Nota de autor: Este es el extra prometido. No se imaginan cuantas peleas mentales tuve que tener para escribirlo por completo, pero aquí está por fin. Más que nada, éste extra es para que conozcan de que forma se conocieron Gerard y Frank en realidad.
*
Caminaba, sí, caminaba.
O al menos eso se suponía que hacía.
Porque mi mente estaba distraída, como siempre.
Pensando en cosas sin sentido alguno, preguntándome a mí mismo innumerables cosas y distrayéndome rápidamente con el andar de una hormiga o con el volar de una simple mosca.
A mí mismo, me consideraba una persona sumamente distraída, capaz de perderse en el mundo de su mente sin intensiones de querer salir y de admirarse de su alrededor. El mundo real para mí no era relevante, no había belleza excepcional que admirar y de la cual impactarme. Siempre, todo, me parecía lo más normal del mundo, lo más monótono y hasta cierto punto aburrido. Era más interesante el mundo que había creado en mi propia mente fantasiosa, donde no había preocupaciones ni violencia, donde todo era felicidad y diversión.
Tenía mis audífonos puestos, ya que la música siempre había sido mi escape favorito del mundo real a un mundo nuevo y diferente, pero en ese momento no sabía que canción estaba sonando porque mi mente no estaba procesando eso específicamente y se encontraba en otros lados, muy lejos de aquí. Mis manos llenas de tatuajes estaban dentro de los bolsillos delanteros de mi pantalón negro de forma distraída, sintiendo el viento acariciar mi rostro en la vacía calle, por la que mis pies se movían en un ritmo constante y divagaba en mi soledad misma mientras suspiraba aburrido.
Hacía frío, mucho, si alguien llegase de repente a preguntarme por el clima, lo cual era afirmativamente improbable puesto que el lugar estaba desértico.
La chamarra negra que traía sobre mis hombros no estaba siendo suficiente, ya que el frío comenzaba a calar con profundidad en mis huesos. Pero, siendo sincero no me importaba en lo más mínimo porque estaba cerca de llegar a mi cálido departamento, en donde podría refugiarme de la repentina ventisca fría de la noche.
Mordí mi labio inferior inconscientemente y mis ojos avellanas se retiraron del suelo para colocarse enfrente de mi camino, donde la esquina de la calle que doblaba para llegar a mi ansiado departamento se hacía presente.
Pero, mis ojos se toparon con algo más.
Al momento en que mi mirada se alzaba, mis orbes quedaron clavados en un objeto tirado en el suelo, justo en la esquina que doblaba hacia el otro camino. Desde mi distancia –que ya era bastante cercana- pude apreciar que era un pequeño gorro de lana café, que amenazaba con salir volando pronto por las ráfagas de aire que azotaban la ciudad.
Y no sé porque, pero un impulso me guió a apresurar el paso.
Y mi distracción se vio atrofiada en cuanto estuve enfrente del pequeño gorro y me agaché a recogerlo, porque algo, o más bien, alguien chocó contra mi cuerpo, obligándome a cerrar mis ojos avellanas por inercia y con fuerza ante el impacto, logrando que mis propios audífonos salieran de mis oídos y que me derribara contra el suelo con la persona encima de mí a horcajadas, con sus piernas a cada lado de mi cadera. Un sonido de dolor salió de ambos jóvenes torpes que habían tropezado por un pequeño gorro de lana café y supe identificar entonces, que era un hombre con el que había chocado.
Sentí una suave y cálida respiración contra mis labios, que me hizo sentir, de repente, muy nervioso y confundido, por las muchas reacciones que comenzaba a experimentar mi cuerpo ante aquel desconocido que se encontraba encima de mí. Por lo que me obligué a abrir mis ojos lentamente, topándome con sorpresa con un par de orbes esmeraldas que me robaron el aliento.
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Human-Doll; frerard.
RomanceMi mundo es muy diferente al suyo. Y es que, yo soy diferente a ellos. O quizás, no tan diferente como parece. Porque en el día soy algo. Pero, cuando cae la noche soy alguien. . . . [ Sin ningún permiso para adaptar ]