capítulo II☑

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Jackson Williams.

Ya no entra la luz del sol por la ventana de mi sección, lo que significa que ya es de noche, hace una semana, casi 2, que llegue a este psiquiátrico, antes estaba en un psiquiátrico en Australia, pero luego me transladaron aquí, a uno de los psiquiátricos de Italia, en cuanto llegue,( unos 4 días después), por los pasillos corrían los rumores de que una chica se suicidó por la noche, creo que se llamaba Celeste, o Selene algo así.

En mi sección no hay tanta seguridad, en este psiquiátrico hay 2 pabellones con 4 pisos, en la izquierda van los hombres y en el lado derecho mujeres, luego hay otro pabellón donde están los consultorios de los psicólogos y psiquiatras, en el primer piso (dónde yo me encuentro) los pacientes tienen permitido salir afuera al jardín, también ir al pabellón de actividades y ir a la cafetería ( la cual queda en medio de los dos pabellones y van los pacientes hombres y mujeres) y tienen un cuarto normal y la seguridad es más baja, solo hay 1 guardia que vigila, los del segundo piso no tienen permitido salir al jardín, solo a la cafetería, ya que son los que aún no se recuperan bien del todo de cualquiera que sea su transtorno, y la habitación del segundo piso es más precaria que la del primer piso y tienen la puerta con seguro, allí hay un poco más de seguridad tiene 3 guardias custodiando, el tercer piso es casi como el segundo, solo que a la cafetería solo pueden ir acompañados de guardias, además de que tienen las manos atadas y sus habitaciones están con seguro,
y luego viene lo peor.

El cuarto piso

No estuve allí, pero se que es donde están los más peligrosos, los que tienen las enfermedades mentales más peligrosas, ellos no salen, tienen las manos atadas y puertas de metal, algunos tienen pequeñas ventanillas en las puertas y otros no las tienen, les entregan la comida por una especie de ducto, ya que no quieren arriesgar al personal a que entre al cuarto de alguno de ellos y terminé muerto o con traumas, y allí se encuentra la persona más peligrosa según los psiquiátras y especialistas que la trataron y su nombre es..

Karley Hernderson.

Con solo 20 años todo el que leyó su historial o la trato en este psiquiátrico dicen que es considerada la chica más peligrosa que trataron en toda su carrera, cuando llegue aquí tuve curiosidad y les pregunté a algunos de mi sección, pero no sabían nada o quizás si pero no querían decirme, también pregunté a mi psicólogo y me dijo que esa es información confidencial de los pacientes pero que lo único que tenía que saber era que ella es peligrosa y que me alejara de todo lo que tenga que ver con ella por que no me traería nada bueno, eso solo despertó mi curiosidad aún más, ¿como alguien que solo es un año mayor que yo puede ser tan peligrosa?,¿ Qué habrá hecho para terminar aquí y con esa reputación? Además de estar en el cuarto piso. Quizás solo sea diferente, y como las personas le temen a lo desconocido simplemente dicen que es peligrosa o quizás si lo sea, después de todo no creo que esté aquí por cortar las flores del vecino.

Me levanto y me dirijo a la puerta al escuchar la campana que suena indicando que es hora de cenar y que vayamos a la cafetería, cuando salgo de mi habitación me encamino a la cafetería hasta que cuando estoy por girar en una esquina del pasillo que conduce a la cafetería escucho susurros y me detengo antes de ir por ese pasillo y me escondo para intentar escuchar quién y por qué habla en susurros en el pasillo.

- A vuelto a suceder - susurra una voz femenina que reconozco como la psicóloga Laila, una de las tantas psicólogas del psiquiátrico.

- ¿Quien fue esta vez ? - pregunta una voz masculina que identifico como la del guardia del segundo piso.

- Samantha Jones - dice con tono triste.

- ¿Ya llamaron a la policía? - pregunta el guardia.

No te confíes©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora