun siempre sale cada vez que se encuentran en China, pero poco lo ha escuchado hablar de Jeno.
Sonríe. Recuerda lo que le ha dicho Jeno unos minutos atrás, así que sube a su auto y retrocede unos cinco metros hasta ponerlo justo al lado del que sabe que es el auto de Lee Donghyuck, un amigo. Sale con las llaves girando sobre su dedo índice, cada vez más ansioso de lo que puede pasar.
— ¡Vaya, pero que cara perdida eres! — Donghyuck sonríe, pasándole otra cerveza a Sungchan.
— Hola, chicos. Quería verlos desde hace un par de semanas, pero estuve ocupado con la mudanza.
— Shotaro dijo que se vieron el fin de semana — el más alto sonríe — ¿Fueron a comprar muebles?
— Sí, me ayudó a decorar mi habitación.
— ¿Cómo es que pueden divertirse haciendo eso? — Donghyuk bufa, dando una calada al cigarrillo en sus manos — Cambiando de tema, ¿Apostarás, Dejun? Los corredores de hoy parecen prometedores.
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How to get a prince
FanfictionSAGA HEIRS: EXO & NCT Gracias a su larga estadía en París y la bonita historia de amor de sus padres, Xiao Dejun desea profundamente poder tener su propio cuento de hadas, donde consigue al príncipe más amable y guapo de todo el mundo. ¿El problem...