No te confíes©✓

_ Capitulo XIX _

CAPÍTULO 19

KARLEY

Caminamos hasta llegar a una pequeña cafetería. Al abrir la puerta la campana sobre el marco de la puerta comienza a sonar indicando nuestra entrada.

Nos acercamos a la barra donde una chica con piercing en la nariz y excesivo maquillaje negro se encuentra atendiendo.

— Bienvenidos a Marts' Caffe que van a pedir? — pregunta en tono desinteresado sin despegar la vista de su celular.

— Dos cafés uno negro y otro... — miro a Jack esperando a que diga si quiere negro o con leche.

— Negro también.

— Bien eso es todo? — pregunta aún sin mirarnos

—¿ Sabes dónde puedo encontrar a el halcón negro? — pregunto algo bajo y ella despega la vista del celular para mirarme seriamente.

— No se de quien hablas — dice rápidamente

Oh vamos enserio creen que pueden mentirme?

— Tu tatuaje de Alas con timón pirata en el brazo bajo la manga de tu uniforme no dice lo mismo — apunto su brazo donde sobresale el tatuaje y ella se apresura a taparlo aún que ya no sirve por que ya lo noté.

— ¿Para que lo buscas? —  me mira con desconfianza.

— Tengo tratos que hacer con el, el resto no te incumbe.

Jackson mira atento la situación.

— Está en los suburbios a unas dos horas de viaje en auto de aquí, si quieres ir con el un autobús saldrá para allá mañana.

— Bien eso es todo — ella se da la vuelta comenzando a preparar el café.

— ¿Alcón negro?— pregunta confundido Jackson — ¿Y ese quien es?

— Alguien que nos ayudará — es todo lo que digo y el asiente aún que se nota que quiere seguir preguntando.

Aveces me preocupa la forma tan ciega en la que confía en mí, no protesta cuando le digo que haga algo y eso no muchas veces es bueno.

Al terminar de desayunar pago y nos vamos para comenzar a buscar un lugar donde dormir está noche, mañana el autobús saldrá y necesitamos un lugar donde quedarnos mientras.

— Y si vamos a la capilla de allá — señala una pequeña capilla — seguro nos recibirán y no nos cobrarán — propone.

— Quieres meter a una psicópata asesina a " La casa de Dios"  — pregunto divertida y el se encoge en hombros

— No tienen por qué enterarse

— Nah, no estoy tan desesperada como para entrar a un lugar donde creen en seres invisibles capaces de crearlo todo.

Seguimos caminando por la acera hasta encontrar un hotel el cual no tiene el mejor aspecto pero servirá para pasar ésta noche.

Entramos y nos encontramos con una señora bastante gorda tras el escritorio comiendo.

— Queremos una habitación — digo y alza la mirada observandonos sin interés

— Son 30 dólares por noche solo una habitación — sigue comiendo.

— Será solo una noche — ella extiende su mano en señal de que le entregué el dinero y le doy los 30 dólares.

— Bien, segunda planta, última habitación a la derecha  — me entrega una llave.